La Verdad

Una aproximación a la verdad

Para el presente análisis tomamos como punto de partida la siguiente afirmación “(…) En algún punto perdido del universo, cuyo resplandor se extiende a innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que unos animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue aquél el instante más mentiroso y arrogante de la historia universal (…) (Nietzsche en Foucault, M. 1978, P. 18) (Negrilla propia)

Pese a la gran complejidad de esta frase sugiero centrar nuestro análisis en la oración “unos animales inteligentes inventaron el conocimiento”, la cual nos sugiere que el conocimiento es una construcción humana que carece de un vínculo necesario con el mundo a ser conocido, veamos: “(…) según Nietzsche, no hay, en realidad, ninguna semejanza ni afinidad previa entre el conocimiento y esa cosa que sería necesario conocer (…)” (Foucault, M. 1978, P. 22)

Así, lo primero que tenemos que hacer para aproximarnos a un análisis útil de la verdad es descartar la verdad como una revelación mística o intelectual que desvela una esencia trascendental, es decir, suprimir la idea de un nexo metafísico o místico entre la palabra verdad y un concepto necesario de ella, en otras palabras, desterrar la magia verbal del concepto de verdad. Lo anterior se torna necesario, debido a que los resultados de las investigaciones que buscan desvelar una esencia trascendental son inconvenientes para la comunicación.

Piénsese por ejemplo en la verdad según Descartes: (…) En síntesis, el filósofo francés funda en el Yo la evidencia inicial, pero la objetividad y la universalidad del saber científico quedan revalidadas con la demostración de la existencia de Dios. Dios para Descartes consagra la continuidad de la razón [y por tanto de la verdad] (…)”

(http://investigadores.uncoma.edu.ar/cehepyc/ARTICULOS%20NUEVOS/Art._Vaccarisi_Conocimiento_y_verdad_en_Descartes_y_Kant.pdf)

Como lo anunciamos previamente, este tipo de aproximaciones al concepto de verdad resultan inconvenientes para la comunicación debido al lenguaje oscuro, ambiguo y vago por el que están constituidas, por lo que las dejaremos de lado. De igual manera, excluiremos conceptualizaciones rigurosas de las teorías tradicionales de la vedad (por coherencia, pragmática, definición semántica y por redundancia) por juzgar más apropiado seguir el criterio de aplicación de la palabra verdad en el lenguaje común con el propósito de acercarnos a un concepto más funcional, en otras palabras, un significado de la palabra vedad que nos permita desenvolvernos práctica y teóricamente en la vida diaria.

Con tal propósito me permito citar algunos extractos de periódicos de la Argentina por considerar la prensa una materialización del lenguaje cotidiano, veamos:

“Estamos frente a un verdadero escándalo judicial. No creo que queden más dudas sobre el hecho de que en Milán no reside la Justicia sino un pelotón de ejecución cuyo objetivo es la eliminación de Silvio Berlusconi como hombre, como empresario y como político. Los italianos saben muy bien dónde está la verdad y no creo que ahora sea suficiente la indignación”, declaró amenazadoramente la senadora del partido de Berlusconi Alessandra Mussolini, nieta, por lo demás, del dictador fascista Benito Mussolini. (http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-219584-2013-05-09.html) (Negrilla propia)

En este momento del discurso debemos centrar nuestro análisis en la proposición “Los italianos saben muy bien dónde está la verdad”, la cual presenta una dificultad para encontrar un significado de la palabra verdad: La carga emotiva de esta afirmación. Cuando decimos carga emotiva nos referimos a cierta “coloración” o “matiz” con el cual las personas tiñen algunas palabras con la finalidad de despertar emociones en el destinatario. Así mismo, afirmamos que esta carga emotiva representa una dificultad, debido a que distorsiona el significado de las palabras haciendo difícil la comunicación.

Ejemplo de lo anterior, son las palabras de Alessandra Mussolini “Los italianos saben muy bien dónde está la verdad”, las cuales pese a que en un primer momento parece describir un hecho, que los italianos saben dónde está la verdad, en realidad cumple una función emotiva al buscar una indignación del pueblo Italiano respecto de las decisiones de la justicia en el caso de Silvio Berlusconi, pues no es coincidencia que la frese de la senadora termine con lo siguiente “no creo que ahora sea suficiente la indignación”.

Por lo anterior, se torna necesario buscar otra aplicación cotidiana de la palabra verdad en donde la carga emotiva no distorsione tan drásticamente su significado, veamos: “Delgado le pidió al juez federal (…) que se averigüe si es verdad que el fiscal (…) guarda una copia del dictamen original (…)” (http://www.clarin.com/politica/Imputan-Gils-Carbo-acusado)

En este orden de ideas, debemos centrar nuestro análisis en la proposición (…) que se averigüe si es verdad que el fiscal (…) guarda una copia del dictamen original (…) en la cual encontramos interesantes elementos de análisis, en concreto que la verdad se logra por medio de algún tipo de proceso de averiguación o indagación y que dicho proceso involucra afirmaciones que describen la realidad tales como “el fiscal (…) guarda una copia del dictamen original”

Recordemos que los actuales desarrollos en materia del lenguaje nos permiten afirmar que este cumple con las siguientes funciones; expresiva, se da cuando el lenguaje se emplea para expresar emociones o despertarlas en el interlocutor (piénsese en el ejemplo de Alessandra Mussolini) interrogativa, el lenguaje se utiliza para requerir información (¿cuál es su nombre?); operativa, se caracteriza por el hecho de que al manifestar ciertas palabras en determinadas condiciones la acción a la que se refieren estas palabras se realiza (piénsese en el juramento); el uso prescriptivo del lenguaje, se da cuando quien emite el mensaje pretende dirigir el comportamiento de otros (se prohíbe tirar basura);descriptiva, se da cuando el lenguaje es utilizado para describir cierto estado

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