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Rasgos generales de Esquilo, Sófocles y Eurípides

narabarcusApuntes16 de Julio de 2021

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Rasgos generales de Esquilo, Sófocles y Eurípides

Recordemos que estos tres trágicos no eran los únicos que competían en los certámenes y no podemos hacer afirmaciones sobre por qué son los únicos de los que nos quedan textos completos, todo lo que podamos pensar sería conjetural, sin embargo, habría que preguntarse al menos, cuáles serán las razones por las que la historia, la historia del arte y la del teatro en particular, olvida algunos nombres y recuerda otros. Tal vez tenga que ver con las relaciones con el pensamiento dominante, ese pensamiento que intenta durante siglos definir la legitimidad de sujetos y acciones a través de un relato que, si bien mantiene la memoria de algunos hechos, al hacerlo, promueve el olvido de otros sujetos y otros hechos que, quienes historizan, consideran menores o no relevantes. En este punto, lo que propongo es que pensemos la cuestión del discurso de las historias como un problema de poder de ciertos modelos sobre otros.

Antes de comenzar el desarrollo del tema -que es una propuesta de lectura sobre Edipo Rey y sobre el mito-, recordemos comparativamente de qué manera se sirven de los mitos los tres trágicos que veremos en la materia.

Vale aclarar que la bibliografía indicada para cada clase es la que utilizamos como marco teórico para el desarrollo. Que las clases no son una síntesis ni un resumen de los textos sino propuestas de lectura fundadas en ellos más la posibilidad de tomarnos el permiso de pensar o especular sobre los temas desde un punto de vista individual que es, en definitiva, lo que queremos alentar en ustedes. Esto es que, sin olvidar que hay bibliografía específica, cada quien debiera poder leer sobre la base de otros conocimientos que no son necesariamente los mismos en cada persona y por lo tanto, tampoco son definitivos ni deben pretender cancelar las posibilidades de lectura. Sin caer en interpretaciones arbitrarias, la propuesta es poder comprender los textos y proponer lecturas e interpretaciones con argumentaciones que resulten válidas y no nacidas sólo de la “impresión” sino de los conocimientos que se ponen en juego cada vez que interpretamos o re-interpretamos algo. Recuerden que cada persona tiene conocimientos específicos y los pone en juego frente a los diversos temas tratados y, al ponerlos en diálogo con los conocimientos de les otres, se produce una articulación de saberes que generan un nuevo concocimiento y una nueva posibilidad de pensar el mundo y, en particular en nuestro caso, el teatro.

Relación de los trágicos con los mitos

Cada trágico toma el mito y le da un tratamiento particular según su modo de concebir al ser humano en relación con los dioses, con el resto de los seres humanos y con su destino. Construyen en cierto modo, a través de la figura heroica, un modelo de comportamiento o muestran un comportamiento que, en todo caso, explicaría la condición humana. Esto es en general, entendiendo que hay tragedias que formularían formas excepcionales de comportamiento sin que estas impliquen heroicidad o carácter modélico sino que, más bien, funcionarían como paradigmas.

Esquilo usa el mito para mostrar la dependencia del ser humano al orden divino, en este sentido, una persona sería para Esquilo una pieza dentro del juego de fuerzas cósmicas.

Sófocles usa el mito para poner de manifiesto el ser del sujeto y lo que corresponde a su existencia haciendo una distinción entre la inteligencia humana y la divina. A les mortales les estaría vedado todo aquello que corresponde a la esfera de lo divino, en este sentido, el sujeto no es capaz de comprender, por su propia condición humana, el designio de los dioses. En ese equívoco básico, se fundan generalmente las acciones que terminan llevando a los personajes a la ruina.

Como veremos más adelante, en Eurípides, en cambio, el mito es utilizado para mostrar las pasiones humanas, esto le quita valor heroico y da una categoría prosaica, es decir, las acciones de los personajes de Eurípides son el resultado de un deseo individual y de un comportamiento guiado por la subjetividad. Esto es, en Eurípides hay un corrimiento hacia el interés individual por encima del interés colectivo y esto muy probablemente tenga que ver con el contexto de crisis social, económica y política en la que, como en muchos contextos de crisis ocurre, la pérdida de interés por lo colectivo trae aparejado un retraimiento hacia el individualismo y el consecuente deterioro del entramado social. No necesariamente sea una postura de Eurípides o un ideal o propuesta de un modelo sobre el comportamiento heroico, posiblemente sea tan sólo la representación de un síntoma de descomposición social. Basta con observar cómo el individualismo se antepone cuando las sociedades que están en crisis y dejan de lado el interés colectivo llevando a la sociedad a su ruina.

