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Madres Solteras

maab17 de Diciembre de 2012

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Dolores Acosta / El Sol de México

Ciudad de México.- Entre 1990 y 2005 disminuyó tres veces el porcentaje de nacimientos provenientes de madres sin escolaridad pasando de 10.7 a 3.5 por ciento; la proporción de alumbramientos de madres con primaria incompleta disminuyó a la mitad, pasando de 15.2 a 7.8 por ciento; en tanto que el porcentaje de aquellos cuya madre tenía secundaria o más aumentó en más de 13 puntos porcentuales, al pasar de 45.7 a 59.4 por ciento.

Según datos dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en cuanto a las que estaban casadas o en unión libre, se encontró que en 1990, el 89.6 por ciento de los nacimientos se presentaban en mujeres bajo esa situación, mientras que en 2005, el porcentaje disminuyó a 85.5 por ciento.

No obstante, los nacimientos de madres solteras aumentaron en proporción al pasar de siete a 9.5 de cada cien.

Por lo que se refiere a la mortalidad materna, en 2002 fue de 59.9 defunciones por cada 100 mil nacimientos, mientras que en 2008 disminuye a 57.2.

En promedio, cada mujer tiene 2.3 hijos; la entidad que muestra el menor promedio es el Distrito Federal con menos de dos hijos, en tanto que en Zacatecas y Guerrero el valor alcanza los 2.8 hijos por mujer.

El Informe del INEGI detalla sobre los nacimientos que entre 1990 y 2005 en promedio cada año ocurren 2.3 millones de nacimientos; para este último año se observa que el Estado de México concentra 14 de cada 100 alumbramientos, seguido por Jalisco y el Distrito Federal con siete.

Por edad de la madre se observa que la mayor frecuencia de los nacimientos ocurre entre los 20 y 24 años, aunque existe una leve disminución en el periodo 1990-2005, donde el porcentaje pasa de 32.3 por ciento a 29.8 por ciento. Le sigue en importancia el grupo de 25 a 29 años, con 31.2 por ciento de cada cien nacimientos ocurridos en este periodo.

En 2008 se produjeron mil 119 defunciones de mujeres que se relacionan con el embarazo, parto y puerperio; poco más de la mitad (50.4 por ciento) de éstas se deben a dos grupos de causas en específico: a las hemorragias durante el embarazo, parto y puerperio (25.3 por ciento) y a la enfermedad hipertensiva del embarazo, edema y proteinuria (25.1 por ciento), las cuales pueden prevenirse o minimizarse con un adecuado control médico.

Al segundo trimestre de 2009 en todo el país se reportaron 24.4 millones de hogares que en su composición incluyen por lo menos a una mujer que ha sido madre, lo que en términos porcentuales representa 87.6 por ciento del total de unidades domésticas.

La distribución porcentual por número de mujeres con hijos en ambos casos, presenta mayor concentración en aquellos donde sólo hay una madre 77 por ciento. Llama la atención que la proporción de los hogares con dos madres donde la jefa es mujer supera casi en ocho puntos porcentuales a aquellos donde el jefe es hombre.

En lo referente, a la educación, el nivel de escolaridad de las mujeres de 12 años y más con al menos un hijo nacido vivo ha aumentado paulatinamente. Entre 2005 y 2009 el porcentaje de madres con al menos un grado de secundaria aprobado pasó de 21.9 a 24.6 por ciento; en tanto que las madres con un nivel de instrucción medio superior y superior aumentó de 23.3 a 26.6 por ciento en el mismo periodo.

Para el último año, 86.8 por ciento de las madres que no cuentan con escolaridad tienen tres o más hijos; mientras que 71.9 por ciento de las madres con estudios superiores tienen uno o dos hijos.

El promedio de escolaridad de las madres trabajadoras es de 8.8 años de estudio, nivel de educación equivalente casi al tercer año de secundaria.

De acuerdo con la situación conyugal, las madres solteras se insertan con mayor frecuencia en el mercado laboral (70.5 por ciento), seguidas por las separadas, divorciadas y viudas (46.2 por ciento) y por último las casadas o en unión libre cuya participación económica es de 37.3 por ciento.

Sobre las madres indígenas, entre 1990 y 2005 el porcentaje de mujeres de 12 años y más hablantes de lengua indígena con al menos un hijo nacido vivo aumentó de 66.1 a 69.6 por ciento. Para este último año, estas mujeres residen principalmente en Oaxaca (332 mil), Chiapas (219 mil), Veracruz (191 mil), Yucatán (181 mil) y Puebla (177 mil).

El náhuatl es la lengua indígena más hablada por estas madres, ubicándose a continuación el maya; las lenguas zapotecas y las lenguas mixtecas.

