Resumen El Principe
janli8725 de Septiembre de 2014
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El PRINCIPE
I. CLASES DE PRINCIPADOS Y LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN.
Todos los Estados, todas las denominaciones que han ejercido o ejercen soberanía sobre los hombres, han sido o bien son repúblicas o principados.
Los principados son Hereditarios o Nuevos; donde los primeros son los pertenecientes a una misma familia que ha gobernado por un largo tiempo en sus reinos.
En tanto los nuevos son aquellos dominios que se adquieren por las armas propias o por las ajenas, ya sea por la suerte o por la virtud, como lo fue por ejemplo Millán bajo Francisco Sforza.
II. DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS.
Este tipo de principado es más fácil de ser gobernado puesto que al estar acostumbrado a una sola familia, y para seguir con el poder establecido solo basta con no hacer una alteración del orden establecido por los príncipes anteriores; con ello se lograra que el príncipe sea amado y que se desarrollen menos vicios que conlleven al odio.
III. DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS.
Dice Maquiavelo que los principados mixtos son aquellos que no son enteramente nuevos pero poseen un miembro añadido a un principado antiguo poseído, este se asemeja mucho a los principados nuevos.
Los principados que agregan una provincia de costumbres, lengua y organización distintas a la suyas, deben convertirse en defensores de ellas puesto que no deben dejar debilitar su poderío y cuidarse de que ningún extranjero igual o más poderoso que él entre a su Estado.
Los Estados que se adquieren o agregan a uno más antiguo o son de la misma provincia, es fácil conservarlos sobre todo cuando están acostumbrados a vivir libres, y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado la figura del príncipe anterior, dado que siempre que se respeten sus costumbres y los beneficios con que contaban, los súbditos permanecerán sosegados.
IV. PORQUE EL REINO DE DARÍO CONQUISTADO POR ALEJANDRO NO SE REBELÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ESTE.
Los principados desde sus orígenes han sido gobernados de dos maneras solamente, ya sea por un príncipe que el que va ser sustituido elige de entre sus siervos que le sirven siendo estos los ministros que lo ayudaron a gobernar, o por un príncipe asistido por nobles que no a la gracia del señor, sino a la antigüedad de su linaje, deben la posición que ocupan.
Estos nobles tienen Estados y súbditos propios, que los reconocen por señores y les tienen afecto. En los Estados gobernados el príncipe goza de mayor autoridad porque en toda provincia no se reconoce soberano a nadie más que a él, solo se muestra respeto a aquellos representantes del príncipe.
V. DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SER OCUPADOS, SE REGÍAN POR SUS PROPIAS LEYES.
Hay tres formas de conservar un Estado que estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad:
a) Destruirlo
b) Asentarse en él
c) Dejarlo regir por sus leyes, obligándolo a pagar tributos y establecer un gobierno compuesto por un número de personas para que se encarguen de velar por la conquista.
Par conservar una ciudad acostumbrada a vivir libremente se tiene que gobernar por los mismos ciudadanos. El único sistema seguro de dominar una ciudad más acostumbrada a vivir libre es destruirla, debido a que si no se hace de esta manera solo se puede esperar ser aplastado por ella mediante rebeliones.
Cuando las ciudades o provincias están acostumbradas a vivir bajo un príncipe y por la extinción de este y su linaje queda vacante el gobierno, por un lado los habitantes están acostumbrados a obedecer y por otro no tienen a quién y no se ponen de acuerdo para elegir a uno entre ellos, ni saben vivir en libertad, y por último tampoco se deciden a tomar armas contra el invasor.
VI. DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL.
Los principados nuevos se adquieren con dificultades, pero se conservan sin sobresaltos, las dificultades nacen en parte de las nuevas leyes y costumbres que se ven obligados a implantar para fundar el estado y proveer de seguridad.
Si se quiere bien es preciso ver si estos innovadores lo son por sí mismos o si dependen de otros, o si es necesario recurrir a la súplica de para realizar su obra o si pueden imponerse por la fuerza.
