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Reporte de positivismo y falsacionismo


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2015  •  Apuntes  •  3.243 Palabras (13 Páginas)  •  424 Visitas

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Castillo navarro Ingrid

Reporte de positivismo y falsacionismo

EL EMPIRISMO, POSITIVISMO Y NEOPOSITIVISMO Se ha escrito extensamente en la literatura acerca de las bases filosóficas e históricas del empirismo, positivismo y neopositivismo (29-35). Díaz y Calzadilla (16) han planteado que hasta hoy persiste en la investigación científica la influencia del positivismo y neopositivismo como la “filosofía de la ciencia”. Estos autores se plantean dos preguntas: a) “¿Por qué se debe necesariamente considerar a la realidad dividida en acontecimientos, objetos y procesos y no simplemente en otros tipos de fragmentos de dicha realidad tales como objetos o propiedades y relaciones entre propiedades?” y b) “¿Cómo poder asociar los acontecimientos reales, los objetos y procesos con el conocimiento científico-teórico para que los primeros puedan servir de punto de partida en la elaboración de la teoría científica y de criterio de aceptabilidad y que la teoría pueda lograr explicar los acontecimientos y procesos reales?”. Como es conocido, nos obligamos a “dividir” la realidad en fragmentos debido a las limitaciones que tenemos para observar dicha realidad como un todo. Tal situación se debe a las propias limitaciones de los medios de conocimiento, por los procesos de esquematización, idealización y especificación y no porque la propia realidad esté divida en fragmentos. Por otra parte, estos mismos autores, tratando de definir el concepto de hecho científico, preguntan lo siguiente: “¿Cambian las propiedades o características enunciadas anteriormente para el establecimiento de un hecho científico en la medida de que el número de conexiones y transiciones del objeto o los objetos analizados se tornan más complejos, dado que el objeto de atención se torna del mismo modo?”. La respuesta a todas estas preguntas dependerá de los postulados iniciales que se consideren. Si se asumen los postulados de positivistas, neopositivistas o cualquiera de sus variantes, los cuales plantean, en esencia, que “el mundo exterior debe considerarse como una acumulación infinita, como un simple montón de hechos ‘elementales’ absolutamente independientes unos de otros, y la ‘correcta’ definición de cada uno de ellos debe ser independiente de la definición de cualquier otro hecho (11,17), entonces “el estudio científico del mundo” se limitará a la unión puramente formal y verbal de un cúmulo de hechos sueltos, mediante su puesta en un mismo término bajo un mismo “común” (14). Este “común”, interpretado como “significación del término o signo”, siempre resultará algo completamente arbitrario o “establecido de antemano por acuerdo”, es decir, “convencional” (14). Como consecuencia, lo común (la unidad y la identidad), como único resultado de la elaboración “científicamente lógica” de los “hechos elementales”, no es el resultado de la realidad, sino de la “significación del término”, convencionalmente establecido de antemano (17). La consecuencia que tiene para la ciencia estos postulados no es poco relevante. Bajo esta concepción, los objetos simples, menos aun los complejos, no podrían abarcarse, puesto que las posturas epistemológicas planteadas niegan la posibilidad de interconexiones profundas sujetas a leyes entre los hechos que existen. Planteadas así las cosas, la filosofía no podría constituirse Salud Uninorte. Barranquilla (Col.) 2014; 30 (2): 227-244 237 El concepto de ciencia como sistema, el positivismo, neopositivismo y las “investigaciones cuantitativas y cualitativas” como una herramienta más del conocimiento, toda vez que las conexiones reales de la realidad misma no existen y son el resultado solo de las significaciones de los términos. Y no solo la filosofía, de esta forma, si estas corrientes gnoseológicas tuvieran razón, sería imposible explicar los fenómenos estudiados por las ciencias disciplinarias y, aun menos, por las ciencias más complejas como son las ciencias de las salud y sociales (32), dado que estas son el resultados de complejas interacciones de numerosos factores que ocurren en la realidad misma, donde el peso específico de