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Religión DON PIEDAD


Enviado por   •  19 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  376 Palabras (2 Páginas)  •  78 Visitas

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                                                DON PIEDAD

El don de la piedad es un espíritu, un hábito sobrenatural que, por obra del Espíritu Santo, de un modo divino, enciende en nuestra voluntad el amor al Padre y el afecto a los hombres, especialmente a los cristianos, y a todas las criaturas.  Es por tanto uno de los dones que lleva a plenitud la voluntad de Dios en amarnos unos a los otros obteniendo así un amor pleno y lleno de Dios.

 Vemos en los santos, que  por el don de piedad, viven con intensidad sobrehumana la Comunión. Y  gozan, pues, de su relación profunda con la santísima Trinidad y con los bienaventurados, bien conscientes de que son «conciudadanos de los santos y familiares de Dios». Y también, por el mismo don del Espíritu Santo, viven su fraternidad con todos los miembros de la Iglesia de la tierra y del purgatorio, así como su solidaridad con todos los hombres. Más aún, todo el mundo visible es para ellos Casa de Dios, y estando, como están, tan unidos al Creador, se sienten profundamente unidos a todas las criaturas, que en Dios tienen su ser y su fuerza, su belleza y su obrar.

Y en ello observamos como San Francisco de Asís vive profundamente la fraternidad con todas las criaturas: con el hermano Sol, con la hermana luna, con el hermano fuego, con nuestra hermana madre tierra (Cántico de las criaturas). También en Santa Catalina de Siena, por el don de piedad, hallamos preciosas expresiones de su vivencia fraternal con toda criatura de Dios.

El don de piedad pues, lleva a perfección el abandono confiado en la providencia amorosa del Padre. Si nuestra más profunda identidad es la de hijos de Dios, porque él ha querido hacerse Padre nuestro, y si nuestro Padre es bueno y omnipotente, y conoce nuestras necesidades.

En conclusión el don de piedad, por obra del Espíritu Santo, perfecciona, pues, en modo sobrehumano el ejercicio de muchas virtudes, especialmente de la justicia y de la caridad: nos lleva a sentirnos verdaderamente hijos de Dios, nos hace celosos para promover su gloria, nos inclina a la benignidad con los hermanos, a la fraternidad, a la paciencia, a la castidad, al perdón de las ofensas, y a una servicialidad gratuita y sin límites.

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