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Sintesis De Filosofia


Enviado por   •  8 de Octubre de 2014  •  16.850 Palabras (68 Páginas)  •  335 Visitas

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Unidad 1

Definición de Filosofía de Jacques Maritrain

Maritrain pone en el nivel más alto de las ciencias a la teología cristiana y a la Metafísica como la ciencia suprema. Admite también que es muy pobre la función que tiene si se quieren hacer descubrimientos o aumentar nuestro dominio de la naturaleza. Sin embargo la Metafísica muestra al hombre los valores auténticos y su jerarquía pone en el centro a la ética y nos lleva a un mundo absoluto y eterno.

Definición de Filosofía de Isaiah Berlín

Para Berlín la historia de la Filosofía es paralela a la historia de los cambios en los modelos de conducta. El tiempo de permanencia de estos cambios no es la misma porque el mundo externo que percibimos a través de los sentidos cambia constantemente pero la interpretación que le damos a estos cambios es mucho más lenta para que el ser humano cambie su convicción de las cosas.

Berlín basa su sistema filosófico en analizar las relaciones humanas, desde el concepto primario de su pensamiento hasta la coronación del deseo humano que es la libertad como valor primario y sostiene que la Filosofía es una investigación del compuesto de características que rodean al ser humano.

El valor primario del ser humano es la libertad. Hay tres clases de libertades.

Libertad espiritual: Es la purificación del espíritu para encontrar la libertad interior.

Libertad moral: La que permite al ser humano controlar los deseos y pasiones.

Libertad económica: Es lo que lleva al hombre a decidir trabajar de lo que más le guste para así satisfacer sus necesidades.

El rol de la Filosofía en la propuesta de Deleuze

Según Deleuze, la Filosofía es un saber de primer grado que actúa directamente obre el caos y es independiente de la Ciencia y el Arte. Su misión es enfrentarse al caos y armar conceptos. Los conceptos son consistentes internamente (endoconsistencia) y externamente (exoconsistencia).

La endoconsistencia es la relación que hay entre las partes que forman el concepto y que son inseparables por estar trabados internamente. La exoconsistencia es la forma en que se relacionan unos conceptos con otros sobre un mismo plano de inmanencia.

Por plano de inmanencia se entiende al suelo absoluto de la Filosofía: lo que debe pensarse y no se puede, que es pensable pero no se llega a pensarlo.

Los conceptos también son autorreferentes por la peculiaridad de la construcción de los campos de la Lógica y las ciencias matemáticas.

El rol de la Filosofía en la propuesta de Gadamer

Inicia un debate en contra del cientificismo para luchar contra el positivismo ingenuo.

Intenta rescatar un modo de saber moral aristotélico y una recuperación del diálogo humano y del debate público sobre diferentes cuestiones.

Su propuesta se basa en la necesidad de ver a qué forma de universalidad podemos llegar.

La escuela crítica y su aporte al problema de la definición de la Filosofía

Los representantes de la escuela crítica son Kant, Hume y los neo – Kantianos. Según esta escuela la Filosofía es el juicio del saber y lo que determinar la capacidad de conocimiento del hombre. Es la Filosofía entonces la Teoría del Conocimiento.

Diferencias con la concepción Metafísica:

Los metafísicos consideran a la Filosofía como la ciencia de la verdad por su universalidad y abarcatividad mientras que los críticos la consideran como la medida de la capacidad de conocimiento del hombre Diferencias con la concepción Positivista:

Es que los positivistas consideran a la Filosofía como una fusión y un resultado de las ciencias experimentales mientras que los críticos separan a la Filosofía de las ciencias experimentales.

La división de la Filosofía

Filosofía primera o Metafísica

Ontología: Estudia los principios, la estructura o causas de la entidad.

Teología Natural o Teodicea: Estudia las causas externas. Dios no es el punto de partida sino el fin.

Gnoseología o Teoría del conocimiento: Es parte de la Metafísica porque es imposible investigar la entidad por afuera del conocimiento.

Cosmología: Es la ciencia del mundo material.

Psicología Racional: Es la ciencia del alma.

Filosofías segundas

La división fue propuesta por Tomás de Aquino basado en las tesis de Aristóteles.

Lógica o Filosofía Racional: Estudia la estructura del pensamiento y la validez del conocimiento humano.

Filosofía Moral o Ética: Estudia la moralidad de las acciones.

Arte Mecánica o Filosofía de la Técnica: Cuando la razón establece un orden entre los actos exteriores del hombre que ella causa.

Estética: Ciencia de lo bello, la Filosofía del arte.

La diferencia entre la Metafísica y las Filosofías segundas es que mientras la Metafísica estudia a los entes en general, las Filosofías segundas se ocupan de determinados entes y no de una generalidad.

Los métodos

Método es el orden que se toma en las actividades y que hace llegar a un fin en particular. El método debe ser muy sencillo y evitar complicaciones innecesarias.

La misma diversidad ontológica de sus objetos materiales y formales determina la diversidad de los métodos que deben emplearse en la investigación científica.

Sin embargo el método que debe aplicarse en cada situación es diferente por la naturaleza misma de la realidad que hace que en algunos casos sea inductivo, deductivo, experimental o racional y que a veces pueda llegarse a la certeza absoluta o contar con un grado mayor o menor de probabilidad.