Los principados de nueva creación son más o menos difíciles de conservar según que sea más o menos hábil e inteligente el príncipe que los adquiere. El que menos ha confiado en el azar es el que siempre ha conservado su conquista; también facilita enormemente las cosas el que el príncipe al no poseer otros Estados se vea obligado e establecerse en el que ha adquirido.
VII. DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON ARMAS Y FORTUNA DE OTROS.
Los que solo por suerte se convierten en príncipes y poco esfuerzo necesitan para llegar a serlo, se mantienen pero con muchísimo trabajo; las dificultades se presentan una vez instaladas.
En este caso los príncipes no se mantienen más que por la voluntad y la fortuna de quien los elevaron y no saben ni pueden conservar aquella dignidad; no es factible que conozca el arte del mando ya que han vivido siempre como simples ciudadanos.
VIII. DE LOS PRINCIPADOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO MEDIANTE CRIMENES.
Primer caso es el que se asciende al principado por un camino de perversidades y delitos; y después el caso en que llega a ser príncipe por el favor de sus conciudadanos.
Quien procede de otra manera, por timidez o por haber sido mal aconsejado, se ve siempre obligado a estar con el cuchillo en la mano y mal puede contar con súbditos a quienes sus ofensas continuas y recientes llenas de desconfianza. Por que las defensas deben inferirse de una sola vez para que dure menos; mientras que los beneficios deben procurarse poco a poco con fin de que se deben saborear mejor.
IX. DEL PRINCIPADO CIVIL
El principado puede ser implantado por el pueblo como los nobles cuando estos comprueban que no pueden resistir al pueblo; concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, pero el que llega al principado con ayuda de los nobles se mantiene con mas dificultades, que el que ha llegado mediante el apoyo del pueblo; por que los que rodean se consideran iguales y se le hace difícil mandarles y manejarlos como el príncipe quiera.
Dichos principados peligran cuando quieren dejar su calidad de civil para convertirse en absolutos, pues estos príncipes gobiernan por ellos mismos o por medio de sus magistrados, su permanencia es mas insegura y peligrosa, por que depende de la voluntad de los ciudadanos y los súbditos, quienes se encuentran acostumbrados a recibir ordenes, pero que no se encuentran dispuestos a obedecer ordenes del nuevo gobernante.
X. COMO DEBEN MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS.
Son capaces de sostenerse a si mismos los principados que por abundancia de los hombres o del dinero, pueden levantar un ejercito respetable y presentar batalla a quienes se atrevan a atacarlos. Los que no son capaces de de dar batalla a sus enemigos en campo abierto, del segundo caso que no son capaces de aconsejar a los príncipes que fortifiquen y establezcan la ciudad en que vivan y se despreocupen por la campaña; dado que quien se encuentre bien protegido será difícil que algún extranjero pueda ingresar a su territorio.
Un príncipe que gobierna una plaza fuerte y a quien el pueblo no odie, ni puede ser atacado pero que si lo fuese, el atacante tendría que retirarse sin gloria, por son tan variables las cosas de este mundo que es imposible que alguien permanezca con sus ejércitos un año sitiando ociosamente una ciudad.
XI. DE LOS PRINCIPADOS ECLESIÁSTICOS.
Los principados eclesiásticos son aquellos que todas las dificultades existen antes de poseerlos, pues se adquieren o por valor o por suerte, y se conservan sin el uno ni la otra dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad, que mantiene a sus príncipes en el poder sea cual fuere el modo en que estos proceden y vivan estos son los únicos que tienen estados y no los defienden, súbditos y no los gobiernan, son los únicos principados seguros y felices.
XII. DE LAS DISTINTAS CLASES DE MALICIAS Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS.
Las formas de ataque y de defensa pueden ser necesarias en cada uno de los Estados antes mencionados, las tropas con las cuales un príncipe defiende a sus Estados son propias, mercenarias auxiliares o mixtas. Las auxiliares y mercenarias son útiles peligrosas.
El príncipe que descanse en mercenarios nunca estará seguro ni tranquilo, porque están desunidos, ambiciosos y desleales entre los amigos y cobardes cuando se encuentran frente al enemigo porque no tienen disciplina y durante la paz despoja a su príncipe tanto con los enemigos durante la guerra.
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