La libertad en lo que el viento se llevó

Mientras estaba leyendo el libro titulado “Lo que el viento se llevó”, no pude evitar indignarme y irritarme con ciertas actitudes que la protagonista del libro, Scarlett O’Hara, explicaba que tenía que seguir.

Antes de explicar mi indignación y porque he decidido escoger este libro para realizar el trabajo, realizaré una pequeña introducción sobre la novela, para situarnos en su contexto:

“Lo que el viento se llevó” se trata de un retrato romántico de la vida en el sur de Estados Unidos durante la Guerra de Secesión Americana, contada a través de la historia de una familia georgiana adinerada y con plantaciones de algodón. Así pues, esta historia se sitúa en el año 1861, en el seno de una família de classe alta donde Scarlett destaca como base y raíz de la novela. Así pues, a través de la história de amor que la protagonista va contando, he ido observando y caracterizando la sociedad del momento; donde hombres con plantaciones se creen los poseedores de estos campos, de los esclavos y de las mujeres.

Scarlett se casa a la edad de 16 años con el corazón roto ( por motivos pasionales que ocurren en la novela) y con la cara orgullosa y satisfecha de sus padres al ver que han podido casar a su hija.

Durante muchos siglos, si una mujer no tenía el nombre de “señora” a una edad joven era culpada y mal vista por la sociedad; de la misma manera que su apariencia física era muy importante, puesto que las mujeres debían estar lo suficientemente arregladas para que el hombre pudiera mostrarlas en sociedad como un trofeo.

Estas cosas y muchas más del mismo estilo definieron el matrimonio del siglo XVIII y XIX haciendo que la libertad de la mujer fuera casi inexistente. A muchas niñas, y digo niñas porque aún estaban en edad de jugar, disfrutar y empezar a descubrir la esencia de la vida, se les arrebataba de golpe toda su infancia puesto que, sus padres, con tal de mantener la dignidad de la família y de su hija, la casaban cuando antes, sin tener en cuenta que su hija mentalmente no está lista para contraer matrimonio, encima, con un hombre mayor que ella. Con esto se priva de toda libertad a las jóvenes de disfrutar del final de su infancia y su entrada a la vida adolescente, puesto que de la vida infantil pasaban de una manera brusca y directa a tener que comportarse como mujeres adultas, de la misma manera que pierden la libertad de enamorarse y de escoger con quién quieren pasar el resto de su vida. Cuando la niña es obligada a contraer matrimonio, esta pasa a ser posesión del hombre; él la exhibe en sociedad como un trofeo, en las relaciones sexuales, ella tiene que garantizar y centrarse en que el hombre esté satisfecho, mientras que la mujer quedaba privada de poder sentir placer. Por lo tanto, cuando se oficializa el matrimonio, a través de la Iglesia (por supuesto), la mujer pierde toda su identidad y su propio peso como persona de la sociedad, pierde toda la libertad que ella podía tener sobre su cuerpo y tiene que vivir por y para su marido.

Por lo tanto, la libertad de la mujer quedaba completamente anulada y eliminada cuando esta se casaba. Se trata de una libertad quitada sin empatía y sin consideraciones hacia la mujer, y lo que me parece más indignante es que los mismos padres eran los que casaban a “sus niñas”. Estos padres perdían la conciencia de que estaban obligando a su hija a casarse con un hombre, y que a partir de ese momento, viviría bajo las normas y las órdenes de un “desconocido”, con tal de no perder el honor ni la dignidad de cara a la sociedad.

Me sorprende y me entristece que, en aquella época, no consideraron que les estaban quitando a sus hijas casi el derecho y la libertad de vivir.

Asimismo, los padres ya desde que las niñas empezaban a tener uso de la razón, marcaban y fomentaban el comportamiento y las actitudes que ella tenía que seguir frente a la sociedad y con su marido.

Esto podemos verlo reflejado en el libro de referencia cuando Scarlett explica que la pasión le parece una esclavitud causada por una inexplicable locura varonil, no compartida por las mujeres; un proceso doloroso y molesto que conducía al penoso trance del parto: “Eso no había sido una sorpresa para ella, porque, antes de la boda, Ellen le hizo comprender que el matrimonio es una cosa que las mujeres deben soportar con dignidad y firmeza: los susurrados comentarios con las otras mujeres, después de su viudez, le confirmaron esta idea.”

Así pues, podríamos considerar que el sexo femenino ya pierde la libertad de actuar libremente desde su infancia, puesto que desde pequeñas ya se les inculca cómo debe comportarse una buena mujer y que tenía que hacer para no poner en evidencia ni avergonzarla ni a ella ni a su familia.

El prototipo ideal para las mujeres del siglo XVIII - XIX fue el de perfecta casada, reina del hogar, buena madre y buena esposa. Este concepto correspondía a un discurso ideológico sobre lo doméstico, y la Iglesia católica era su más agresivo portavoz.

Por lo tanto, podemos ver cómo las mujeres desde pequeñas ya están condenadas a vivir en una casa-cárcel, al sexo femenino se le asigna y se le ancla en este lugar de por vida, bajo las normas y la inquietud de satisfacer al marido que la domina y le manda cuando se contrae el matrimonio.

Podríamos pensar que la libertad de la mujer empieza cuando el marido fallece, puesto que era él el que tenía el poder y la capacidad para mandar y ordenar a la mujer. Pero la verdad, la indignante verdad, es que cuando el marido moría, la mujer seguía privada de libertad y incluso podríamos llegar a considerar que aún perdía más libertad, osea que, de aquella poca libertad que aún podía tener, con la viudez quedaba completamente anulada.

Para ejemplificar esto, tomaremos como referencia el libro: El contexto histórico tiene lugar en la Guerra de Secesión y Scarlett nos explica cómo se está viviendo en el Sur; el ritmo tranquilo de los antiguos días ha pasado a dar lugar a una rápida sucesión de acontecimientos, el Estado está ebrio de entusiasmo y de excitación puesto que todos se hallan convencidos de que una batalla bastará para terminar la guerra. Los jóvenes, se apresuran para casarse antes de ir a batir a los yanquis, de modo que se hicieron docenas de casamientos de guerra en el condado.

El marido de Scarlett muere en la guerra cuando ella tiene diecisiete años, y es una de las muchas mujeres que en el contexto de esta guerra americana, se queda viuda. Muchas niñas que se casaron de manera precipitada por guerra, se quedaron viudas al poco tiempo, provocando que estas ya estuvieran condenadas a vivir en un ambiente de pena y luto si querían ser respetadas por la sociedad. La protagonista

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