algunas de ellas puede mantenerse relativamente constante en el tiempo, mientras que otras pueden variar de una forma suave o brusca en ella. Como consecuencia de todo lo anteriormente expresado resulta interesante preguntarse si la epistemología positivista y neopositivista realmente ha sido beneficiosa para el desarrollo de las disciplinas de la salud como ciencias. El empirismo, que reconoce el mundo objetivo, no es más que la hiperbolización de la fase empírica y niega toda forma de conocimiento teórico (5,36). El positivismo considera que no existe otro conocimiento que el que proviene de la experiencia, por tanto, niega la posibilidad de que la teoría puede ser una fuente de conocimiento y, es más, niega la posibilidad de que la filosofía pueda contribuir al conocimiento científico (5,14,37). El neopositivismo es una simple reducción de la filosofía al análisis del lenguaje (5, 14, 38,39). En resumen, el positivismo y el neopositivismo son solo formas, matices o versiones del empirismo. ALGUNAS GENERALIZACIONES Los problemas materiales y las necesidades reales que tiene la sociedad juegan un papel esencial en el desarrollo de la ciencia. Como consecuencia, el desarrollo de la ciencia está determinado por dos factores: objetivos y subjetivos (6). A su vez, los factores objetivos están determinados por el requerimiento que la sociedad hace a la ciencia para que esta resuelva sus problemas y, además, por las soluciones que se realizan en su propio seno a partir de las contradicciones internas que se producen dentro de ella, las cuales despiertan el interés permanente y constante de los cientí- ficos en tratar de encontrarles solución. A este proceso se le domina lógica interna del desarrollo de la ciencia (6). Este rasgo constituye el motor impulsor fundamental del progreso posterior de la ciencia y está sujeta a ley. Los factores subjetivos son aquellos asociados a los procesos de apropiación cognoscitiva del mundo circundante, las características de la personalidad, los intereses particulares del sujeto cognoscente, la formación ética y moral del científico o colectivo de científicos. Una cualidad fundamental del investigador es su motivación intrínseca por la ciencia, su preocupación por solucionar los problemas de la sociedad e impulsar su desarrollo. Este tipo de motivación interna es el resultado de la interiorización por el sujeto de las demandas de la ciencia y de las necesidades humanas (práctica social); lo social-significativo adquiere el carácter de personal-significativo, y se manifiesta en necesidades cognoscitivas de exploración de nuevos aportes al desarrollo científico, que inducen al sujeto a trabajar y solucionar problemas reales de la humanidad con creatividad y efectividad (6). Las ciencias particulares (y sus procesos) se caracterizan por su relativa autonomía de la influencia de otros “factores” “ajenos” a ella, como la filosofía y la epistemología. Por tanto, dichas ciencias no requieren, al menos directamente, de estímulos externos de este 238 Salud Uninorte. Barranquilla (Col.) 2014; 30 (2): 227-244 Víctor Patricio Díaz Narváez tipo para impulsar su desarrollo (fuera de los descritos anteriormente), lo cual no significa que estos no puedan influir en la dirección general de la interpretación de los resultados que emanan de estas ciencias, pero ellas no se rigen por principios extrínsecos. Seguel-Palma et al. (11) plantean que “Las metodologías investigativas positivistas y pospositivistas son las más utilizadas por los profesionales de enfermería, en concordancia con el paradigma existente…” En este juicio se habla de la “metodologías investigativas positivistas y pospositivistas”, pero no se entiende, o no fue explicado en dicho artículo cuáles son estas “metodologías”. En general, si esta referencia está asociada a la investigación empírica (figura 1), es claro que la fase empírica de la ciencia no está relacionada para nada con el positivismo y neopositivismo (ni con ninguna epistemología y filosofía), y los métodos que desarrolla la fase empírica de la ciencia son metodologías específicas de las propias ciencias particulares y características de la fase empírica de ellas. No existe nada más desligado de la epistemología que una electroforesis. Por tanto, esta sentencia expresa una confusión entre la fase empírica asociada a las propias ciencias