RECUERDOS QUE VUELAN en noches oscuras
42123117Tesis16 de Noviembre de 2014
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TITULO:
RECUERDOS QUE VUELAN en noches oscuras
AUTOR: German de Olarte.
Dicen que la esperanza es como las estrellas, que en cada momento de tinieblas nos recuerda que ahí esta, brillando y alentándonos para seguir nuestro camino.
INTRODUCCION.
Mi historia no tiene principio y aun no se si tenga un final, solo sé que es algo vivido, algo que a todos nos ah pasado surge de un sueño y toma fuerza como relámpago. El nombre del personaje principal es Ron Spildman, un nombre raro tal como lo es el, es un chico que sufre un dolor intenso en la rodilla, es tímido, callado, y un poco oscuro en su forma de ser, pero con un alma muy fuerte. El aunque tenga amigos se siente solo, cada que sueña se convierte en otra persona al menos mientras sueña por que cuando despierta los sueños le provocan un dolor de cabeza intenso que siente que cada vez que sueña se evapora una parte de su vida.
--Hola soy Ron Spildman la forma de describirme ammm… veras solo hay una palabra que me describe completamente y es “RARO”, definitivamente esa es la palabra porque ¿Qué es ser raro? Es ser único, diferente a los demás, algo fuera de lo normal, algo que nadie entiende, es sinónimo de extraño y único, eso, para mi es ser diferente. Mi final da comienzo una mañana de diciembre.
Esa mañana desperté de un sueño el cual no recuerdo, era confuso, ¿soñaba con aves? Me preguntaba una y otra ves, pero nunca encontré la respuesta, esa mañana me levante como de costumbre hacia frio me puse los zapatos para bajar a desayunar pero cuando di el primer paso sentí un dolor que me perforaba la rodilla, un dolor tan intenso que sentía morir al instante después de los primeros 20 minutos el dolor fue disminuyendo hasta que solo quedo en un hormigueo. Baje a desayunar y sentí que todo cambiaba a mi alrededor quien iba a pensar que ese mes cambiaria todo. Llegando a la escuela salude a mis amigos: Erick, Natalie, violett y Uriel, con ellos había pasado casi la mayoría de mi vida desde el prescolar hasta ahora, que… aunque seguíamos caminos diferentes nos seguíamos viendo y hablando, éramos los mejores amigos. Entre a clases; yo era el bromista callado, que solo hablaba para decir alguna tontería de la cual todos reían, aunque lo que decía no lo hacia a propósito siempre era mi manera de pensar ese día todos me saludaron pensando en que tontería se me ocurriría decir hoy, aquel día me di cuenta de lo que era para todos… un bufón, sentí tristeza por mi y descubrí la soledad que me rodeaba, tantos personajes que consideraba mis amigos, eran solo conocidos que cada vez parecían ser personas extrañas, ese día, lo único que quería era que alguien me entendiera. En clases trate de quedarme callado aun cuando la profesora me preguntaba sobre el tema, pensaba… sobre lo ocurrido, en ese momento alguien toco la puerta era una compañera nueva que se había mudado a esta ciudad, por que donde trabajaba su padre había mucha violencia y decidieron lo mejor para ella, que era estar en un lugar tranquilo pero ese no es el caso, ella entro y se sentó aun lado de mi, era como verme al espejo tenia esa seriedad que me caracterizaba entre otras cosas. Terminaron las clases, quise salir corriendo pero no pude, otra vez ese dolor en la rodilla que me impedía seguir adelante, espere a que todos se fueran para poder gritar del dolor aunque no pude, una extraña sensación recorría mi cuerpo, como si presintiera algo que pasaría. Llegando a mí casa solo pensaba en ir a dormir y volver al sueño el cual no recordaba, mi madre estaba esperándome en la sala, pensaba que me había ido de pinta con mis compañeros aunque no fue así. Me retuvo un tiempo para platicar sobre por que había demorado tanto tiempo, yo no me atreví a contarle sobre mi problema de la rodilla así que me mando directo a mi habitación sin cenar. Aquella noche soñé con aves, yo era una de ellas aunque no sabia que ave era, me sentía como águila con tanta libertad en mis alas, en el cielo, hacia maniobras tan peligrosas pero a la vez tan espectaculares que todos miraban asombrados, paso un tiempo para darme cuenta de que era un cuervo muy grande, con tono negro lúgubre que lo caracterizaba, me sentía tan solo…, me preguntaba porque un ave con capacidad de volar era tan miserable, si volar era lo máximo para mi. Esa noche descubrí el tono gris de la soledad, habían muchas aves y aun así me sentía solo, pronto oscureció y me perdí en las tinieblas de la noche y cuando empezaba a pasar algo mas… oí la voz de mi madre diciendo “ ron se hace tarde para ir a la escuela”, fue tan importuno. Desperté y al momento de levantarme tuve un dolor de cabeza tan fuerte que me hizo sangrar de la nariz, sentía como si mi cabeza fuera una pajarera y miles de aves estuvieran atrapadas en ella y quisieran salir. Fue algo que me asusto otra vez esa sensación en mi cuerpo de que algo pasaría. Acabando de desayunar Salí disparado a la escuela pero al primer paso de nuevo el dolor en la rodilla que me atacaba cual tormenta a barco, llegando a la escuela estaba deprimido aunque no lo hacia notar llevaba una tristeza que disfrazaba con una sonrisa. El día de hoy hablaron sobre la neutralidad y pensaba si esa palabra existía, a mi me parecía una paradoja hablar sobre ello, era algo que casi nunca había escuchado, por lo regular solo existían dos lados, dos opciones, uno no podía estar en medio de los dos siempre me decían “una bombilla o esta encendida o apagada no puede tener un lado intermedio así es con nosotros, decían”.
