Los Soles Pueden Morir

“Soles occidere et redire possunt” (Catullus, C. 5)

(“Los soles pueden morir y volver a nacer”)

Introducción

El alma, la vida, la historia, la memoria, la experiencia, todas ellas hechas palabra, preanunciadas en el pensamiento y plasmadas en los símbolos que conforman los vocablos, asentadas en el blanco papel que se torna amarillento por el paso del tiempo, pueden permanecer ocultas, escondidas a los ojos de los mortales, sepultadas en un aparente olvido colectivo; pero de repente la apertura de un cajón, el descubrimiento de un fragmento, de un libro archivado antaño, pueden revivir la letra muerta, la letra adormecida entre los pliegos de las hojas y hacerla renacer en cualquier tiempo, hacerla brotar nuevamente en la memoria de los pueblos y arraigarla en la experiencia trashumante de los hombres.

Así Catulo, el poeta, “el hacedor, el productor, el creador, el escritor que trabaja con las manos, que pone su cuerpo en lo que hace” puede semejarse, en sus escritos, a esos soles enunciados en el Carmen 5, soles que mueren y renacen, sol que puede silenciarse entre las páginas cerradas de un libro, pero que renace gritando el amor, el desengaño, el abandono, el odio y el dolor cada vez que algún lector ávido de la musicalidad y hondura de sus versos recoge y sostiene entre sus dedos el volumen que contiene sus escritos.

La obra literaria de Catulo, pone al lector en contacto con un universo novedoso, el universo fabricado, pulido y presentado por los que, en la antigua Roma, se reunieron bajo el nombre de neoteroi (novísimos), aquellos poetas jóvenes y vanguardistas que adoptaron la poesía como forma de vida, realzando la experiencia estética y desafiando los cánones recibidos. Dentro de este cosmos creado por los trazos de la pluma catuliana, el amor, la femineidad en contraposición a la virilidad romana, el deseo, la decepción, la angustia y la felicidad experimentadas ante la presencia – ausencia del objeto amado, cobran vida en Lesbia (seudónimo con el que el poeta cubre el nombre de su amada Clodia), la mujer que llena de sentido, de pasión y de odio su vida y su obra, como se verá reflejado en las siguientes páginas surgidas de la lectura de la Poesía completa de Catulo y de Una introducción crítica de Leonor Silvestri .

Desarrollo

Como ya se anunciaba en la introducción precedente, la obra de Catulo traslada al lector a un universo cuyo centro es la mujer y las pasiones, muchas veces desencontradas, casi siempre contrapuestas, que ella desencadena en el corazón del hombre que sucumbe seducido por sus encantos. A Lesbia, le dedica gran parte de sus mejores poemas centrándose en la imagen de “la traición de una mujer que no comprendió la naturaleza de su amor y de una sociedad que no le dio el contexto en l cual desarrollarlo” . Sin embargo, el poeta abarca también temas usuales, recoge con su pluma las nugae (frivolidades, simplezas, bagatelas) de la vida para presentarlas a un público, selecto inicialmente, capaz de comprender lo cotidiano del amor, del odio y del olvido, como puede leerse en los Carminis 5 (“Vivamos y amemos, Lesbia mía […] Dame mil besos, luego cien, luego otros mil, luego otros cien, luego aún otros mil, luego cien.”); 8 (“¡Ay de ti, sacrílega! ¿Qué vida tendrás, ¿Quién se te presentará ahora?¿A quién parecerás bella? […] Pero tú, Catulo, obstinado, resiste”); 11 (“…Y que no atienda, como antes, a mi amor que por su culpa murió como del prado la última flor, que ha perecido después que la ha golpeado el arado que pasa”); entre otros. Inspirado en su predecesora griega, Safo, fue nuestro poeta el primero en escribir una colección de poemas que tienen como tema principal los amores felices y los tortuosos con una única mujer: Lesbia es el vehículo del ideal de Catulo y de sus actitudes hacia la mujer. .

Restaría ahora preguntarse por el marco social – costumbrista en el que el poeta escribe sus versos: ¿De qué manera están recogidos en la obra catuliana el sentir del pueblo romano, sus costumbres, sus tradiciones, su moral, su horizonte? ¿Es Catulo el poeta que escribe el amor desencarnado de un contexto o más bien el ciudadano romano enamorado que deja entrever entre sus líneas la cultura y la historia de su tiempo? Siguiendo la introducción crítica de Leonor Silvestri, en los poemas se vislumbra que el erotismo de Catulo, por ejemplo, queda confrontado con los ideales amorosos del poeta que a su vez son incompatibles con la moral

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