Sófocles (496 a.C / 406 a.C)

De Sófocles se conservan sólo siete de las 123 obras que escribió. Fue elegido strategos al menos una vez (-441/-440). Como Esquilo, fundó una familia de dramaturgos: su hijo Iofonte y su nieto Sófocles fueron ambos trágicos de cierto renombre.

Aristóteles le otorga el mérito de haber incorporado un tercer actor a la escena, aunque algunos autores señalan que Esquilo ya habría utilizado un tercer actor en la Orestíada. El coro se componía de 12 miembros y Sófocles eleva el número a 15. También fue Aristóteles quien toma a Edipo Rey como modelo de tragedia generando ciertos malentendidos por parte de quienes interpretaron que esta era una indicación sobre cómo debía escribirse una tragedia. Es decir, entendieron la Poética como un texto prescriptivo antes que un texto descriptivo.

En Sófocles es importante la idea de tiempo, el tiempo limita, éste trae cambio y también la muerte. Le preocupa la mutabilidad de la fortuna humana. Se preocupa por la adquisición de conocimientos, aparece en sus obras el contraste entre apariencia (doxa) y verdad (aleteia). Es decir, no sólo son problemas a los que se enfrentan los personajes en particular (descubrir una verdad) sino que es un tema que atraviesa sus obras como un problema para los y las mortales, esto es, la dificultad de distinguir entre apariencia y verdad es lo que lleva a los seres humanos a cometer errores que provocarán su infortunio. Teniendo en cuenta las afirmaciones de Schlesinger, esto tiene que ver con que el ser humano cree poder comprender los designios divinos pero su error se basaría en interpretar tales designios con las herramientas de la inteligencia humana que estaría apartada y por debajo de la inteligencia divina. De una manera u otra, Edipo Rey da cuenta de esto, no es soberbia lo que lleva a Edipo a creer que comprende la verdad oracular sino que ignora que no les es dada a los mortales dicha inteligencia y es por eso que, una vez que acceden a este conocimiento se enfrentan con una verdad que los corre de lo social y por lo tanto, o bien tienen el destino de Tiresias (que también es ciego), de poseer dicha inteligencia y ser intermediario entre dioses y mortales, o bien quedan fuera del orden social como Edipo que queda excluido de Tebas. De ahí la metáfora de los ojos que, entre otras cosas, implica que son órganos que sólo sirven para ver lo que está a la vista, en la superficie, y no la verdad en sentido profundo porque esa verdad se ve más allá de lo que los ojos perciben.

Sólo se llega al límite soportable cuando el ser humano se enfrenta y acepta la verdad. Para ser heroico, al menos en Edipo Rey, la evasión de la verdad no es posible. La tarea del héroe trágico es, entonces, enfrentar los peores hechos de la vida.

La condición humana es experimentar dolor y felicidad. Sófocles crea un teatro que explora el sufrimiento inmerecido ya que, desde cierto punto de vista, la mayoría de los personajes en Sófocles actúan entendiendo como justo su accionar y muchas veces ignoran que es todo lo contrario, justamente porque no pueden ver más allá de los límites de la inteligencia humana.

En Edipo Rey, cuando se revela la verdad no se refleja la maldad de les dioses sino la fragilidad de los logros humanos y el inexorable proceso revelador del tiempo.

El sino para Sófocles es simplemente “ser mortal y ser la persona que uno es”.

En las obras de Sófocles es característico: la doble posibilidad de la vida del ser humano, en la que su esplendor heroico es igualado por su absoluta vulnerabilidad. Frente a circunstancias, junto al potencial humano para la grandeza, están situadas su indefensión y su mortalidad. El único acontecimiento seguro de cualquier futuro humano es la muerte.

Ser eusebés es respetar las leyes divinas que son los cimientos de la sociedad humana y ello incluye el recto comportamiento hacia los demás y el apropiado culto a los dioses, en ese sentido, Edipo cumpliría con esa condición en Edipo Rey.

En Sófocles, el hombre es capaz de autodestruirse a causa de conservar la integridad moral y, como veremos, por resguardar la integridad de la sociedad en la que vive.

Los hombres y las mujeres de Sófocles se definen en relación con la sociedad.

En la composición Sófocles recurre al uso de contrastes. Contraste de temas (hijos/hijas en Edipo en Colono); contraste de tonos (canto de alegría/revelación de desastre en Áyax); yuxtaposición de personajes diferentes; ironía, contraste fundamental entre doxa y aleteia (lo que los personajes piensan y lo que el público sabe que es cierto).

Frente a las posiciones físicas de Esquilo y psicológicas de Eurípides, el arte de Sófocles tiene

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