particulares (y con los métodos que desarrollan ellas mismas) en relación con los principios epistemológicos que sustentan el positivismo, el pospositivismo, los cuales hiperbolizan los procesos empíricos (o una fase interna de ellos), atribuyéndole la fuente esencial del conocimiento humano. La determinación del mundo “por fragmentos” inconexos o la adquisición de conocimientos mediante el “dato sensorial” y que todo lo que se encuentra “detrás” del dato son “seudoproblemas metafísicos” (40) es una concepción que no influye para nada en la investigación empírica (a no ser que el cientí- fico haga interpretaciones epistemológicas en forma posterior a los hechos observados por él); por el contrario, atenta directamente con la posibilidad de desarrollar la teoría (1,6). Si partimos de la base de que existe una conexión regular general de los fenómenos del universo y dicha “... conexión universal general de todos los fenómenos se refleja precisamente también en forma de conexión universal general de las distintas ramas y partes del conocimiento científico único del hombre sobre el mundo” (18), quiere decir que hay que considerar seriamente la circunstancia de que las conexiones entre los fenómenos de la realidad pueden expresarse en forma directa o intermediada. Algunos fenómenos que están directamente relacionados entre sí aparecen como relaciones de causa-efecto. Pero además de los fenómenos conectados directamente uno con el otro existen conexiones más alejadas, las cuales también tienen que reflejarse en el sistema de las ciencias, debido a que las ciencias más alejadas se conectan entre sí por eslabones intermedios. Los estudios realizados para proponer métodos y enfoques con objeto de tratar de reflejar de alguna manera la variedad y complejidad de las conexiones que existen dentro y entre los objetos de estudio (40-44) permiten confirmar no solo el carácter de las conexiones, sino su existencia real. De otra manera no sería de interés de los científicos poner atención a la formulación de nuevos métodos y enfoques que permitan elaborar hechos científicos complicados en su región del conocimiento. Como consecuencia, es difícil inferir si las premisas antes establecidas son ciertas, que las posturas epistemológicas positivistas y Salud Uninorte. Barranquilla (Col.) 2014; 30 (2): 227-244 239 El concepto de ciencia como sistema, el positivismo, neopositivismo y las “investigaciones cuantitativas y cualitativas” sus derivaciones puedan ser “útiles” para el desarrollo de las diferentes disciplinas; toda vez que los mismos atentan contra toda posibilidad de conocer el mundo mediante el desarrollo teórico. Esa limitación no ha sido ajena a profesionales e investigadores, y varios autores (con toda legitimidad científica y preocupación teórica) han llamado la atención sobre la necesidad de desarrollar la teoría en aquellas disciplinas que aún son “jóvenes” en el desarrollo histórico de la ciencia (45-47), no solo por la necesidad objetiva de “llenar un vacío”, sino como la principal forma requerida para profundizar en las complejidades de las disciplinas científicas, complejidades que abarcan varias dimensiones y complejas interacciones (48). INVESTIGACIONES CUANTITATIVAS Y CUALITATIVAS: ¿CONFUSIÓN CONCEPTUAL Y FALSA DICOTOMÍA? Saavedra y Castro (49) plantean que “En el enfoque cuantitativo tradicional, apoyándose en las bases del positivismo, encontramos una fuerte división entre el sujeto que investiga y el objeto del conocimiento”. Este juicio denota la confusión de los defensores de la “investigación cualitativa” acerca de lo que es una “investigación cuantitativa”. En primer lugar, el “enfoque cuantitativo tradicional” (y cualquier enfoque científico) no se apoya en las bases del positivismo, ni de ninguna epistemología en general, sino en la necesidad de describir los objetos que existen en la realidad, y que tal descripción se puede realizar, en primera instancia y entre otras formas, mediante la medición de las características externas del objeto. Por otra parte, se apoya en las leyes del desarrollo de la ciencia y, específicamente, en el desarrollo de la lógica interna (antes descrita), la cual es independiente de toda gnoseología. El positivismo, como se ha constatado anteriormente, es una forma de interpretación del producto de los conocimientos que genera la ciencia, como lo