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Literatura

karenalmeida714 de Septiembre de 2014

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FELISBERTO HERNÁNDEZ

Narrador uruguayo. Introdujo una nueva dimensión en la literatura fantástica hispanoamericana, perceptible en la obra de Julio Cortázar.

Sus cuentos se estructuran a través de: la captación del misterio de los seres y objetos en su realidad cotidiana y la memoria afectiva que recoleta lo transcendente del pasado. … más bien breves y escritos con cierto descuido formal, que … las extrañas relaciones que existen en lo común y espontaneo del mundo sensible. Sus dotes musicales y el extraño oficio de su juventud (acompañante de piano de películas mudas) aparecen entre los temas de sus cuentos, junto con la niñez, los problemas del escritor, etc.

Hasta su muerte, su obra paso inadvertida, a pesar del fervor de algunos grupos de fieles admiradores suyos. Hoy en día la valoración de su obra es creciente.

Nació en Montevideo el 20 de octubre de 1902. A los 9 años comenzó sus estudios de piano, a los 15 años ya trabajaba en los cines proporcionando fondo musical a las películas mudas a través de su piano; a los 20 años se lanzó a recorrer como concertista el interior del país y algunas provincias argentinas. Se casó en 1925 con la maestra María Isabel Guerra y ese mismo año publicó su primer libro, Fulano de Tal.

Hacia 1940 abandonó definitivamente su carrera de pianista y se dedicó a la literatura. En 1942 publicó Por los tiempos de Clemente Colling y en 1943 El caballo perdido, obteniendo un premio del Ministerio de Instrucción Pública. Ese año se separó de Amalia Nieto.

En 1946 viajó a París con una beca del gobierno francés. En 1948 regresó a Montevideo. Se casó con la española María Luisa de las Heras, de la que se separó en 1950. En Escritura apareció por primera vez Las Hortensias en 1949. En 1954 se casó con la pedagoga Reina Reyes y en 1958 se separó de la misma.

Murió el 13 de enero de 1964.

Sus obras:

• Fulano de Tal (1925)

• Libro sin tapas (1929)

• La cara de Ana (1930)

• La envenenada (1931)

• Por los tiempos de Clemente Colling (1942)

• El caballo perdido (1943)

• Nadie encendía las lámparas (1950)

• Las hortensias (aparecida por primera vez en la revista uruguaya Escritura en 1949).

• Explicación falsa de mis cuentos («manifiesto estético», aparecido en la revista La Licorne en 1955).

• La casa inundada (1960)

• El cocodrilo (1962)

• Tierras de la memoria (inconclusa, 1964)

JULIO CORTÁZAR

Escritor argentino, una de las grandes figuras del «boom» de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Su afán renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su obra maestra.

Hijo de padres argentinos. Su padre fue destinado a la Embajada de Argentina en Bélgica. Su familia se refugia en Suiza durante la Primera Guerra Mundial hasta 1918, que regresan a Buenos Aires (Argentina). Obtiene el título de maestro en 1932.

Se identifica con el Surrealismo a través del estudio de autores franceses. Sus obras se reconocen por su alto nivel intelectual y por su forma de tratar los sentimientos y las emociones. Fue un gran seguidor de Jorge Luis Borges.

En 1935 comienza la carrera de Filosofía y Letras, da clases y publica estudios de crítica literaria. De esta época es conocida su colección de sonetos Presencia (1938), que publica bajo el seudónimo de Julio Denis.

En los años cuarenta, por problemas políticos, tiene que abandonar su puesto de profesor en la universidad, y comienza la publicación de artículos y relatos en revistas literarias.

En 1951 comienza su exilio. Dedica su vida a viajar, pero reside principalmente en París.

A pesar de haber realizado distintas publicaciones durante todos estos años, no se hace famoso hasta la publicación de Rayuela (1963), su obra maestra que refunda el género.

El viaje que realiza a Cuba en los sesenta, le marca tanto que comienza su andadura política. Apoya a líderes políticos como Fidel Castro, Salvador Allende o Carlos Fonseca Amador. En su Libro de Manuel (1973), queda reflejado su compromiso político.

En los años siguientes se destacan los poemas Pameos y meopas (1971), los relatos de Octaedro (1974) y Queremos tanto a Glenda (1980) o Un tal Lucas (1979). En 1984, recibe el Premio Konex de Honor en Argentina.

Poco antes de fallecer, publica su libro de poemas Salvo el crepúsculo (1984). Julio Cortázar murió el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia.

