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MADRES SOLTERAS


Enviado por   •  13 de Junio de 2014  •  1.796 Palabras (8 Páginas)  •  566 Visitas

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INDICE

TEMAS PÁGINAS

MADRES SOLTERAS

LA DECISIÓN

PROBLEMAS

AUTOESTIMA

SEXUALIDAD

LA PREGUNTA

LA CRIANZA

INSEMINACION ARTIFICIAL

LA ARDUA TAREA DE SER MADRE SOLTERA

INTRODUCCION

En la antigüedad e incluso hasta hoy en ciertos contextos, las madres solteras son víctimas de discriminación, y basado en distintos orígenes, desde mandatos religiosos hasta prejuicios sociales.

MADRE SOLTERA

Se le llama madre soltera a la mujer que queda embarazada y decide ser padre y madre a la vez debido a la ausencia paternal del hombre que ayudo a engendrar la semilla de la vida.

Las circunstancias por las que una mujer se convierte en madre soltera son variables, desde un enamoramiento fugaz, hasta el hecho de confiar plenamente en el compañero para evitar el embarazo; pero la naturaleza es muy sabia y nosotras a veces imprudentes o inocentes o confiadas; hay muchos casos así, donde relatan que pidieron a su pareja que no hubiera eyaculación dentro, y confiaron.

Ese momento de confianza de un solo lado, trae consecuencias a largo plazo, un ser humano que viene en camino y del que solo la madre se hace cargo. Luego, con el paso del tiempo se busca el reconocimiento por parte del padre biológico.

Las madres solteras enfrentan grandes desafíos como el saber que serán ellas las responsables de brindar educación, alimento, protección, formación a un nuevo ser humano que inicia el camino de la vida una vez que es fecundado.

La madre soltera debe llevar a cabo la crianza de los hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de una pareja; por decisión propia o circunstancias de su entorno.

El rostro de una madre sola, sin ayuda de la pareja y con un hijo, es un rostro de calidad porque antes que nada no ha optado por la puerta falsa del aborto o el abandono, sino que ha decidido ser una mujer que enfrentará la vida por dos, el niño que viene en su vientre le otorga las fuerzas y el coraje para salir adelante en medio de una sociedad que estigmatiza y estereotipa, que señala y que acusa fríamente.

Las madres solteras tienen que pagar un precio muy alto, no sólo a nivel económico, sino que también están expuestas a la discriminación, prejuicios y mitos en su vida cotidiana.

Entre otros, persiste el mito de que los niños de madres solteras se convierten en chicos y chicas malas, de que las madres solteras no saben poner los límites, que las madres solteras asfixian a los niños con su amor.

Los estudios demuestran todo lo contrario: que las madres solteras son muy capaces. Los niños de madres solteras no salen peor ni cometen más delitos que otros niños. Se sienten mejor como adultos que aquellos niños que han crecido en una familia nuclear donde ha habido graves conflictos entre los padres.

Según otro tópico muy duro, las madres solteras prefieren recibir subsidios en vez de trabajar. Sin embargo, los estudios demuestran que preferirían trabajar a tiempo completo para ganarse la vida. A menudo aceptan una variedad de trabajos diferentes para llegar a fin de mes. Incluso aceptan trabajos temporales y ofrecen servicios a sus parientes para aumentar sus ingresos.

Las madres solteras en cualquiera de los casos que se den han elegido o aceptado ser la única o la principal responsable de la enorme y comprometida tarea de brindar al hijo la atención y el sostén afectivo y material que todo niño necesita. En la mayoría de los casos, ello implica afrontar la “doble carga” doméstica y laboral en condiciones desventajosas, si se las compara con la madres mes trabajadoras que comparten esas responsabilidades con un marido o compañero con el que conviven.

Los hogares monoparentales a cargo de una mujer “jefa de familia” se encuentran en constante aumento en las últimas décadas en prácticamente todos los países del mundo. Sin embargo, constituyen una categoría social sumamente heterogénea, que incluye a mujeres viudas, separadas o divorciadas de uniones legales o consensuales y a madres que nunca se han casado o convivido con los padres de sus hijos.

La historia nos indica que a partir de la mitad del siglo XX, las mujeres progresivamente empezaron a salir del hogar para trabajar, estudiar y realizarse como personas, fenómeno conocido como la Liberación femenina, y que poco a poco ha ido llegando a diversas sociedades, incluso, aunque con matices más suaves, al islam.

La mujer se dio cuenta de que en ocasiones, el hombre no era necesario para sacar adelante un hogar, y ella misma podía procurarse los medios para subsistir con

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