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La revolucion de la inteligencia


Enviado por   •  14 de Febrero de 2023  •  Ensayos  •  4.589 Palabras (19 Páginas)  •  50 Visitas

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La educación, como parte bastante fundamental de la enseñanza, se dirige primordialmente a proporcionar conocimientos. Hasta ahora la enseñanza ha tenido por fin conformar hombres moralmente superiores e intelectuales más ilustrados.

Hasta ahora se han enseñado conocimientos, empero no se ha enseñado a pensar. Se ha enseñado inclusive dónde y cómo descubrir toda clase de conocimientos, sin embargo, no se ha enseñado la forma de combinar conocimientos para obtener otras ideas. Se han enseñado las normas del pensamiento lógico, sin embargo, no se ha enseñado las de la producción de pensamientos nuevos.

Se ha enseñado cultura, sin embargo, no se ha enseñado originalidad. Se ha enseñado los frutos de la sabiduría, empero no se ha enseñado a tener más sabiduría. Hoy, mientras las indagaciones progresan, cada vez son menos los hombres de ciencia que sostienen dicha tesis.

Son diversas de filósofos, escritores, artistas, científicos y hombres de Estado que han producido su mejor obra en temprana edad. Sin embargo, muchísimo más enorme sigue siendo la lista de esos que les han ofrecido a los otros hombres el mejor fruto de su trabajo luego de los cincuenta, de los sesenta, de los setenta y todavía más años.

Ya está suficientemente demostrado que, en las mismas condiciones, la efectividad intelectual de los hombres podría ser la misma, cualquier persona que sea la raza a la que pertenezcan. Constituye una especie de «racismo individualizado» la postura que estima que los hombres poseen, a partir del instante de nacer y por obrar de la misma naturaleza, una capacidad intelectual distinto. Es cierto que por cierto la afectividad intelectual de los hombres es distinta, sin embargo, su capacidad es similar.

Por la misma falta de sol, para los hombres de la raza blanca fue bastante duro por medio de los siglos el esfuerzo por la obtención del vestido, la ingesta de alimentos y la casa, importantes para lograr subsistir.

Han tenido que luchar más

Sin embargo, de forma definitiva, la narración de la evolución de la efectividad de la mente del ser humano no es la misma historia de la evolución de la especie.

Un infante habitual al que, recién nacido, se le cortara todo contacto con el ambiente humano que necesita para su desarrollo natural, no únicamente no lograría jamás ser un hombre habitual, sino que ni siquiera evolucionaría como una persona.

Algo tan fundamental en el ser humano, como su capacidad para comunicarse, se atrofia irremisiblemente si no es ejercitada en sus primeros años, y lo mismo ocurre con las otras cualidades innatas si, por medio del aprendizaje, no se realizan efectivas a tiempo.

¿Qué es lo cual ha producido el cambio?

Podría definirse al hombre como el animal con más capacidad de aprender. Justamente, ya que puede aprender es por lo cual es hombre.

Háblele de lo cual él conoce, y escuchará usted a un hombre que maneja los conceptos que tiene de una forma inteligente. Si aquel mismo hombre en un rato se propusiera obtener un título universitario que lo acreditara como doctor y estuviera dispuesto, con ahínco y constancia, a todos los sacrificios que ello necesita, tenga la estabilidad de que pasarán quince años, veinte años, treinta años, empero cualquier día aquel hombre va a ser doctor.

Todo hombre habitual puede aprender cualquier cosa, fundamentalmente a cualquier edad, si se le muestra en un lenguaje correcto. Todo hombre común puede conseguir cualquier meta que cualquier otro hombre regular haya alcanzado.

Aquel tipo de creencias procede principalmente de una deformación adquirida a lo largo de los primeros años, una vez que se debe comenzar al infante, con el término y con el ejemplo, en la iniciativa de que todo hombre es capaz de desarrollar cualquier facultad, si se lo recomienda en realidad, con el esfuerzo y la constancia elemental.

¿A qué se debería este fenómeno?

Así como, gracias a los adelantos científicos y a la importante optimización del tipo de ingesta de alimentos y de la limpieza, la humanidad tiene hoy una talla más alta y el promedio de vida ha crecido de una forma destacable, asimismo el proceso de urbanización, el desarrollo de los medios Un hombre que, con constancia, ejercite su sabiduría como sabiduría, con el fin deliberado y concreto de llegar a ser más inteligente, va a tener más modalidades de lograrlo que otro en equidad de condiciones, que por una u otra causa no realice lo mismo.

¿Y cómo la adquirieron?

Ya hace ciento de años, en el planeta occidental se ha tenido noticia reiterada de que en el lejano Oriente unos hombres denominados faquires parecían estar dotados de forma incomprensible del poder de dominar con la voluntad buena parte de lo cual convencionalmente se ha denominado, en los textos de anatomía que se aplican en las facultades de medicina de cada una de nuestras propias universidades, el «sistema nervioso autónomo», independiente justamente de los dictámenes de la voluntad.

Hoy los chicos en los primeros años de escuela aprenden a multiplicar y a dividir, sin embargo, hace subjetivamente poco, durante el siglo XVI, una vez que los hombres de cultura media no podían contar sino con los dedos, aquellas operaciones, en especial la última, solamente podían ser llevadas a cabo por especialistas, quienes eran considerados como seres dotados de facultades poco menos extraordinarias.

Para entenderlo mejor, establezcamos una diferencia entre la complejidad objetiva del problema y la complejidad subjetiva del individuo que pretende resolverlo. Una vez que se incrementa la complejidad objetiva de un problema, la complejidad subjetiva se incrementa en una proporción más grande. Y esta complejidad subjetiva puede traducirse en tiempo.

En términos matemáticos mencionaríamos que la época es funcionalidad de la complejidad subjetiva, o sea, que aquél es dependiente de está proporcionalmente.

Los exámenes han correctos millones de veces.

Otra cosa es la elemental reacción frente a la vida que tiene que conservar una persona para lograr transformarse en genio.

No se puede asegurar que Max Planck, Niels Bohr o Enrique Fermi, pues eran genios, tenían tal o cual proceder, de aquellos que se piensan propios de un genio, sino que por haber tenido aquel proceder y en ocasiones, pese a él, pudieron transformarse en genios. Hay genios enfermos y genios sanos. Hay genios locos y genios síquicamente habituales. Hay genios eruditos y genios diletantes.

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