Las cinco reglas del método en general propuesto por Descartes son:

Evidencia: Sólo se acepta algo como verdadero cuando es evidente.

Análisis: Hay que dividir cada una de las dificultades

Síntesis: Rearmar un todo desde sus partes ya conocidas respetando la unidad original.

Revisión: Para confirmar que no se omitió ni se agregó nada que alterara la integridad del objeto.

Demostración: Razonar a partir de principios evidentes y que lleva a una conclusión cierta.

Unidad 2

¿Qué es el hombre?

Las ideas del Hombre y la Historia

En el hombre actúan los mismos elementos, las mismas fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos, sólo que con consecuencias más complejas. El llamado “espíritu” pensante, la facultad de “voluntad central” y de proponerse fines son simplemente epifenómenos tardíos, reflejos inactivos conscientes de ciertos agentes que actúan también en el mundo animal infrahumano.

Todo eso que el hombre llama sus pensamientos, su voluntad, sus actos emocionales superiores, todo eso es simplemente una especie de “idioma de señales que cambian entre sí los impulsos instintivos”. Eso que llamamos “espíritu”, “razón”, no tiene un origen metafísico propio y separado sino que representa una evolución prolongada de las mismas facultades psíquicas superiores que ya encontramos en los monos antropoides, un perfeccionamiento de la “inteligencia técnica”. Dicha “inteligencia técnica” tiene por fin la seatisfacción de los mismos instintos fundemantales que en la especien y en el individuo pertenecen también al animal.

Eso que llamamos “conocimiento” no es sino una serie de imágenes. Aquellas imágenes, series de signos y sus formas de enlace que conducen a reacciones positivas quedan fijadas cada vez más sólidamente en el individuo y en la especie y constituyen los signos verdaderos.

Relación entre la idea del Hombre predominante y la realidad social y jurídica

Falta…………

La idea de Homo Sapiens: Características

Asigna al hombre un lugar superior por su diferencia específica, la razón estableciendo una jerarquía de los seres que asignaba al hombre un puesto central. En el hombre se reúnen todos los grados del ser y la via para formar una unidad superior que refleja el universo.

La razón, es el agente específico que permite al hombre conocer el ser tal como es en sí, plasmar la naturaleza en obras llenas de sentido y obrar el bien en relación a sus semejantes. La razón organiza la vida política y las leyes y fundamenta la Ética a través de las virtudes.

En mayor o menor grado se introduce en la concepción del hombre un dualismo cuerpo – alma que desvaloriza al primero y ha permanecido constante en el pensamiento occidental. Para la idea del homo sapiens

El hombre dentro de si mismo lleva un elemento que la naturaleza no contiene subjetivamente.

Ese agente se identifica ontológicamente con la razón que plasma al mundo y lo convierte en cosmos, por tanto ese agente es capaz de conocer el mundo.

La razón tiene poder y fuerza, aún sin los instintos y la sensibilidad que son comunes al hombre y a los animales para realizar sus propios contenidos ideales.

Ese agente es constante en la historia, los pueblos y las clases sociales.

El hombre se define por la razón, es basicamente un homo sapiens.

Unidad 3

El problema antropológico en Sócrates y los sofistas.

Los primeros filósofos griegos se habían ocupado principalmente del objeto descuidando a la persona. Es por ello que se da una desconfianza sobre las cosmologías y los pensadores volvieron los ojos al sujeto cognoscente.

Este cambio tuvo lugar por primera vez con los sofistas. Ellos procuraban reunir primero una gran cantidad de información de hechos particulares y de allí sacaban conclusiones teórico – prácticas en forma provisoria. El método de la sofística fue por tanto empírico – deductivo.

No buscaban tanto la verdad necesaria y profesaban el arte de la Retórica porque era necesario en una democracia directa el saber hablar bien en las Asambleas y así convencer al auditorio.

Platón

El conocimiento

Las características más importantes son: ser infalible y tener por objeto lo que es. La fuente de conocimiento son las ideas. Son inmutables, eternas y no están sujetas al movimiento.

La experiencia sensible, en cambio, no es el verdadero conocimiento por recaer en objetos cambiantes. Es relativa, ilusoria y está sujeta al influjo de cualquier circunstancia.

En la transición ignorancia – conocimiento hay que atravesar varias etapas, mencionada en una de sus obras, “La República”

Etapa Subetapa Lo que representa

Episteme Noesis (arquetipos o ideas). Es el grado más alto del conocimiento y al único que se lo considera como tal. El mundo inteligible

(realidad verdadera)

Dianoia (objetos matemáticos). Es la transición entre la Doxa y el conocimiento verdadero.

Doxa Pistis (objetos reales). Mundo sensible

(realidad aparente)

Eikasia (imágenes o sombras). Es el nivel más bajo.

Platón insiste en la educación como el único medio para salir del mundo de la ignorancia.

De acuerdo con la existencia del alma hay diversas clases de pruebas.

Prueba basada en el alma como principio de vida y movimiento: El alma es el principio de vida y movimiento, un principio ingénito.

Prueba basada en la teoría de la reminiscencia: Este argumento probaría la existencia del alma antes de su encarnación, pero no la inmortalidad.

Prueba de los contrarios: Los contrarios se producen a partir de los contrarios, es el antiguo mito del eterno retorno.

