ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

San Agustin


Enviado por   •  20 de Octubre de 2013  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  265 Visitas

Página 1 de 4

IV. Naturaleza de Dios

Que Dios sea incomprensible no impide hablar de él por analogías. Dios es la Verdad suma y lo supremo inteligible: por mucho que nos esforcemos nuestras facultades cognoscitivas siempre serán deficientes para llegar a Dios. Por ser superior a todas nuestras categorías de nuestro pensamiento es indefinible. Los nombres y predicados que le atribuimos a Dios son deficientes e inadecuados: no podemos atribuirla nada positivamente. Dios es inefable, se le conoce mejor ignorándolo.

Dios es absolutamente trascendente y absolutamente incognoscible. Es el Ser en sí mismo (id ipsum esse) y la realidad suprema, principio y fuente de todos los seres: el nombre que mejor expresa su naturaleza es el que Él se dió a sí mismo: "Yo soy el que soy". Dios es la sola y única realidad absoluta.

Dios es la Esencia inmutable: nada puede adquirir, ni perder. Es perfecto y se basta absolutamente a sí mismo. Es la Esencia de todo. No hay más que un solo Dios y un solo principio de todas las cosas.

Es la bondad suprema: bonum omnis boni. Es el summun bonum y elsummus bonus. Todo lo que es bueno, es bueno por él.

Pese a las esporádicas referencias a la Escritura, las determinaciones de la esencia de Dios como la verdad, el ser y lo bueno son resultado de una reflexión filosófica neoplatónica e independientes del cristianismo; pero ello no quiere decir que sean falsas o insignificantes desde la perspectiva cristiana.

Un caso distinto es el de la Trinidad, el principio de que Dios es trino. Este concepto que afirma la trascendencia y la unidad divinas, proviene estrictamente de la doctrina cristiana.

El análisis de la estructura triádica de la creación, en particular del alma humana, se convierte en conocimiento indirecto de la Trinidad.

Por medio de la analogía Agustín se propone llegar al conocimiento del Dios trinitario partiendo del autoconocimiento del hombre. Para ello somete a la conciencia como tal a un detallado análisis filosófico.

Soy un ser que conozco y que quiero,

conozco que soy y que quiero,

y quiero ser y conocer.

La esencia permanece inalterable; reconocemos tres aspectos en la indivisible unidad de la vida

La terna memoria, intelecto y voluntad constituyen una unidad esencial, pese a su diversidad relativa, cada uno de estos elementos es lo que es mediante los otros dos. No son tres vidas, sino una vida, y no son tres espíritus, sino un espíritu,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3.7 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com