Los filósofos no nacen...son, ¡y con eso basta!.

Los filósofos no nacen…son, ¡y con eso basta!”. Palabras con las que Michel Foucault cierra una entrevista memorable, presentada en este volumen imperdible, y que nos plantean la necesidad imperante de la elaboración de biografías intelectuales o la publicación de material inédito de pensadores fundamentales para ayudar a comprender el basto panorama intelectual del siglo XX.

Para los seguidores asiduos -sobre todo de habla hispana- del filósofo e historiador francés siempre será un motivo de festejo encontrarse en el mostrador de alguna feria, librería o biblioteca con algún libro “nuevo” que nos remitan a las ideas, circunstancias políticas y preocupaciones personales que están en la raíz de todos los planteamientos presentes en sus escritos académicos. De ese modo, hemos sido testigos de la publicación de gran cantidad de los cursos dictados en el prestigiado Collège de France, sin embargo, la creciente relevancia que han cobrado sus temas de estudio en el contexto latinoamericano (represiones policiacas, dinámica creciente de los nacionalismos, crisis de los sistemas penitenciarios) han aligerado la traducción de conferencias e intervenciones mucho más coloquiales, alejadas de los conceptos y reconstrucciones teóricas, en las que se refleja la capacidad de síntesis y la sensibilidad que Foucault mostró sobre los acontecimientos de su tiempo, recordándonos que la teoría o el análisis en las ciencias sociales y humanidades no pueden estar desvinculados de la militancia, el activismo o el compromiso personal con alguna causa.

En El poder, una bestia magnífica no debemos esperar la reflexión más exhaustiva, ni los párrafos complejos y excitantes que nos acostumbraron libros como La historia de la locura en la época clásicao Vigilar y castigar, más bien, debemos ser lo suficientemente pacientes y atentos para reconstruir las experiencias personales que el autor experimentó y que le sirvieron de punto de apoyo en la elaboración de una de las producciones intelectuales más críticas de los últimos tiempos.

Dividido en tres partes que reflejan los tópicos que acompañaron su etapa más fructífera, interesada en la microfísica del poder, la gobernabilidad y en los instrumentos por los que el sujeto se construyó a sí mismo a lo largo del tiempo, los textos y las entrevistas reunidas nos llevan del año 1971 a 1982. La primera parte nos ofrece la oportunidad de introducirnos a la imagen que Foucault concibió sobre las relaciones de poder; como mecanismos, mucho más amplios que el mero aparato jurídico y legal, los cuales se ejercen mediante procedimientos de dominación, que van desde la vigilancia, el examen y la distribución en el espacio, que buscan una relación de docilidad-utilidad economizando las formas de expresión de ese poder, haciéndolo menos visible y por tanto más difícil de combatir. Estas expresiones y procedimientos pueden estar introducidos tanto en instituciones aparentemente neutras o libres de finalidades políticas como son la universidad y el manicomio, pero también en distintas relaciones sociales comunes como son la del maestro-alumno o la del padre-hijo, dejando de manifiesto que el poder no se posee, solamente se ejerce.

En la misma sección, dilucidamos su propia concepción de la historia considerada la acumulación del discurso de los vencedores en contraposición al silencio de los vencidos. A la que supo contraponer una “contra historia”, más combativa, la cual consistía en hacer hablar a toda clase de experiencias silenciadas por un discurso oficial, prestar oídos a los afásicos, los excluidos y los moribundos. En esta característica descansaría, sin duda, los análisis, realizados en esta edición, sobre los movimientos de su época entre los que anotamos el activismo de los grupos feminista y la lucha por el reconocimiento de los homosexuales.

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