Por la naturaleza del alma: En el hombre hay dos partes. Una de ellas es la invisible (alma) que es simple e inmortal. La otra es la visible (cuerpo) que es mortal y obedece al alma.

Prueba basada en el imperativo ético y el destino (supuesto) del alma después de la muerte: La muerte del cuerpo no libera su maldad junto con el alma por su característica de inmortal.

El alma tiene 3 partes, es decir, es de naturaleza tripartita (en sentido metafórico porque el alma es simple)

Nombre Lo que representa Región del cuerpo en la que se encuentra

Parte racional Es la más noble y está emparentada con lo divino En la cabeza

Parte irascible Es la actividad enérgica de la voluntad En el pecho

Parte apetitiva o concupiscente Es la más innoble porque representa los apetitos sensuales Debajo del diafragma

El alma está “prisionera” del cuerpo. La tarea del filósofo es liberarla para que se eleve a la contemplación de las verdades eternas. La desvalorización del cuerpo aparece aquí ya claramente formulada.

Realidad sensible y realidad inteligible

La realidad sensible tiene que ver con la percepción sensible. A esta no se la considera como verdadero conocimiento porque no es infalible y no tiene por objeto lo que es sino que recae por objetos cambiantes y además es relativa y sujeta al influjo de toda clase de circunstancias.

La realidad inteligible, en cambio, se refiere a las ideas. Para Platón eran éstas el verdadero conocimiento porque son infalibles y además tienen por objeto lo que es. “Las ideas tienen los predicados exigidos tradicionalmente al ente y que las cosas sensibles no pueden poseer, son unas, inmutables, eternas, no tienen mezcla de no ser, no están sujetas al movimiento ni a la corrupción. Son absolutamente y sin restricciones”

Estas ideas constituyen la verdadera realidad y la inteligencia las intuye en un acto que es el final de un largo proceso de conocimiento.

Doxa y episteme

Doxa: Es lo referente a las imágenes y es la forma más baja del conocimiento. A su vez tiene dos niveles, la Pistis (objetos reales) y la Eikasia (las sombras)

Episteme: Se refiere a las ideas o arquetipos. Hay dos subniveles que son la Noesis (la pura razón y el conocimiento verdadero) y la Dianoia (objetos matemáticos, y una transición entre la Doxa y la Noesis).

El Hombre y su relación con las Ideas

Teoría política Las ideas son necesarias en el proceso de conocimiento de los objetos pues para Platón la percepción sensible no puede hacerlo por si misma y necesariamente demanda al intelecto o Nous.

El desarrollo de la mente humana desde la ignorancia al conocimiento pasa por la Doxa y la Episteme. Quien ha intuido el Universal, la Idea, se encuentra en estado de Noesis porque adquirió el conocimiento propiamente dicho.

Teoría política de Platón

El bien supremo consiste en el desarrollo auténtico de la personalidad como ser racional y moral, el recto cultivo del alma y el bienestar general y armonioso de la vida.

La felicidad se alcanza mediante la práctica de la virtud y sólo el verdaderamente virtuoso es bueno y feliz. También necesita que la ciudad en la que vive sea justa y virtuosa por lo que en “La República” los temas principales son la justicia y la ciudad justa.

El Estado de “La República” no ha existido ni existirá.

La pleonexía es salirse de los límites, un acto de injusticia. Como consecuencia, la única forma de evitar que esto ocurra es la aristocracia del espíritu.

La ciudad, las clases sociales y la Justicia

Asociando la naturaleza tripartita del alma con los estamentos sociales encontramos que la parte racional es el gobierno, la irascible los guardianes y la concupiscible los artesanos.

La Polis cumplía mayormente un fin económico, lo que hacía necesario que artesanos y labradores la sustentaran y guardianes que la protegieran de la codicia de los enemigos de adentro y afuera. También debe hacer felices a sus habitantes para que lleven una vida recta de acuerdo a la justicia. Es por eso que era tan necesaria la educación. Los guardianes no poseerán bienes ni tendrán familia propia.

En el 1º libro de “La República” se dedica a examinar 2 teorías de la justicia, una representada por Céfalo, otra por Polemarco y otra por Trasímaco.

Céfalo Trasímaco Polemarco

La justicia consiste en decir la verdad y devolver a cada cual lo que de él hemos recibido. Entiende que lo justo es lo que quiere el gobernante, lo que según Sócrates no es así ya que los gobernantes deben procurar en primer lugar el bien de sus gobernados. Según su teoría a los amigos hay que darles el bien y a los enemigos el mal. Esto tampoco es compartido por Sócrates.

En el 2º Libro, Glaucón y Adimanto defienden otra teoría sobre la justicia. Para el primero la justicia es el producto de un convenio. Los hombres llevados por su rebeldía cometen injusticias y para reparar ese daño es que acordaron mutuamente no cometer injusticias para no padecerlas. La justicia entonces es el equilibrio entre el mayor bien (no padecer) y el mayor mal (no poder defenderse) y esto se acepta por la impotencia de cometer injusticias.

Contra esta teoría pragmática Platón dirá que la justicia es una propiedad y una recta y adecuada disposición del alma humana.

Entre los guardianes habrán dos clases: los gobernantes y los auxiliares.