Ese día no vi a ninguno de mis amigos o al menos a los que consideraba como reales. Terminadas las clases iba de camino a mi casa, quise tomar el camino mas largo a mi casa para pensar sobre lo que me pasaba… ¿Por qué tenia esos dolores? ¿Por qué mi sueño era tan lúgubre y nostálgico, acaso significaba algo? Pensaba… ¿Qué pasaría en mi próximo sueño? Miles de preguntas me atormentaban pensé que me volvería loco por hablar conmigo mismo, de repente pasaba por el puente de la ciudad, cuando de pronto vi a la chica nueva, la que se sentaba a lado mio, nunca me había fijado bien en ella, era una chica de esas que se ven muy intelectuales con lentes además de bonitas aunque muy seria, en sus ojos reflejaba tristeza, la vi tan sola que me anime a hablarle no sabia ni su nombre así que no sabia como acercarme a ella, camine hacia ella y dije:
-hola soy ron— esperando su respuesta, miles de ideas pasaban por mi mente, como: ¿cual seria su reacción? se me hacían horas los segundos que pasaron antes de que me contestara
-hola me llamo…. –- en ese instante apareció un hombre e interrumpió que me dijera su nombre. Mientras ella caminaba hacia el auto decía adiós con la mano y yo respondiendo al saludo esperando a que se alejara en el auto.
Seguí mi camino por esa calle, caminando por el callejón que daba al camino principal que me llevaba a mi casa, empecé a sentir un zumbido en mi cabeza, la silueta de mi sombra hizo que viajara a mis pensamientos, era una clase de visión, me llevo al mundo de mis sueños en el que volaba con alas de cuervo cubierta con plumas hechas de lagrimas de millones de pájaros que impregnaba tristeza por los lugares que pasaba, ciudades enteras se cubrían de oscuridad y perdían sus colores…. De pronto el sonido de cláxones hizo que aterrizara bruscamente en el mundo real, cayendo al vacío hasta poner los pies en la tierra, de nuevo una gota de sangre se asomaba por mi nariz, volví a casa un poco aturdido por lo sucedido. Esa noche volví a soñar, era el mismo sueño donde me transformaba en un cuervo con alas negras gigantescas. volaba, hacia maniobra tras maniobra pero de nuevo la tristeza volvió a mis alas, quise volar mas rápido quería sentir la brisa del aire en mi plumaje, pensaba que eso haría que la tristeza se fuera de mi sueño, pero aun seguía ahí, de pronto una espesa niebla, cubrió el cielo claro de la noche con un tono gris, la niebla impedía que volara con facilidad, hacia que mis alas pesaran demasiado a tal grado que caía en picada libre, en ese instante de nuevo el sonido del reloj de alarma me hizo volver a la realidad, en el momento que me levantaba y me dirigía hacia el baño empezó a sangrar de nuevo de la nariz, la infame gota de sangre volvió a hacer su aparición frente al espejo del baño y el dolor en la rodilla hacia acto de presencia como si entre ellos se pusieran de acuerdo para atormentarme esa mañana. Volví a mi rutina diaria de ir a la escuela y regresar a mi casa cuando se ocultaba el sol, lo único que cambio era el camino que tomaba hacia mi casa, solo lo hacia para platicar con aquella chica la cual no sabia su nombre, ni en la escuela había oído que alguien pronunciara su nombre pasaba de inadvertida, entonces la volví a ver en el mismo lugar de la vez pasada.
--Hola que tal—dije con una sonrisa dibujada en mi rostro – por cierto aun no me has dicho tu nombre ¿Cómo te llamas? ---hola perdón la vez pasada no pude decirlo me llamo…-- en ese instante alguien mas intervino como si no quisieran que supiera el nombre de aquella chica, era una compañera, la única a la cual ella le hablaba. Hablaban sobre un trabajo de física o algo así, yo no entendía sobre lo que hablaban.
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