Michel Foucault

Como punto de partida, el autor se manifiesta en contra de la idea metafísica del conocimiento y su preexistencia, ya que sostiene que el conocimiento es más bien una invención o fabricación humana; es decir que no es "algo" que venga o esté incorporado en el sujeto mismo, por su naturaleza.

Cuando se habla de "sujeto", se hace referencia a que somos "sujetos" "sujetados" a la sociedad. A partir del sujeto, nace la subjetividad, ligado plenamente a la historia o historicidad, la cual funciona como el reconocimiento de tal subjetividad. Son los dominios del saber presentes en las Cs. Sociales (Como por ejemplo: Sociología, Pedagogía, Psicología, Criminología, etc.) quienes otorgan procedimientos, técnicas, conceptos o métodos, a partir de los cuales los sujetos construyen su subjetividad.

La unidad de análisis está centrada en las prácticas sociales; las cuales pueden ser: Múltiples (jurídicas, pedagógicas, psicológicas), Institucionales (Hospitales, cárceles, escuelas) o el Discurso. Éstas prácticas sociales son las que pueden llegar a generar dominios de saber que, no sólo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos o técnicas -como se dijo anteriormente-, sino que además hacen nacer formas nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento.

También se establece que el conocimiento tiene como punto de partida los instintos, y es el resultado de una lucha que tiene como fin ganar poder. Y allí es donde sea crea la relación entre el poder y el conocimiento.

Esta relación entre el poder y el conocimiento -y también del saber- el autor lo plasma y ejemplifia en la tragedia de Edipo. Edipo gana poder desde niño en aventuras, historias y experiencias que le crean conocimiento y un saber ganado por la experiencia, lo cual lo hace más poderoso. El exceso de poder en Edipo crea la necesidad de no perder su poder, matando así a su padre y casándose con su madre. El autor concluye que existe una relación entre el poder y el conocimiento o saber, y que estos dos "van de la mano".

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