Gobernantes Auxiliares Artesanos

Qué son Son hombres de oro que dirigen la ciudad Son hombres de plata que defienden la ciudad Los hombres de hierro y cobre que sostienen la ciudad

Principales

virtudes Templanza y prudencia Fortaleza y templanza Templanza

Platón considera que la justicia consiste en una armonía que depende de la supremacía y el dominio de la razón pero ignora la relación al otro o alteridad. En su vejez reconoce a las leyes como útiles y su valor moral y educativo.

Las formas de gobierno.

La única forma de gobierno válida es la aristocracia del espíritu y considera a las siguientes como formas de pleonexía o ilegitimidad:

Timocracia: Forma de gobierno en el que ejercen el poder los ciudadanos más ricos.

Oligarquía: Forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social.

Demagogia: Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.

Tiranía: Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad.

Aristóteles

Los grados del saber y la Ciencia

El saber tiene varios grados. Estos son

Sensación: Es el grado de saber más bajo de todos.

Experiencia o empeireia: Nos proporciona el trato cotidiano con las cosas. Sin embargo no se puede transmitir ni enseñar porque se conoce el qué pero no el por qué.

Técnica o tekné: Se puede enseñar.

Ciencia o episteme: Es el medio por el cual se conocen las causas y su necesariedad para producir ciertos efectos. Es un conocimiento verdadero del que no se puede dudar.

A diferencia de Platón quien afirmaba que el Universal tenía existencia separada del individuo, para Aristóteles esto no era así: el Universal y el individuo era uno solo.

Para alcanzar el universal se necesita la experiencia pero no tendremos ciencia. Va a serlo cuando ponga de manifiesto su propia necesidad a través de la demostración.

Aristóteles define la demostración como un silogismo científico que parte de premisas verdaderas e inmediatas. Un silogismo es un razonamiento que establece la necesidad de una conclusión a partir de sus premisas. Sin embargo la demostración se ve limitada porque hay principios que no se pueden demostrar y no son conocimientos innatos sino que son captados por una intuición inmediata del Nous o intelecto. Estos principios indemostrables son

De una verdad necesaria o de una significación que hay que comprender: Son la base de todo conocimiento, los Axiomas.

Una significación que hay que comprender: Aristóteles las denomina “tesis”, definiciones nominales que tienen que ser enseñadas y aprendidas por quienes se dedican al estudio de una ciencia en particular.

Las ciencias se clasifican de acuerdo a un criterio tripartito.

Ciencias teóricas

Teología: Se ocupa de las sustancias existentes libres de toda conexión con la materia.

Física: Estudia los cuerpos naturales.

Matemática: Estudia las cosas inmutables que no tienen existencia separada (números y figuras geométricas).

Ciencias productivas

Política: El conocimiento es buscado para servir de regla de conducta.

Ética: Es una parte de la Ciencia Política.

Ciencias poéticas

Artes útiles

Bellas artes

El objeto de estudio de la Filosofía Primera

Sus objetivos son los más universales y a la vez son los más abstractos. Es el estudio del ser en cuanto ser. La Metafísica se ocupa del ser, de la sustancia que es la categoría primaria. El ser en cuanto ser se patentiza mejor en lo inmutable que lo que está sujeto a cambio. A pesar de la pluralidad de objetos, la Metafísica es una ciencia única.

La sustancia es el sujeto de todas las predicaciones posibles y pueden ser esencias (lo que las constituye como tales) y accidentales (no expresa la sustancia del sujeto) y ambos se aplican a un sujeto siempre singular. A los géneros y las especies Aristóteles los llama “sustancias segundas”.

El hombre. Los principios del ser vivo, clases de alma

Para Aristóteles el alma es el principio vital de los seres vivos que están formados de materia (cuerpo) y forma (alma). Las dos cualidades del alma son el movimiento y la sensación.

Los seres vivos se caracterizan por estar compuestos de materia y forma y tener vida gracias al alma, el principio formal.

Hay tres clases de tipos de seres vivos y de almas.

Alma vegetativa: Sus funciones son la nutrición y la reproducción.

Alma sensible: Tiene sensación y locomoción y distingue las cualidades de las cosas.

Alma racional: La jerarquía más alta. Tiene el conocimiento teórico y la prudencia. Reflexiona, piensa y adopta decisiones.

La Ética. Bien y felicidad. Las virtudes

La ética aristotélica es teleológica. Considera la acción en cuanto conduzca al bien del hombre. Todo arte e indagación, obra o elección apuntan a la consecución de algún bien, algunos de mayor riesgo.

No hay una respuesta que diga exactamente cuál es el bien del hombre. Hay quienes piensan que es evidente y visible como el placer, la riqueza o los honores y otros que varía de acuerdo al momento que esté pasando el individuo. La felicidad ha de ser permanente. Para determinar su naturaleza es propio pensar que es la actividad del alma de acuerdo con la razón.

Las virtudes son hábitos que perfeccionan al hombre, lo intermedio entre pecar por defecto o por exceso. Hay dos clases de virtudes.

Las intelectuales

Las éticas

La virtud de la Justicia. Clases. La equidad

Se puede entender a la justicia de dos maneras:

Lo que es legal: Equivale a la obediencia de la ley y coincide con la virtud en su aspecto social.

Lo que es igual: Son acciones cuyo objeto es la distribución de bienes en la que se busca una igualdad proporcional.

