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San Agustín


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2013  •  558 Palabras (3 Páginas)  •  357 Visitas

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Sabiduría e iluminación: El conocimiento tiene en S. Agustín, como en platonismo y en el neoplatonismo, un carácter religioso purificador. La superioridad del mundo inteligible, objeto del verdadero conocimiento, exige la

liberación del alma respecto del cuerpo, que, una vez liberada, y dado que la verdad es Dios, se orientará necesariamente a Él como el único objeto que puede reportarle felicidad.

Inspirándose en las doctrinas platónicas, S. Agustín distingue tres niveles de conocimiento: sensible, racional y la contemplación. (Estos dos últimos constituyen el conocimiento inteligible).

El conocimiento sensible tiene su origen en la actividad de los sentidos, en la sensación (común a animales y al hombre), y tiene por objeto el mundo material. Este conocimiento, imprescindible, no es verdadero conocimiento, sino opinión. Con todo, la sensación es, para S. Agustín, un acto del alma. Los estímulos son meras ocasiones para que el alma sienta.

El conocimiento racional es innato: es un conocimiento obtenido por la razón desde sí misma y toma como punto de partida al conocimiento sensible. La razón, gracias a las ideas, arquetipos o modelos eternos de todas las cosas, juzga lo percibido y da lugar a la ciencia. Esta forma de conocimiento es específicamente humana. Loa animales carecen de razón.

La contemplación, o conocimiento de sabiduría, es el conocimiento filosófico y versa sobre las verdades universales y necesarias de orden ético y religioso, verdades eternas e inmutables. Ejs: existencia de Dios, inmortalidad del alma.

Estas verdades o ideas son los criterios de juicio que utiliza la razón en su actividad cognoscitiva objetiva.

En esta contemplación consiste la verdadera sabiduría.

Lo ideal es que esta sabiduría aumente y que la razón se dirija al buen uso de las cosas mutables y corpóreas, que deben servir al logro de las cosas eternas. Así conseguirá el hombre su fin sobrenatural: la beatitud, la felicidad en la posesión y visión de Dios.

La contemplación de las ideas eternas o ideas de Dios, no se alcanza por reminiscencia (Platón), no derivan de la experiencia humana, ni son producidas por la mente humana. Sólo la iluminación divina proporciona estas ideas eternas que tienen si origen y su sede en la mente divina. El hombre que quiera encontrar estas verdades/razones eternas debe interiorizarse. Las ideas eternas son pensamientos de Dios o ideas ejemplares. Para explicar la relación entre las ideas eternas y las cosas, S. Agustín utiliza un concepto del estoicismo: las razones seminales. Cuando Dios creó la materia, introdujo en ella las ideas eternas como semillas que pasando el tiempo se desarrollarán. Aunque el mundo fue creado una sola vez, puede surgir en él lo nuevo, como despliegue de las posibilidades contenidas en las razones seminales.

La teoría

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