En la obra de Cortázar, el instinto, el azar, el goce de los sentidos, el humor y el juego terminan por identificarse con la escritura, que es a su vez la formulación del existir en el mundo. Las rupturas de los órdenes cronológico y espacial sacan al lector de su punto de vista convencional, proponiéndole diferentes posibilidades de participación, de modo que el acto de la lectura es llamado a completar el universo narrativo.

En el ámbito del cuento, Julio Cortázar es un exquisito cultivador del género fantástico, con una singular capacidad para fusionar en sus relatos los mundos de la imaginación y de lo cotidiano, obteniendo como resultado un producto altamente inquietante.

JUANA DE IRBARBOUROU

Poetisa uruguaya, considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. Juana Fernández Morales nació en Melo (capital del dpto. de Cerro Largo) en la República Oriental del Uruguay, el 8 de marzo de 1895. A los veinte años se casó con el capitán Lucas Ibarbourou, del cual adoptó el apellido con el que firmaría su obra.

En 1917 nace el único hijo de este matrimonio: Julio César Ibarbourou Fernández. Como consecuencia de la movilidad funcional a la que estaba sometido su esposo, la pareja vivió sucesivamente en Rivera, Tacuarembó, Rocha, Canelones y finalmente en Montevideo, en 1918, ciudad a la que en un principio le costó cierto trabajo el adaptarse, aunque finalmente la llamaba "mi ciudad".

Su padre abandonó el hogar cuando Juana era aún muy niña y, ella sola acompañó el sufrimiento de su madre, hasta el fallecimiento de esta. Solamente cursó estudios primarios; en un colegio privado religioso, primero, y finalmente en la escuela pública, debiendo completar su formación académica de forma totalmente autodidacta.

Sus primeros poemas aparecieron en periódicos, principalmente en “La Razón”, de la capital uruguaya. Comenzó su larga travesía lírica con los poemarios Lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, que expresó con abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas, alusiones bíblicas y míticas, aunque siempre con un acento singular. Con temas como el amor, la maternidad, la belleza física y la naturaleza.

Poco a poco su poesía se fue despojando del ropaje modernista. Escribió poemas con una tendencia hacia la corriente vanguardista e incluso con un toque de surrealismo, como “La rosa de los vientos”, “Estampas de la biblia”, “Invocación a San Isidro” y “Loores a Nuestra Señora”, escritos en 1934, y que dotaron de un sentido místico a su obra.

Más tarde, durante la década de los 50 se publicaron sus libros Perdida (1950), Azor (1953) y Romance del destino (1955).

Su obra en prosa estuvo enfocada fundamentalmente hacia el público infantil; en ella destacan Epistolario (1927) y Chico Carlo (1944).

Con 87 años de edad, “Juana de América”, falleció en Montevideo el 15 de julio de 1977.

ANALISIS DE OBRA: VIDA GARFIO

Vida Garfio es un poema perteneciente a su primer libro "Lenguas de diamante" publicado en 1919.

El poema está estructurado en cinco estrofas de catorce sílabas cada verso en su mayoría. Existe una excepción significativa de dos versos que miden siete sílabas, también llamado pie quebrado.

La rima es consonante entre el segundo y cuarto verso de cada estrofa.

El título del poema hace referencia al tema del mismo. El yo lírico quiere aferrarse a la vida, engancharse a ella, no permitir jamás la situación de la muerte. El “garfio” es un instrumento de hierro, curvo y puntiagudo, que sirve para aferrar algún objeto, de esta manera el yo expresa desde su título el deseo de luchar por la vida, aún en circunstancias tan adversas como la muerte. Este yo pretende continuar vivo, aún después de la muerte, y para eso supone la posibilidad de transformarse en parte de la naturaleza.

El cuerpo material se transformará, para el yo, de forma natural, en parte de la naturaleza, pero esta transformación no será total, dado que seguirá viendo, oyendo, sintiendo con su propia conciencia.

En la primera estrofa la autora utiliza una serie de figuras retóricas que demuestran su amor por la naturaleza. Hay un contraste cuando se refiere al "alboroto divino de alguna pajarera", lo considera divino porque es obra de la naturaleza. Pero además hay una personificación porque dice que el alboroto es riente.

Estos términos nos muestran que ella quería ser enterrada en un ambiente donde hubiese vida a su alrededor, donde hubiese sonido y ruido, de esta manera ella también se sentiría viva, se sentiría parte de la naturaleza.

Para el yo lírico toda la naturaleza es vida, tanto los objetos animados como los inanimados, por esta razón hay una personificación del agua de las fuentes, otorgándole la posibilidad humana

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