El Estagirita ha percibido la alteridad de la justicia. Se distinguen dos grupos dentro de la justicia particular

Distributiva: Rige en la distribución de bienes, honores y cargos.

Correctiva: Comprende las transacciones voluntarias e involuntarias

Aristóteles habla de un justo legal (lo que es justo a partir de una ley) y lo justo natural (lo justo por naturaleza). La equidad o epiékeia es la justicia del caso concreto

La Política

Aristóteles asocia a la Ciencia Política con la forma de buscar algún bien. La Polis y el individuo poseen un mismo bien, aunque éste tal como se encuentra en el Estado es mayor y más notable. Aristóteles considera a la Ética como una rama de la Ciencia Política.

Causas de la sociabilidad humana

"...La integración del hombre en un conglomerado político, el hecho de que pertenezca a una forma de vida colectiva, crea una situación bella, buena y deseable. Impone (...) deberes incesantes y variados, ya que tienen que vivir intensamente los asuntos de la Ciudad; pero esa existencia honra a la condición humana. Por eso hay más belleza –estima Aristóteles, en el gobierno del Estado que en el gobierno de uno mismo, más grandeza en la política que en la moral, puesto que el hombre está hecho para la vida social. La política con relación a la ética, es la ciencia madre, la ciencia suprema, la ciencia soberana".

Las formas de gobierno

Aristóteles estima aceptables distintos sistemas políticos. Cree que el mejor gobierno no es necesariamente el mismo para todos los tiempos y para todos los países.

Así, establece que si el fin del gobierno es el interés general, la forma de gobierno será auténtica; cuando es el interés particular de los gobernantes, la forma de gobierno estará alterada. (Esto es lo que denomina Aristóteles como formas puras e impuras de gobierno).

Formas puras e impuras de gobierno

En primer lugar, el gobierno de uno solo en beneficio de todos, realeza o monarquía, cuya desviación constituye la tiranía.

En segundo lugar, el gobierno de un número reducido, de los mejores, aristocracia, cuya desviación es la oligarquía.

En tercer lugar, el gobierno de un gran número en interés general, que denomina democracia, (aunque el término que describiremos es el actual y difiere del que utilizaba el filósofo) cuya desviación es la demagogia.

Las monarquías

La monarquía absoluta: Concede todo el poder al rey, dueño de la cosa pública, como lo es, por otra parte, del cuerpo de la Nación o del pueblo.

La monarquía heroica: Es la de los tiempos y de los pueblos guerreros. Consiste, por una parte, en un generalato perpetuamente hereditario y por otra parte, en un pontificado, cuando el ministerio de los sacerdotes no es indispensable. El poder se lo otorga el pueblo en reconocimiento por haber fundado la ciudad, por haberlos guiado en el proceso.

La realeza casi tiránica: Donde el poder arbitrario ya es considerable, pero descansa sobre la base de las leyes y de la herencia.

La tiranía: El tirano gobierna en su solo interés, y sin tener para nada en cuenta los intereses de las personas que valen tanto o más que él.

La aristocracia

Aristóteles establece un modelo ideal de gobierno al que denomina Politeia, cuya acepción actual puede asemejarse a república. Al igual que Platón establece que el gobierno debe estar en un grupo reducido de personas dotadas de los bienes necesarios para la vida y también dispuestas para las cosas del espíritu como para las de gobierno.

Los ciudadanos acomodados son los únicos que están en condiciones de regir bien la ciudad por su nivel de razón y educación.

La oligarquía

Es el gobierno de varios, que por lo general nunca deja de ser una minoría con relación a la población de la ciudad. La clasificación de las mismas puede hacerse en función exclusiva del número:

La primera forma es la politiranía o dinastía, que es una oligarquía muy poco numerosa que concentra el poder y la riqueza en pocas manos.

La segunda forma está basada en la heredabilidad del gobierno, que pasa de padres a hijos. Sigue habiendo concentración de poder en pocas manos, al mismo tiempo que las riquezas que le dan seguridad siguen siendo grandes y sus funciones son personalmente ocupadas por los miembros de la minoría.

La tercera forma es la que pasa de la herencia a la cooptación, donde el cuerpo de magistrados tiene el derecho de reclutarse a si mismo. Los oligarcas no tienen poder suficiente para reinar sin ley; pero los ricos tienen la fuerza necesaria para obligar a la adopción de leyes que les convenga.

La democracia

Para Aristóteles, el hecho de que gobierne la mayoría o la minoría no es razón suficiente para calificar a un gobierno (es decir, teniendo en cuenta un criterio cuantitativo); lo que distingue a la democracia de la oligarquía es la pobreza o la riqueza. El problema que se presenta al hablar de la democracia "aristotélica" es que dicho concepto no se asemeja al actual utilizado por nosotros; por eso, para él, es importante el criterio cuantitativo y cualitativo.

En una cultura donde el poder este en manos de los ricos, incluso si son mayoría, habrá oligarquía; allí donde el poder lo tengan los pobres, aún cuando estén en minoría, habrá democracia.

Aristóteles distingue diversos grados de democracias:

Las funciones públicas están ligadas a un censo muy modesto, el cual no está en contradicción con la naturaleza democrática del gobierno. Los empleos son en gran medida accesibles.

