Significado De Los Colores

El ocre naranja, símbolo de renuncia material. Definiciones del color.

Significado:

Color secundario, surge de la combinación del rojo y el amarillo.

Su color complementario es el azul.

Nació en occidente en el siglo XIV.

Segundo color en el arcoíris.

Viene del sanscrito narangah.

Estimula la creatividad.

En exceso produce agitación y nerviosismo.

Controla el segundo chacra (sexualidad).

Color del peligro.

Transformación.

Psicología del color

Goethe – En su máxima energía le gusta a los niños, primitivos y a los barbaros.

Luscer – El naranja tiene el significado de la rentabilidad pasiva de necesidades.

Kandinsky – Sentimiento de fuerza, energía, ambición determinación, alegría y triunfo.

Le Heard – Origina reacciones emocionales negativas, pasión incontrolable y agresión deliberada, es el mal, aunque también lo considera excitante.

Historia del ocre naranja

En todo el mundo se reconocen a los ascetas hindúes por sus inconfundibles túnicas de paño color ocre naranja, parecido al azafrán. En su origen dichas túnicas constituían un signo de vergüenza y humillación. Sin embargo, se dice que buda, después de cortar sus cabellos y como máximo ejemplo de renuncia material, cambio sus vestiduras reales, por la ropa azafranada del mendigo. En el hinduismo, después de los 75 años se debe renunciar a la vida mundana y dedicarse a peregrinar por los lugares santos con el único objetivo de alcanzar la liberación y no reencarnar nuevamente.

¿Qué es el color?

El color es una sensación que producen los rayos luminosos en los órganos visuales y que es interpretada en el cerebro. Se trata de un fenómeno físico-químico donde cada color depende de la longitud de onda.

Los cuerpos iluminados absorben parte de las ondas electromagnéticas y reflejan las restantes. Dichas ondas reflejadas son captadas por el ojo y, de acuerdo a la longitud de onda, son interpretadas por el cerebro.

Definición del color

Gules (Rojo) – Primario. Primer color del espectro solar. Color de la sangre, el cuerpo y el fuego.

Azur (Azul) – Primario. Quinto en el espectro solar. Significa castidad, lealtad, fidelidad y buena reputación. Es el más frio de los colores.

Sinople (Verde) – Significa, amor, alegría y abundancia. Color ecológico del siglo XX. Mensajero de la primavera y la esperanza.

Purpura (Violeta) – Significa amor a la verdad. Estimulante de la imaginación y de la intuición.

Sable (Negro) – Divinidades bienhechoras. Representa poder, formalidad, muerte y misterio, autoridad, fortaleza y misterio.

Tenne (Naranja) – Representa disimulo e hipocresía. Asociado a la felicidad, a los dioses o al poder. (azafrán representa renuncia budista).

Oro – Amor fiel y constancia, se asocia con el sol, color del lujo, relacionado con el mérito.

Argén (Blanco) – Ausencia o suma de colores. Aporta paz y confort, inocencia y aislamiento.

El color en la historia de México y los pueblos indígenas

Los tintes naturales prehispánicos

Las plantas han formado parte de un recurso fundamental para los seres humanos por miles de años. En todas las culturas también se han empleado en otros aspectos de la vida cotidiana, religiosa y ceremonial, así como elementos funerarios, santuarios, para extracción de tintes, etc.

Desde épocas muy antiguas, el uso de sustancias naturales para la producción de tintes de colores ha traspasado todas esferas del mundo mesoamericano. Al paso de los siglos, aún sobreviven pinturas rupestres de distintas civilizaciones, como olmecas, mayas, aztecas, teotihuacanos, etc.

Las plantas tintóreas se utilizaron mucho en distintos contextos, pero debido a que son materiales perecederos, no sobrevivieron por mucho tiempo, y por esta razón es muy difícil de encontrar evidencias arqueológicas de este tipo. Una de las primeras formas del uso de pintura entre grupos humanos, es lo que se conoce como pintura corporal, la cual no se circunscribió a una función ritual, sino también a una adaptación al ambiente, y funcionó como un tipo de repelente para insectos.

La importancia de las plantas tintóreas se convirtió en mercancías de lujo de muy alto precio, y que en su mejor momento fueron superados solo por el oro y la plata, cuando los españoles llegaron a América. Los colores más comunes fueron los rojos, azules, amarillos y verdes. Estos tintes se pueden encontrar en todas las partes del vegetal (dependiendo de la especie), en las raíces, tallos, flores, semillas, etc.

Durante la época prehispánica los tintes extraídos de las plantas fueron utilizados y combinados en varios elementos, que formaron parte de las diversas representaciones artísticas en los grupos culturales de Mesoamérica.

