La pena de muerte no es la manera correcta de hacer justicia

En esta primera tuve una experiencia muy interesante. Mientras esperaba en la cola de un banco, el hombre que estaba después mío en la cola empezó a platicarme sobre el suceso ocurrido en Estados Unidos en el estreno de la nueva película de Batman. Me comentaba que el hombre mató a una docena de personas y dejó heridas a aproximadamente 50 más, él no se explicaba cómo una persona podía hacer tal hecho sin motivo alguno. Le comenté que a mí también me preción terrible la noticia y el acto que se había dado; me sentía igual que él de indignado con los hechos ocurridos. Mientras seguía la conversación llegamos al tema de cómo hacer justicia por lo ocurrido, en ese momento supe que se iba a poner controversial la conversación. Por la forma de expresarse del señor supe de antemano que iba a estar a favor de la pena de muerte para el delincuente, yo por otro lado no estoy a favor de esa postura. Seguimos la conversación y, tal como lo había anticipado, el señor me planteó que la única forma de hacer justicia en ese caso era aplicarle la pena de muerte al delincuente, según él porque “el que a hierro mata, a hierro muere”. Yo, por mi formación religiosa de cristiano católico, pienso que la pena de muerte no es la manera correcta de hacer justicia. En mi pensar es mejor privarle de su libertad de por vida y hacerlo trabajar para la comunidad (limpiando banquetas, contruyendo, etc) que matarlo; sino ¿qué mérito tiene la justicia o nosotros mismos si le aplicamos el mismo castigo que él aplicó? En resumen llegamos a la conclusión que si bien es cierto que matarlo no es la mejor opción, por el coraje que surge a partir de los hechos, a veces se piensa erroneamente que sí lo es.

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