En este tipo de democracia, la más completa, no se exige ninguna condición de censo para ser elector, pero sí se requiere una pequeña fortuna para ser elegible.

No se requiere ningún censo, ya que las funciones son gratuitas. Aunque en la práctica son solo accesibles aquellos que disfrutan de cierto bienestar; es decir, que solo "en teoría" dichas funciones son gratuitas.

El cuarto tipo es uno de los más criticados por el pensador, ya que las funciones públicas están remuneradas, lo que provoca que los pobres las busquen como un medio de vida. Esto deriva en una multitud que se "apodera" del gobierno. En consecuencia el pueblo se convierte en monarca y pretende comportarse como tal, pero surgen conflictos, debido a que el poder reside en demasiadas personas.

La demagogia

Reemplaza las disposiciones generales, impersonales y objetivas, valederas para todos, por las decisiones individuales y subjetivas. Los demagogos dan a entender que dejan la decisión al pueblo, pero en realidad, cuando logran su confianza, estos terminan gobernando, ocultándose tras la voluntad popular. Como el pueblo decide, se llega a una confusión de poderes.

En un inicio, la democracia es un régimen popular regulado por las leyes, considerando el bien común; contrariamente, la demagogia (que es su desviación) aniquila este último.

Las transformaciones del poder

Al igual que su maestro, Aristóteles analiza las causas de transformación de los gobiernos. Sin ningún lugar a dudas, la decadencia de las formas políticas es un punto importante en la historia de estos dos filósofos.

Analiza como se extinguen, y los medios existente para prolongar su vida. Las causas de destrucción son múltiples.

Una de las principales puede atribuirse al exceso de igualdad o desigualdad. Y este punto lo analiza partiendo de la premisa básica de que todos los ciudadanos, son en parte iguales y desiguales. El error de la democracia consistirá en la tendencia a la igualdad absoluta; el error de la oligarquía es hacer de la desigualdad un principio general. Asimismo, los demagogos, querrán conseguir el reparto de bienes a través de la rebelión hacia los ricos, que amenazados en sus posiciones, conspirarán constantemente, poniendo fin a la democracia. En cuanto a la oligarquía, oprimirá a las clases inferiores, induciendo de esa manera a la masa del pueblo a buscar un jefe que derribará a los oligarcas.

Muchas veces la salvación, será respetar la igualdad de los hombres y mantener un equilibrio necesario.

Las causas personales o particulares, constituyen otras a ser consideradas, éstas son los comportamientos individuales y los abusos de poder por parte de los gobernantes. Sus consecuencias psicológicas son temibles; principalmente el miedo. El miedo actúa sobre los gobernantes, los agentes y sobre los gobernados. Los primeros al sentirse amenazados recurrirán a la violencia para mantenerse en el poder; los segundos recurren a la fuerza ante el temor de ser castigados y perder sus empleos; los terceros, al correr continuamente el riesgo de ser maltratados, diezmados o deportados, recurren a la revolución.

También establece un ciclo probable que, partiendo de la monarquía, pasa a la aristocracia o a la República, desemboca en la tiranía y después en la oligarquía y la demagogia, volviendo finalmente a la República.

Como filósofo del justo medio se esfuerza siempre en impedir el exceso de un principio, recurriendo al opuesto. El tirano dejará de serlo, si se concentra en la piedad, la decencia y el bien común; convertido en monarca respetable, su reinado quedará purificado, y también consolidado, como lo expresaba su maestro Platón.

Los oligarcas deberán no mostrarse despreciativos con el pueblo, y además darles al menos, cierta participación. Finalmente, la democracia, deberá complementarse con las leyes aristocráticas para volver al ideal que plantea de República.

Las leyes

Los hombres no practican la virtud porque la mayoría no está dispuesto a escuchar la voz de la razón. Las leyes sirven para castigar a los desobedientes y no sólo tienen una función educativa sino que son instrumentos para convivir en forma ordenada.

La ley racionaliza la vida social cambiando los apetitos por la razón. Donde son soberanas las leyes hay verdadero estado y verdadera libertad, lo que hace necesario educar al pueblo para las leyes.

Fundamental es el aporte de Aristóteles a la Filosofía Jurídica y fue el descubrimiento y formulación de los caracteres esenciales del derecho: alteridad, objetividad en la medida y legitimidad. La elaboración de una teoría sobre la justicia que ha marcado indeleblemente al pensamiento occidental y la formulación de los postulados del Estado de Derecho por primera vez en la historia.

Unidad 4

San Agustín

Relaciones entre Fe y Razón

La razón presupone la fe porque por sí sola no puede alcanzar la verdad ya que es débil e imperfecta. Pero la fe necesita a la razón antes y después de la aceptación de la verdad revelada: antes porque presenta al hombre los motivos racionales que le inducirán a creer y luego porque esclarece la verdad aceptada por la fe: “comprender para creer”

La teoría de la ley

Podemos dividir la filosofía jurídica de Aurelio Agustín en 2 períodos, siendo el hito demarcatorio entre uno y otro su polémica con el monje Pelagio.

En el primer período acepta la idea estoica – ciceroniana de la ley y escalona ésta en una división tripartita conservada por casi todos los autores medievales

Ley eterna: Rige la materia inerte y los seres vivos.

Ley natural: Manda realizar el bien y aparatarse del mal.

