Objetividad de la belleza: descubrimiento de la integridad, el equilibrio y el esplendor de esta
carol figueroaEnsayo16 de Julio de 2023
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Objetividad de la belleza: descubrimiento de la integridad, el equilibrio y el esplendor de esta.
- INTRODUCCIÓN.
En el extracto del texto "Belleza, ¿Sobre Gusto no Hay Nada Escrito?" de Emilio Morales de la Barrera, se exploran detalladamente las condiciones objetivas que definen la belleza. En base a esta visión, se puede comprender que se trata de un concepto ampliamente debatido y explorado a lo largo de la historia, siendo la belleza una característica que cautiva al ser humano, y lo mueve emocional y espiritualmente. En el ensayo titulado “Objetividad de la belleza: descubrimiento de la integridad, el equilibrio y el esplendor de esta” a partir del texto de Emilio Morales de la Barrera, se adentra en el análisis de las condiciones objetivas que definen lo que consideramos bello. A través de una reflexión, se examinan las tres condiciones fundamentales propuestas: integridad, proporción conveniente y esplendor de la forma. En este ensayo, se explora cómo estas condiciones permiten comprender y apreciar la belleza en diferentes manifestaciones artísticas y naturales, así como la relación entre lo bello y lo feo.
- DESARROLLO.
Santo Tomás de Aquino dijo que para que algo se considere hermoso, debe tener una integridad y un equilibrio completos, sin deficiencia ni exceso. Por ejemplo, cuando se habla de una buena película, se refiere a una película que no tiene escenas inacabadas o incompletas, lo que brinda a los espectadores una sensación de plenitud y satisfacción. Lo cual se traduce en estar frente a un elemento bello por su integridad.
Sin embargo, la integridad se puede aplicar de muchas maneras y cubre muchos aspectos. En este punto se puede mencionar, por ejemplo, lo citado en el texto de Morales, al referirse a un libro famoso como lo es “Los Miserables” de Víctor Hugo, que puede considerarse una obra de alta calidad y notable integridad. Del mismo modo, se menciona al hablar de integridad una pieza como la Novena Sinfonía de Beethoven o "Street Spirit" de Radiohead, piezas que pueden considerarse completas en términos de composición y estructura.
Siguiendo la línea anterior, la segunda condición objetiva para que algo se considere bello son las proporciones adecuadas. Esta condición se refiere a la necesidad de tener un equilibrio armonioso entre las partes de un todo, o sea, una disposición agradable a la vista y al oído. Por ejemplo, al llevar esto a la naturaleza, si se encuentra en estado salvaje a un caballo con una cabeza desproporcionadamente grande respecto a su cuerpo, supondremos que no cumple esta condición, y por tanto lo consideraremos estéticamente poco atractivo. Asimismo, al escuchar una obra musical de forma extravagante, sin mantener un equilibrio entre su melodía y su interpretación, se notará una falta de armonía y equilibrio en la interpretación, afirmando que esto no es armónico y, por consiguiente, no bello.
En otra situación similar, la cual se puede apreciar al leer el texto de Morales, sucede cuando se encuentra una serie de televisión que amplía su trama sin mantener un sentido relacionado al que inició la historia que sí tenía sentido para el espectador. Lo que inicialmente apelaba a la audiencia para representar una realidad potencial y abrumadora, efectivamente pierde sus proporciones adecuadas por el agotamiento y la pérdida de la relación correcta entre sus partes. Como resultado, ya no se le considera bello porque hay demasiadas escenas sin sentido sin armonizar entre ellas.
Finalmente, la tercera condición que determina la belleza es el esplendor de la forma. Al respecto, en el texto se enfatiza que la belleza trasciende la dimensión física y alcanza la dimensión espiritual. Considerar el esplendor de una forma puede ser complicado de interpretar, porque a menudo las condiciones físicas que la rodean pueden eclipsar la forma de algo. Sin embargo, es interesante advertir que hay muchas formas en las que la claridad espiritual tiene prioridad sobre la material. Cada objeto hermoso irradia su belleza de una manera única e individual. Por ejemplo, un animal expresa su belleza diferente a una mesa o un cuadro pintado. En cualquier caso, es un tipo de luz que ilumina lo que se contempla, no sólo la luz natural necesaria para la percepción visual, sino también la luz que atrae e invita, y aporta placer estético. Así es como la gracia de la forma se manifiesta en algo hermoso de muchas maneras y puede ser difícil capturarlo todo. Sin embargo, la belleza es un concepto afín, lo que significa que se aplica de manera similar pero también diferente a cosas diferentes. Según lo leído y extraído del texto, se puede afirmar que no es lo mismo el esplendor que emana de una flor que el resplandor de un ser humano, pero ambos tienen el poder de iluminar y atraer, y por ende considerarse bello.
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