hace cualquier epistemología. No solo la ciencia no se apoya en el positivismo, sino, como se ha planteado en este trabajo, el positivismo es una forma de la teoría del conocimiento que se opone al desarrollo de la ciencia al oponerse a su desarrollo teórico; como consecuencia, es legítimo plantearse si existe una disciplina que considere con seriedad renunciar a su desarrollo teórico. En segundo lugar, la “investigación cuantitativa” no es toda la investigación que desarrolla la ciencia. Por tanto, arribamos a otra confusión: la ciencia no se reduce a la “investigación cuantitativa”. La ciencia se ocupa de conocer el mundo objetivo con toda su riqueza y complejidad, y para ello emplea todos los enfoques, diseños y métodos necesarios, con la condición de que estos métodos puedan caracterizar de un modo objetivo, o lo más objetivamente posible (en términos históricos), las características externas del fenómeno, sin permitir que las limitaciones de la propia ciencia puedan dar cabida a formas no científicas del conocimiento (el experimento de Hershey-Chase no requirió de ningún “dato numérico” para descubrir la función del DNA, y a pesar de los positivistas y otras derivaciones de esta epistemología, se requirió mucho conocimiento teórico). Luego, uno o varios de estos enfoques, diseños o métodos pueden tener la característica de poseer la capacidad de medir el fenómeno que se estudia debido al desarrollo del conocimiento de ese objeto. En tercer lugar, la ciencia (¿“la investigación cuantitativa”?) no plantea que exista una “fuerte división entre el sujeto que investiga y el objeto del conocimiento”. Lo que plantea es que, a pesar de que el mundo objetivo es difícil de captar por parte del sujeto cognoscente, es posible 240 Salud Uninorte. Barranquilla (Col.) 2014; 30 (2): 227-244 Víctor Patricio Díaz Narváez para él conocerlo y que existen, además, los mecanismos necesarios para comprobar si ese conocimiento es correcto o no lo es. Por el contrario, la “investigación cualitativa” se basa en la imposibilidad de conocer el mundo objetivo sobre la base, en esencia, de que el conocimiento opera como un sistema determinado solo desde el interior mediante sus propias estructuras y que esto trae como consecuencia que el observador no puede dar explicaciones de la realidad, sino de las que han sido producidas por sus propias operaciones y que ocasionan un cambio estructural determinado en su estructura, debido a lo cual existen tantas explicaciones como observadores participen en ellas (50-53). Si somos consecuentes con este pensamiento, entonces no tendremos la más mínima oportunidad de abarcar la realidad y, mucho menos, de establecer hechos científicos simples o complejos, pues estaremos impedidos de saber si una de esas tantas explicaciones se corresponde con una realidad común (y objetiva, además) y si el proceso de establecimiento del propio hecho científico vaya incidiendo sobre un observador en forma distinta respecto a otro, en virtud de que en cada uno de ellos se producen operaciones singulares que ocasionan cambios estructurales singulares de su propia singular estructura (6,14). Esta concepción tiene mucho de agnosticismo, entendiendo por tal aquella tendencia filosófica que admite la existencia de la realidad objetiva pero, a su vez, señala la imposibilidad de conocerla (5), es decir, una suerte de solipsismo. Como consecuencia de lo expresado anteriormente, existe un falso problema: la oposición entre “investigación cuantitativa e investigación cualitativa”. Este falso problema ha sido descrito por algunos autores (54-56), y refleja esencialmente el hecho de que los seguidores de la “investigación cualitativa” pretenden atribuirles a los procesos científicos una influencia epistemológica que no es capaz de reflejar toda la realidad existente y que es necesario “otro tipo de investigaciones” que permita “construir una realidad” que, al mismo tiempo, carece de posibilidades de conocerse a sí misma. Al mismo tiempo, consideran que las “investigaciones cuantitativas” son influidas por epistemologías determinadas, pero no describen cuáles son las epistemologías que influyen en las “investigaciones cualitativas”. Por tanto, concretamente no existen las “Investigaciones cuantitativas y cualitativas”, y en esto el autor de este trabajo coincide con Campos (55). Lo que existe son