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PLANTEAMIENTO DE LA ANTROPOLOGIA TRASCENDENTAL


Enviado por   •  30 de Marzo de 2015  •  11.055 Palabras (45 Páginas)  •  263 Visitas

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PLANTEAMIENTO DE LA ANTROPOLOGIA TRASCENDENTAL

Conferencia de Leonardo Polo dictada el 24.XI.1994 en el salón de actos de la facultad de psicología de la universidad de Málaga, y como quinta sesión del curso La antropología después de Hegel, organizado por el Grupo de investigación sobre el idealismo alemán de esa universidad.

Esta exposición tiene que atender a dos objetivos: por una parte, hay que tener en cuenta sus intereses como oyentes; pero por otra a mí me gustaría decir algo más de lo que he dicho en las publicaciones o cursos de doctorado que he dedicado a esta materia[1].

La antropología trascendental como propuesta.

Por tanto, quizá podríamos comenzar diciendo que considero la antropología trascendental como una propuesta: se propone una versión trascendental de la antropología. Que sea una propuesta quiere decir, ante todo, que es una investigación en marcha; pero también que les sugiero un planteamiento nuevo que no comporta descalificación de otros planteamientos diferentes, sino que pretende ser respetuoso con los demás posibles modos de enfocar el tema del hombre. Naturalmente, por fuerza se tiene que destacar, o tiene que diferenciarse de ellos, incluso recogiendo algunos aspectos suyos; porque si no, no sería una propuesta. Pero si se propusiera de una manera crítica respecto de otras versiones de la antropología, entonces tendría un sentido demasiado dogmático, a mi modo de ver, y ésa no es mi intención.

Sobre todo, porque me parece que la filosofía es siempre un camino abierto. Yo lo suelo expresar, de una manera un poco paradójica, diciendo que donde se equivocan los filósofos es en su última palabra, si es que la consideran como última. La filosofía siempre puede ir adelante, porque la verdad es inagotable. Por muchos que sean los logros, las adquisiciones que se hacen a lo largo de la historia de la filosofía, acerca de una temática tan amplia como le corresponde -la filosofía se ocupa de muchos asuntos-; por mucho que se adelante, digo, la filosofía no se puede acabar nunca. Por eso se llama filo-sofía: no hay una última palabra, o una última averiguación.

Propuesta elimina el dogmatismo: no pretendo en ningún momento ser dogmático. Dogmático es el filósofo que considera que lo ha pensado todo, que construye un sistema total, como podría ser Hegel. No, eso no: se puede seguir por este camino, y se pueden quizás aportar otras cosas, o se pueden adquirir logros distintos, por otro, con otra metodología: nada de dogmatismos. La antropología trascendental es, digámoslo así, un canto al carácter abierto del ser humano; si efectivamente el ser humano es un ser abierto no se lo puede agotar. Su estudio, por mucho que uno lo quiera llevar adelante, siempre se queda inacabado, siempre hay más cosas por decir, que uno no termina de decir nunca. Este es un asunto que ya Husserl expresó al final de su vida -tenía más de 70 años- cuando le preguntaron si consideraba que estaba maduro, con los muchos años que había dedicado a la filosofía, o si había logrado adquisiciones que podían considerarse definitivas; y él dijo que no, porque se necesitaba vivir tantos años como Matusalén, novecientos años, para empezar a estar maduro. Pues efectivamente, aunque yo llevo más de cuarenta años dedicado a la filosofía, y por mucho que uno se rompa la cabeza con estos asuntos, nunca se acaban, no se agotan.

Antropología trascendental. Repito: propuesta. ¿Qué es lo que se propone? Lo que se propone es enfocar el tema del hombre de una manera distinta a como ha sido enfocado por la filosofía clásica, entendiendo por tal la que arranca de los griegos y se continúa en la Edad Media. En ella se entiende, o se enfoca, el tema del hombre de un modo propiamente no trascendental, sin excluir empero que haya algunas posibles pistas, o algunas indicaciones de las que uno podría arrancar, como ayudas o antecedentes. Y sin embargo, el perfil completo, el perfil definitivo que en esa tradición tiene la antropología es algo heredado de los griegos que los medievales no supieron superar. Y es que según esa antropología, el hombre propiamente es objeto de filosofías segundas. La antropología es una filosofía segunda, pero de ninguna manera una filosofía primera; la filosofía primera es la metafísica, que es, justamente por ello, a la que le corresponde ocuparse de los trascendentales. El hombre, en todo caso, sería un ser abierto a los trascendentales, pero él mismo no sería trascendental, o no habría trascendentales humanos. El hombre es simplemente un ente; un ente de gran categoría, pero no pasa de ser un ente entre los entes. Con todo, la postura medieval no es exactamente lo mismo que la postura griega, porque en la filosofía griega la subordinación del hombre al universo es mucho más intensa que en la filosofía medieval cristiana. Ya saben ustedes que Aristóteles consideró que también en el universo había elementos intelectuales, como las esferas y el primer motor, o los primeros motores; al introducir en el universo un elemento así, el hombre se subordina a él, participa de él. La filosofía cristiana intenta superar el paganismo de Aristóteles; pero a pesar de ese intento, sigue habiendo de todas maneras muchos elementos de aquel intracosmismo antiguo, es decir, sigue prevaleciendo una interpretación intracósmica del hombre.

En la postura clásica el hombre es un ser segundo, una causa segunda, se dice a veces; precisamente porque lo primario de la realidad es el fundamento. El carácter primordial de la realidad se enfoca así: de un modo fundamental; a lo que le corresponde ser primario, y eso sería lo propia o lo primariamente trascendental, es al fundamento. No al hombre, porque el hombre es un ser fundado, y la relación entre el fundamento y lo fundado determina el puesto de los temas. Si al hombre se lo estudia temáticamente como tal, lo estudiará una filosofía segunda; no se puede estudiar propiamente hablando como tema primario. El hombre no es el fundamento, sino que es un ser fundado, causado, dependiente de...; un ente finito en definitiva. Este es el planteamiento clásico; en él no cabe una antropología trascendental, sino que a lo sumo cabe hablar de que la antropología es una filosofía segunda. A mi modo de ver hay una cortedad en esta formulación, de la que de alguna manera también son conscientes sus mismos autores. Es decir, hay además un intento como de romper esa ubicación, de romper los límites que le asignan al hombre los griegos, para ir más allá; pero no se acierta, y al final se desiste.

La

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