La Moral Como Conviccion
arbegax3113 de Diciembre de 2011
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¿Qué se entiende por moral?
La definición de moral se puede abarcar desde diversas perspectivas, ya que su ámbito abarca desde el sentido, pasando por la filosofía hasta una postura más religiosa. En términos amplios, desde el punto de vista filosófico, se trata de aquel conjunto de creencias y valores, que dictan normas y costumbres que guían el actuar de las personas hacia el bien, ya se trata del conjunto de creencias que permiten distinguir entre el bien y el mal al realizar un determinado acto. La rama de la filosofía que estudia la moral es la "ética".
¿Cuál es el mejor camino para ser moral: La obligación o la convicción?
Con el paso del tiempo y de las declaraciones de ciertos sujetos vengo haciéndome a la idea de lo que quiere decir realmente tener una convicción moral de algo. Idea que básicamente se resume en la ausencia de pruebas suficientes para la demostración de un hecho del que únicamente se tiene constancia en el fuero interno de la persona que emite dicha convicción y en su deseo de que ésta sea acertada y fiel con la realidad de las cosas.
Aquel que tiene convicción moral por tanto no tiene prueba alguna. De esta manera, la convicción pasará a ser un mero pensamiento que rondaba la cabeza si finalmente la resolución de los hechos fuese contraria a su 'revolotear de ideas
La moral.
La moral es la consciencia que tiene una persona del bien y del mal por la cual se siente responsable de sus actos. La moral pertenece a nuestro mundo interior, mientras que la ética únicamente tiene que ver con la relación que los individuos deben observar con sus semejantes y está marcada por las costumbres y los usos sociales. No se puede, bajo ningún pretexto, confundir la bella moral, que es fuente de toda virtud, con la ética. La ética no es más que una caricatura de la moral, pues sólo tiene como objetivo cuidar que los componentes de una determinada sociedad no trasgredan las normas establecidas y puedan convivir según esas mismas normas.
Se puede observar que existen personas más conscientes y evolucionadas que otras y que, por lo tanto, existen diferentes tipos de moral. Unas son perfectas y superiores y otras muchas brutales y bárbaras. Por ello es necesario que comprendamos que, en realidad, existen tantas morales como seres humanos, y que los deberes de unas personas no son los mismos que los deberes de otras –así como sus privilegios.
No hay maldad en los hechos, sino en la bajeza con la que estos se realizan. Si los hechos son realizados con bondad y son limpios no seremos juzgados por ellos, o lo seremos ligeramente y sólo por nuestra ignorancia. Pero esos mismos hechos, realizados por otra persona y con otras intenciones, serán totalmente reprobables y sancionables. Por lo tanto, no se juzgan tanto los hechos en sí sino la intencionalidad, la bondad o la maldad con la que se realizan.
Existen unas leyes en este Universo que están más allá de las leyes humanas y que rigen el funcionamiento de la Vida. Se pueden comprobar viendo como al abuso de las facultades físicas sucede el dolor, y a los extravíos del espíritu siguen el pesar y el arrepentimiento. El conocimiento de estas leyes y su respeto genera en las personas la moral, la virtud y el bien. De esta forma, una persona puede acceder a una moral más elevada cuanto mayor sea su conocimiento sobre las leyes que gobiernan la Vida, cuanto mayor sea su conocimiento espiritual.
No es fácil el oficio de vivir dignamente, no. Para ello debemos ser conscientes y obrar adecuadamente, lo que significa estar enraizados en la virtud. Esto implica renunciar constantemente a la ventaja y al interés propio en favor de la moral y del sacrificio, lo que es algo así como un saber hacer del espíritu. Desde luego, resulta mucho más tentador revestirse
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