métodos cualitativos y cuantitativos que tratan de abarcar la realidad en concordancia con las características del objeto estudiado, métodos que pertenecen a la fase empírica de la ciencia. La aplicación de los métodos cualitativos es una necesidad cuando el objeto no es conocido o cuando efectivamente las características del objeto lo requieren. En cualquier caso, los mé- todos cualitativos serán efectivos si pueden desentenderse de su carga epistemológica y focalizan su atención al desarrollo de su potencial cognoscitivo para que los mismos puedan ser capaces de descubrir nuevas características empíricas en los objetos de su atención. Con el devenir del desarrollo de la ciencia, los métodos cuantitativos, en aquellos casos que sea pertinente, se transforman en natural relevo de los cualitativos, pues del “descubrimiento” hay que pasar a la descripción de lo descubierto, y tal acto, en algún momento, es la estricta medición de las características del objeto estudiado (6). En otros casos, el objeto estudiado requiere la participación inmediata y directa de los cuantitativos para su descripción. Salud Uninorte. Barranquilla (Col.) 2014; 30 (2): 227-244 241 El concepto de ciencia como sistema, el positivismo, neopositivismo y las “investigaciones cuantitativas y cualitativas” De lo expresado anteriormente se desprende que no existen las “investigaciones cuantitativas y cualitativas” con el carácter del contenido de la definición que manejan los defensores de las “investigaciones cualitativas”. Coincidimos con Campos nuevamente (55) cuando plantea que existen dos grandes grupos de investigación: los que se realizan con métodos experimentales y los efectuados con métodos no experimentales. Este autor clasifica los métodos cualitativos dentro de los “estudios de campo” en las investigaciones no experimentales. Esta clasificación obedece al concepto de “diseño de la investigación”. Sin embargo, esta descripción es insuficiente porque las investigaciones se pueden clasificar, además, en concordancia con el grado de profundidad con que se requiera hacer una investigación y dependen del grado de desarrollo que pueda existir en una disciplina determinada. Estas pueden ser clasificadas como “tipos de investigación”: exploratorias, descriptivas, correlacionales y explicativas (6). Las exploratorias tienen como finalidad “descubrir” potenciales variables de interés. Por tanto, cualquier disciplina que tenga poco desarrollo teórico requiere intensificar las investigaciones de este tipo, puesto que estas proporcionarán a dicha disciplina nuevos potenciales conceptos y obligará a la misma a desarrollar los otros tipos de investigación. En este contexto, las investigaciones cualitativas pueden tener un gran campo de acción y sus justificación no requiere de fundamentos epistemológicos situados en el entorno del solipsismo para demostrar su potencial. Por tanto, el esclarecimiento del significado de lo que es llamado “investigaciones cuantitativas y cualitativas” es de mucha importancia para las disciplinas científicas del área de las ciencias de la salud (entre otras), por el “simple hecho” de que: a) en ambas convergen sinérgicamente distintas disciplinas y b) el objeto de investigación es, por tanto, complejo. Como consecuencia, es necesario tener la preparación y la capacidad para poder aplicar los métodos adecuados en concordancia con las características concretas del fenómeno estudiado, de tal manera que el movimiento siempre se realiza desde le objeto al método y no desde el método al objeto. En este sentido es como se explican las conclusiones de Oliva y Buhring (57) al analizar la evidencia en salud y las limitaciones que tiene la investigación cualitativa para producir tal evidencia; sin embargo, estos autores se limitan a describir las consecuencias de las limitaciones, pero no las causas que las producen. Por otra parte, lo expuesto no es menor, dado que existen disciplinas como la enfermería y la kinesiología (a modo de ejemplo) que requieren de desarrollo teórico, pero para tal desarrollo es necesaria la acumulación del material empí- rico suficiente que permita ir fundamentando y estimulando el desarrollo teórico. Y esta es una necesidad sujeta a ley, válida para cualquier disciplina científica por “simple” o compleja que esta sea.

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