Ley positiva: Determina lo que en cierta época debe quedar ordenado o prohibido.

Iusnaturalista hasta la controversia con Pelagio. A partir de ésta asume una postura voluntarista. Pelagio había afirmado que el hombre siguiendo los dictados de la recta razón podría alcanzar la salvación sin necesidad de la Gracia y de la Revelación. En este Agustín voluntarista basarán sus teorías jurídicas pensadores como Lutero y Calvino.

La interpretación clásica da una opinión negativa del Estado lo que es incorrecto porque la sociedad política tiene como el fin más elemental la sociabilidad, la paz y el orden. La primera sociedad natural es la familia y de ella nace la ciudad.

En “La ciudad de Dios” se habla de la ciudad de Dios y la del Diablo (terrestre) y se tendió a asociar a la primera con la Iglesia y a la segunda con la sociedad política. Sin embargo, la ciudad terrestre sólo tiene una dimensión teológica porque representa la comunidad de los hombres perversos conviviendo con los hombres buenos y la “Ciudad Celeste” es la comunidad de los hombres buenos sin importar su raza, religión o pensamiento.

La diferencia fundamental entre la Iglesia y el Estado y las ciudades terrena y celeste es que las primeras son reales y con un fin muy concreto y las segundas son entidades místicas.

Santo Tomás

La ley natural

Siguiendo la concepción teleológica de Aristóteles, Aquino afirma que el hombre, igual que los demás animales, experimenta ciertas tendencias enraizadas en su naturaleza. No se trata de pulsiones irresistibles, sino de orientaciones espontáneas de la conducta hacia una finalidad concreta.

La tendencia hacia fines es común a hombres y animales. Pero el hombre tiene una racionalidad propia y diferente a la del resto de los animales. Sólo él puede conocer sus propias tendencias y deducir de ellas ciertas normas de conducta que lo aproximen cada vez más al fin perseguido.

Queda así demostrada la existencia de la ley natural: Como ser racional, el hombre puede establecer ciertas normas de conducta teniendo en cuenta las exigencias de su propia naturaleza.

Contenidos de la ley natural

Se deduce del repertorio de tendencias naturales del hombre. Existen tres tipos de tendencias:

En tanto que sustancia, el hombre tiende a conservar su propia existencia. La conservación del individuo y de la especie es un deber moral.

En tanto que animal, el hombre tiende a procrear. De aquí pueden derivarse algunas normas de conducta relacionadas con el cuidado y protección de los hijos.

En cuanto racional, el hombre tiende a conocer la verdad y a vivir en sociedad. Puesto que la vida en sociedad supone organizar la convivencia de manera que nos permita a cada uno alcanzar nuestros fines, las exigencias de verdad y justicia deben respetarse siempre, para que el grupo humano no degenere en manada, rebaño u horda.

Pero las exigencias así obtenidas tienen un carácter demasiado general y abstracto. Es preciso un esfuerzo de concreción ulterior, para que los principios generales se transformen en normas concretas realizables en la práctica. Por ejemplo: Si la ley natural exige respetar la vida ajena, ¿qué hacer en caso de guerra o ataque personal? ¿Hay circunstancias donde las exigencias naturales pierden su valor? Si una familiar no puede garantizar comida, educación y acogida a un nuevo hijo, ¿es lícito interrumpir el embarazo?

Propiedades de la ley natural

Si verdaderamente la ley natural se deduce de nuestras tendencias naturales, su contenido ha de ser evidente, universal e inmutable. No serviría para orientar la conducta de todos los seres humanos si sus mandatos no son asequibles fácilmente a todos los hombres, sin necesidad de un sofisticado proceso educativo.

Si realmente es un reflejo de la naturaleza humana, los hombres de todas las culturas, países, razas y religiones deberían reconocer los mandatos derivados de ella.

Si su contenido se deriva directamente de lo más auténtico esencial de la naturaleza humana, en nada debería haber cambiado su contenido a lo largo de la historia. Debe permanecer constante a pesar de los cambios históricos

Ley natural y ley positiva

Ley positiva es la que se halla escrita en los códigos y reglamentos aceptados por un grupo social, con carácter vinculante. Relaciones entre ley natural y ley positiva:

a. La existencia de la ley positiva es una exigencia de la ley natural misma. Si la ley natural impone la vida en sociedad, ésta sólo es posible cuando existe un sistema legal que regule la convivencia y permita solucionar pacíficamente los conflictos. Por tanto, la ley positiva no puede entenderse siempre como una imposición de los más fuertes o un capricho de magistrados: es condición de posibilidad para la vida en sociedad.

b. La ley positiva constituye una prolongación de la ley natural: debería concretar las normas morales y los grandes principios naturales para saber a qué atenerse exactamente en la convivencia social, por ejemplo.

c. La ley positiva no debe ir nunca contra las exigencias de la ley natural. La legislación de un país o comunidad humana nunca debe saltarse los límites marcados por la ley natural, si queremos que sea justa. Una legislación no puede fundamentarse sobre la violación continua de los derechos y exigencias naturales.

Por tanto, el mundo del derecho y el ámbito de la moral están estrechamente relacionados en la filosofía de Santo Tomás, y se articulan en torno a la idea de justicia. La justicia consiste en «dar a cada uno lo suyo»; es una exigencia ética y natural al mismo tiempo, y sobre ella debe fundamentarse el derecho.

