Las Coeforas
snelk29 de Marzo de 2014
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En lo particular esta lectura trata de muchos casos que pasan en nuestra vida real, ya que mucha gente queremos reaccionar como Electra y Orestes, pero pese a esto la decisión de Oreste la cual fue cegado por la furia y tristeza de la muerte de su padre.
El libro de “ Las Coeforas” nos relata una historia de venganza que se arraiga de la muerte de Agamenòn, padre de Electra y Orestes, los cuales juran vengar la muerte de su padre.
En su tumba hacen diferentes rituales entre otros… y a todo esto prometieron hacerle justicia.
En la historia aparece un personaje llamado Clitemnestra, quien es esposa de Agamenòn y Clitemnestra es quien asesina al mismo. Al hacer esto ella fue acreedora del trono quien lo comparte con Egisto, quien es el amante de Clitemnestra, y por lo cual se convirtió en reina.
Al paso del tiempo Clitemnestra una noche como cualquier tiene un sueño sangriento. Y como todo ser humano se asusta y a este echo piensa o lo considera como una profecía que se remonta atrás de los hechos pasados a la muerte de Agamenòn.
Orastes hijo de Agamenòn, quienes de la infancia ha sido rechazado de su hogar, logra a engañar a su madre Clitemnestra haciéndose para por un forastero quien entablando un día la plática anuncia a la madre su propia madre.
Clitemnestra finge dolor, pero en el fondo siente alivio de la muerte de su hijo. Así es como tiempo después le da posada a Orestes y este, aprovechando un buen momento de descuido mata a Egisto sus gritos de dolor fueron ignorados o no escuchados por la amante en este caso su madre y así fue como murió Egisto.
Orestes recordando la muerte de su padre y prometer que la vengaría, no sabe si matar o no a su propia madre pero sus amigos de la infancia Apolo y Pilates lo convence e que es la mejor decisión hacerlo y por lo consiguiente quedar tranquilo en su conciencia de lo que le prometió a su padre por fin para venganza y justicia a la vez.
Orestes ya decidido a matar a su madre, Clitemnestra desesperada intenta apelar a los sentimientos de su hijo, pero el recuerda las palabras de sus amigos y la orden de matarla.
Clitemnestra le advierte la venganza de las Erinias:
Clitemnestra: mira, guárdate de las perras vengadoras de una madre
Orestes: ¿y cómo huiré de las de mi padre si renuncio a ello?
Clitemnestra: pobre de mí engendre y nutrí esta serpiente
Orestes: ah, que profeta tan verídico el terror que te inspiraba en tus sueños mataste a quien no debías, sufre ahora lo que no debía ser!
Nada más abandonar el palacio, las furias aparecen y, siendo solo visibles para el, comienzan a perseguirlo y torturarlo por su matricidio, el huye en agónico sufrimiento.
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