Reporte de lectura: Apología de Sócrates

Reporte de lectura: Apología de Sócrates

José María Chiquito Jassón

Historia de la Filosofía

11 de octubre del 2022

La filosofía es una rama de la experiencia humana de la cual brotan, cual frutos, las disciplinas y áreas que componen el saber humano. Al ser esta la roca madre sobre la cual se ha fundado el desarrollo de la cultura occidental, la filosofía griega hace clamar su importancia como un desgarrador grito que reverbera a través de las eras. Siendo tal nuestro sujeto de análisis, nos centramos en la persona de Sócrates descubierta a través de su discípulo más renombrado, Platón. Por lo tanto, no remitimos a la lectura y posterior análisis de la Apología de Sócrates, uno de los diálogos de Platón.

Es bien sabido, que Sócrates no dejo escritos de sus enseñanzas, lo que sabemos de él ha sido obtenido de forma indirecta. Tal es el caso de la obra a analizar. En dicho escrito, se detalla y narra la defensa que el maestro de Platón expuso ante quienes lo acusaban de diferentes y falaces crímenes. Acusaciones nacidas de las diferencias de tres diferentes grupos, políticos, poetas y artesanos, representados por tres figuras específicas.

En el desarrollo de la narración, Sócrates, haciendo uso de su característico estilo (mayéutica) refuta, una a una, las acusaciones acaecidas en su contra. Dependerá del lector decidir si dichos argumentos representan una defensa solida digna de librar la vida del anciano filosofo.  

Sin embargo, debido a la naturaleza del proceso judicial que era usado en el contexto en cuestión, para salir libre de la pena de muerta con la cual era perseguido, nuestro protagonista se habría despojado de aquello que le era más valioso. Para refutar una condena era necesario, después de haber expuesto su defensa, ofrecer alguna condena que el acusado considerara más digna de su cargo. Dado que dicho acto representaba la renuncia de los valores y la moral, aquella gema, en los cuales Sócrates basaba su propio andar y vida, le era imposible hacerlos a un lado para salvar su vida. Una vida humillada o una muerte honrosa.

Debido a tal circunstancia, al acabar su defensa y ser presentados los primeros votos del jurado, Sócrates propone una multa que sería pagada con ayuda de sus discípulos, dado que el filósofo no cobraba por las enseñanzas que impartía. Punto que los distinguía a raja tabla de los sofistas. Propuesta la alternativa de condena, el futuro de nuestro protagonista es puesto a la balanza de una segunda votación. Dicho resultado termina en la lamentable condena a muerte de Sócrates.

Como acto final y a manera de conclusión, manteniéndose fiel hasta el final a sus principios y convicciones, Sócrates imparte una última charla con sus allegados y queridos discípulos. Todo mientras tranquilamente espera por el que será su ultimo respiro.

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