Revisión bibliográfica sobre la ética

Revisión bibliográfica sobre la ética

La ética en términos generales puede definirse como un análisis sistemático y crítico de los factores morales que guían la conducta humana dentro de la sociedad o en relación al ejercicio de una determinada práctica. En nuestro diario vivir, nos ajustamos a ciertos principios o normas que guían u orientan nuestra conducta y a través de los cuales podemos distinguir lo que es bueno de lo que no lo es, es decir, lo correcto de lo incorrecto.

La ética posee la característica de ser universal, de ahí que es aplicable a todos los actos, decisiones y comportamientos que realicemos, ya sea que impliquen la interacción con nuestra familia, amigos o cualquier otra persona de nuestro entorno; así como también se extiende a las actividades profesionales que realicemos.

Es importante señalar que, gracias al respeto de principios y reglas definidos como éticos, se posibilita la convivencia en sociedad, dado que de lo contrario primaría el caos y la anarquía, en otras palabras, un mundo sin valores y egoísta, donde todos estuvieran dispuestos a atropellar los derechos de los otros si con ello alcanzaran su propio beneficio.

En este sentido, si nos centramos específicamente en la ética profesional, podemos decir que esta se preocupa por establecer las normas que subyacen a la apropiada práctica de una determinada profesión y que, por tanto, deber ser cumplidas de forma obligatoria por todas aquellas personas interesadas en desempeñarla o que ya lo hacen.

Es preciso resaltar que el comportamiento ético, otorga prestigio y reputación, brindando confiabilidad y respaldo a quien lo practica. De esta forma, el profesional que enmarca su accionar bajo principios sólidos e invariables demuestra sus capacidades, no solo en el plano laboral, es decir, en relación a la ejecución de sus tareas, sino sobre todo en la forma cabal, íntegra y responsable con la que afronta los diversos desafíos, sin perseguir intereses personales o banales.

Es habitual que los distintos sectores profesionales recojan estos principios en un código deontológico que incluye los criterios que deben ser puestos en práctica en el ejercicio de una determinada profesión. La importancia de su cumplimiento voluntario radica en que permite arraigar una serie de valores y conductas que contribuyen a la armonía laboral y social.

Es importante resaltar, que la ética personal está estrechamente vinculada a la profesional, en el sentido de que cada individuo puede aplicar sus principios y valores personales durante el ejercicio de sus labores, lo que contribuye a la construcción de la ética de forma global, es decir, no como un factor aislado, sino como una capacidad integral del ser humano.

La ética constituye una actitud que se adquiere desde el hogar y que se refuerza en la escuela o a través de cualquier otra actividad que implique la socialización y el contacto humano, de ahí, que su correcta interiorización y práctica diaria constituyen los pilares fundamentales para que ésta se convierta en un valor innato, aplicable en todas las circunstancias y actividades desarrolladas.

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