Según estadísticas, la quinta parte de las mamás mexicanas no están casadas; muchas de ellas han decidido tener hijos sin la presencia de la figura paterna, aprovechando las nuevas tecnologías que les permiten alcanzar ese anhelo. Esto es una tendencia creciente que cambia el concepto tradicional de familia, afirman

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CRISTINA PÉREZ-STADELMANN

El Universal

Miércoles 30 de agosto de 2006

Se llama Miriam Acosta. Es comerciante. Tiene inquietudes profesionales y es independiente económicamente. De carácter abierto, no rechaza el matrimonio, pero aún no conoce al hombre con el cual desee formar una familia.

A los 35 años fue madre soltera. Hoy tiene una hija de un año de edad. Ha planeado su futuro basado en la independencia económica y personal; y en contraste, a veces su soledad la vuelve maniática y recelosa con sus cosas.

Es la cara y cruz de esta nueva faz urbana, o realidad social compuesta por madres solteras, que a la hora de tener un hijo quizás le propongan a su mejor amigo que sea proveedor de semen, o acudan a un donante anónimo en una clínica de fertilidad -como lo hizo Miriam, que procuró un donante mexicano, de tez blanca, alto, con un coeficiente intelectual elevado-, y que aproximadamente por 150 mil pesos -costo total del procedimiento- pudo ser madre.

Una nueva faz urbana

Son muchas las causas que llevan a una mujer a enfrentar un embarazo sin una pareja; en todo caso, ¿quién no tiene una amiga, una hermana, una prima, una vecina... en definitiva, una persona cercana que le haya comentado en un momento dado: "Seré madre soltera, me separo, voy a adoptar, o no deseo casarme" -todos ellos, comentarios que desafían el estereotipo cultural de la familia heterosexual "normal"-?

Suele afirmarse que el deseo de ser madre y formar una familia es inherente a la mujer; sin embargo, la estructura familiar tradicional -marido, esposa e hijos- ha sido sustituida paulatinamente por otros tipos de composición familiar, como son los hogares encabezados por jefas mujeres, así como mujeres solteras que han elegido tener hijos y criarlos solas; mujeres que se acercan a los 40 años de edad, divorciadas o solteras (preocupadas por su reloj biológico) y que por distintos motivos postergaron su maternidad.

También hay las mujeres que no están en pareja, pero que no quieren privarse de tener un hijo; mujeres solas que han podido acceder a la maternidad gracias a la aparición de nuevas tecnologías de reproducción asistida; y mujeres que marcan una tendencia que podría ir en aumento de la mano de cambios sociales y culturales de las últimas décadas.

En este sentido, cifras proporcionadas por el Consejo Nacional de Población (Conapo) indican que en México de los 25 millones de mujeres que tienen hijos vivos, casi 4.5 millones (la quinta parte) son madres solas.

Una de cada cinco mujeres de las generaciones jóvenes -menores de 30 años de edad- inicia su primer embarazo siendo soltera. A su vez, por lo menos la mitad de las mujeres en edad reproductiva en el país educan solas a sus hijos: 11 % por divorcio, 17% por viudez, 12 % por abandono del hombre, y el 60% restante por ser madres solteras.

Además, se estima que 80% de las mujeres que se someten a un procedimiento de inseminación asistida en México, son solteras y sin pareja que buscan un hijo a través de semen donado.

Posibles consecuencias

Ahora bien, ¿está en crisis la figura del padre? ¿Existen consecuencias frente a sociedades sin padre o padres ausentes?

Estadísticas oficiales recientes en Estados Unidos refieren que 90% de los hijos que huyeron de casa provenían de familias sin padre.

Asimismo, 70 % de la criminalidad juvenil provenía de familias donde el padre está ausente, 85% de los jóvenes en prisión crecieron en familias sin padre, y 63% de los jóvenes suicidas tenían padres ausentes.

Para Alfredo Góngora Rodríguez, ginecólogo especialista en reproducción y director del Centro de Fertilidad Humana en México, es aconsejable que ninguna mujer tome el camino de la reproducción asistida (sin padre biológico) si no tiene una red afectiva sólida, pues deben ser muy fuertes para afrontar lo que implica ser madre soltera.

En este sentido, Silvia Luna Santos, subdirectora de Información del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), coincide al afirmar que el ser humano debería estar enmarcado dentro de un triángulo madre-padre-hijo, pues tanto la figura materna como la paterna son importantes.

Por lo tanto, agrega Luna, la decisión de lanzarse en solitario a la búsqueda de un hijo puede traer consecuencias no deseadas ante la omisión paterna, como lo son el sentimiento de abandono, desarraigo, inseguridad, añoranza y falta de identificación con la figura paterna.

"Familia de lesbianas, una realidad"

Madre hay una sola, pero a veces hay dos. Los centros médicos privados que aplican técnicas de reproducción

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