La Soledad

La soledad… aquella compañera que nunca está con y sin nosotros. Siempre la llevamos a donde vayamos. Es curioso, el término soledad incluye una cierta carencia de compañía, sin embargo cuando no hay nadie más, siempre está ella. Muchas de las veces la soledad nos provoca miedo, “tengo miedo de estar sola” me recuerdo diciendo alguna vez, “no quiero ir sola” otras tantas; incluso existen refranes que afirman a la soledad como la mejor compañera… “solo naciste y solo te vas a morir”. No podemos imaginarnos nuestro mundo si alguien a nuestro lado, inclusive se puede llegar a convertir en dependencia.

No sé cómo explicar esto, más allá de las cuestiones técnicas o psicológicas, sólo puedo describir los sentimientos que se crean en mí cuando estoy en esta circunstancia. No podría expresar todos los sentimientos de las demás personas. Lo que sí puedo decir es que he descubierto mi peor fobia, la soledad. Es como un gran vacío dentro de mí, es como cuando estas a punto de salir a algún lado pero tienes la sensación de que te falta algo, pero no sabes que es.

También, en cierto momento eh llegado a pensar que la soledad puede ser hermana de la rutina. Si en tenemos una relación y de repente se termina, ¿Qué es lo que extrañamos? ¿Acaso es la sensación de la compañía la que nos hace sentir bien día con día? Lo que nos es difícil es reconocer que nos sentimos solos porque estamos acostumbrados a estar con esa persona, o peor aún, que nos sentimos solos porque ya no tenemos a esa persona que nos hace sentir diversas emociones y eso es lo que verdaderamente extrañamos.

Pero cuando empecé a leer sobre la soledad, conocí distintos puntos de vista y concordé con uno de ellos en especial. En El Laberinto de la Soledad Octavio Paz nos relata el tipo de vacío que lleva la sociedad mexicana, pero dentro de eso nos habla de la soledad individual y nos dice que: “… más vasta y profunda que el sentimiento de inferioridad, yace la soledad…”; para después darnos algunas diferencias: “…sentirse solo no es sentirse inferior, sino distinto…”.

“El sentimiento de soledad, por otra parte, no es una ilusión, sino la expresión de un hecho real: somos de verdad distintos. Y de verdad estamos solos”, finaliza. ¿Qué podemos concluir con esto? Que siempre somos distintos, desde pequeños nos dicen “eres único, no hay dos como tú en el mundo” y leyendo entre líneas lo que en verdad nos estarían diciendo es: si eres único no existe una persona igual a ti, por lo tanto eres distinto, y si eres distinto no hay nadie que se parezca a ti por lo tanto estas solo, entonces de verdad estamos solos.

Casi siempre relacionamos a la soledad con la pena, y por eso decimos que “las penas de amor, son penas de soledad”. Pero el amor no tiene nada que ver con nuestros problemas de ser distintos y por lo tanto de soledad. Entonces puedo concluir que la soledad

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