Los artistas mayas del clásico contaban con una paleta cromática de más de 30 colores diferentes que emplearon en la creación de diversos murales. Dentro de los colores más fascinantes se encuentra el azul y verde. La fabricación de estos dos colores representa una de las contribuciones técnicas más sobresalientes de los maya al mundo de la pintura tradicional.

Una de las características de estas tonalidades es que son pigmentos artificiales, hechos por el hombre para transformar los elementos naturales. Los mayas aprovecharon las características absorbentes de la arcilla blanca, llamada en maya yucateco saktu’lum, y cuyo nombre mineral es atapulgita y saponita, para fijar en ellas el tinte azul que produce la planta del índigo llamada en maya ch’oh. Los azules y verdes mayas son pigmentos con una base inorgánica. Sobre la arcilla tatapulgita, se fija de manera permanente un compuesto orgánico con color, generalmente índigo.

Los colores que se usaron fueron el rojo, azul, verde, negro, blanco, amarillo, naranja, café y morado, en diferentes mezclas y tonalidades.

Los pigmentos se obtuvieron de minerales, plantas, (tallo, hojas, semillas, fruto), insectos (como la cochinilla), y animales, como la almeja marina (purpura patula), que se obtenía de la Costa del Golfo. Para mezclar los pigmentos, utilizaron un aceite llamado Axi, axin o aje, que se obtuvo del insecto Coccus axin, los cuales eran criados y cultivados para ello.

Azul maya

Se produce con la planta llamada en náhuatl xiuhquilitl (hierba azul)

El proceso consiste en remojar la hierba de modo que cuando ésta se fermenta y se bate, desprende su tinte.

Su uso fue aplicado en murales, vasijas y para teñir textiles.

Rojo

Se obtiene de la Grana Cochinilla.

Del cuerpo desecado de la cochinilla hembra se obtiene el ácido cármico, colorante rojo

Púrpura

Se obtiene de la secreción de un molusco que habita en las costas del Pacífico.

Es un color resistente y duradero que deja en los hilos un ligero olor marino.

Otros pigmentos

El color blanco lo obtenían del yeso que preparaban calcinando el sulfato de sal.

El amarillo lo conseguían gracias a las hojas de la flor de xochipalli.

El negro lo obtenían quemando y pulverizando el palo del guayabo o de la madera de pino

El verde y sus matices lo conseguían mezclando los pigmentos azul y amarillo.

Los mordentes o fijadores utilizados en esta época fueron el alumbre y el nitro o salitre, que además de fijar el color, purificarlo y hacerlo más intenso, lograban obtener variaciones en los tonos y gamas.

Existen diferentes formas de teñir.

En un caso el tinte se aplica sobre el material en greña, es decir cuando todavía no está hilado.

Un ejemplo de este método es el de las mujeres de Hueyapan, Morelos, quienes tiñen la lana de un rojo intenso para mezclar esa fibra teñida con otro algodón blanco y así encontrar el matiz adecuado.

En otras ocasiones se aplica el tinte a los lienzos ya tejidos. Por ejemplo en Zinacantán, Chiapas, las mujeres tzotziles tejen sus enredos de algodón y los llevan a San Cristóbal de las Casas para teñirlos en azul con el añil natural.

En lengua náhuatl abundan los prefijos que orientan las palabras hacia un color específico: iztac es todo lo blanco y aparece corno raíz en lztaccíbuatl, la mujer blanca; en iztacayotl, que significa blancura; iztacamatl, papel blanco; e iztacoctli, vino blanco.

Las piedras preciosas de color verde poseían un sentido místico entre los antiguos, ya que representan tanto el corazón humano como la esencia divina que da la vida, además de que los jades simulan las gotas de agua que se esparcen sobre la tierra para fertilizarla.

Xihuitl presidía innumerables ceremonias del fuego; una cada año, otra cada cuatro años y la más importante al cumplirse el ciclo náhuatl de 52 años, en el que se festejaba el Fuego Nuevo. En todas ellas se sacrificaban cuatro esclavos que represemaba n los cuatro colores del fuego: El primero, llamado XoxouhquiXiuhtecutli, simbolizaba el fuego azul celeste; el segundo, XocauhquiXiuhtecutli, el fuego amarillo; el tercero, lztacXiuhtecutli, el fuego blanco, y el cuarto, TlatlauhquiXiuhtecutli, el fuego rojo.

El dios Quetzalcóatl, el dios blanco, constituye el mito principal de los pueblos mesoamericanos, ya que se le atribuyen todas las creaciones afortunadas sobre la tierra.

Los colores de los Dioses

Los mexicas

Los mexicas, llamados por la historiografía tradicional aztecas, fueron un pueblo amerindio que fundó México Tenochtitlán. Durante el siglo

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