La ley natural y el orden del universo

La ley natural que debe guiar la conducta humana refleja también el orden general que existe en el universo. Santo Tomás atribuye a Dios la causa de que exista un orden semejante, y a esto le llama ley eterna -tomado de S. Agustín y Heráclito

La ley eterna es «la razón de la sabiduría divina en tanto que rectora de todos los actos y movimientos». Pero mientras esta ley eterna se concreta en leyes físicas y mecanicistas para los objetos y seres del universo, en el caso del ser humano deja espacio para que actúe libremente con la ayuda de su razón. Por tanto, no son las leyes físicas sino la ley moral libremente asumida lo que guía la conducta del ser humano racional y libre. La ley natural no sería más que un reflejo de una ley eterna más amplia [fundamentos teológico-religiosos del sistema tomista].

El Derecho y la Justicia

Para Santo Tomás el Derecho es un término análogo porque se aplica en sentido originario y principal a una cierta realidad y a otras en razón de la semejanza o parecido que tienen con aquélla.

El derecho en sentido estricto es una res iusta (cosa justa), lo que quiere decir que es una acción por la que se da al otro lo que le corresponde.

Las características más importantes del derecho en sentido estricto son

Alteridad

Exterioridad (lo importante es darle al otro lo suyo)

Objetividad

Unidad 5

El Renacimiento

Constitución de la Nueva Ciencia

La ciencia moderna ha pretendido vivir libre de toda filosofía y desde su inicio abandona la autoridad como criterio de verdad y apela a la experiencia y sus mayores referentes van a ser

Galileo: Aportó una serie de descubrimientos científicos y el principio central que resultaría postulado fundamental de la ciencia moderna: el mundo físico es una interacción de fuerzas calculables y cuerpos medibles.

Francis Bacón: Es el primero que expone en forma sistemática el método inductivo que tanto a contribuido al desarrollo de las ciencias de la naturaleza.

Descartes: Inicia un nuevo modo de filosofar que podemos llamar racionalismo o idealismo en sentido amplio.

El problema del método

En un mundo que quería iniciar un nuevo camino de nada servía la lógica tradicional. La reconstrucción había de comenzar por el descubrimiento de un nuevo método capaz de conducir a una nueva ciencia

El método es necesario para la investigación de la verdad y hacia necesario superar el silogismo, algo que para Descartes es peligroso porque permite deducir algo verdadero de premisas falsas. Ocupado en obedecer las reglas de la deducción el espíritu pierde de vista las ideas y se aparta de la intuición directa de las naturalezas simples.

Fija Bacon con claridad el objetivo de la investigación científica cuando escribe “La meta verdadera y legítima de las ciencias no es otra que la de dotar a la vida humana de nuevos inventos y recursos”.

¿Donde buscar el saber? La respuesta es clara: en la observación atenta de los hechos particulares para de allí elevarse lenta y progresivamente a los principios generales.

Para progresar sin temor en el camino del conocimiento es preciso liberarnos de los prejuicios que Bacon llama “ídolos” o falsas nociones que han tomado posición del entendimiento humano.

Si reflexionamos un poco advertiremos que el método de Bacon consta de dos partes

Destructiva: Se hacen a un lado los ídolos para poder comenzar a investigar la verdad.

Constructiva: Es la etapa de la inducción incompleta, base rigurosa del saber.

Pero el mérito de Bacon es haber perfeccionado la inducción científica. Si bien el modelo es muy sencillo, marcó el inicio de una nueva forma de investigar, rigurosa y metódica que abrió caminos en el conocimiento humano.

Bacon fue un precursor en la preocupación metodológica que sería el fundamento del iniciador de la filosofía moderna, Descartes.

Descartes (1596 – 1650)

Los principios del método

El método es en Descartes el punto de partida y el término de la Filosofía ya que sirve para elaborarla y a la vez se justifica por ella. El instrumento general del conocimiento es la razón. Esta facultad es innata e igual en todos los hombres, en consecuencia las diferencias de opiniones que existen entre ellos provienen del mal modo en que la aplican.

Interesa al filósofo que busca la verdad encontrar el método más apropiado para llegar a ella y que sea aplicable a todos los campos de la investigación. En el “Discurso del Método”, Descartes define cuatro preceptos de ese método.

La evidencia intelectual como criterio de verdad. Las cosas que percibimos de manera clara y distinta son todas verdades.

Dividir las dificultades en tantas partes como fuese necesario para la mejor solución.

Empezar por los elementos más simples para ir ascendiendo a los más complejos.

Hacer recuentos hasta estar seguro de no omitir nada.

La evidencia consiste en la intuición intelectual de una idea clara y distinta. Se caracteriza por la indubitabilidad y la exclusión de toda posibilidad de error. Una idea es “clara” cuando se perciben todos sus elementos.

Para poder llegar a la certeza debo primero tomar como provisionalmente falso todo aquello sobre lo que dudo. Es una duda provisional porque constituye una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza. En cuanto a su extensión, hay que poner todo en duda salvo la religión y la moral.

“Pienso luego existo”

La duda metódica se extiende en primer lugar a los que aprendemos por medio de los sentidos porque muchas veces sucede que nos han engañado y es más prudente no confiar en nada que alguna vez nos engañó.

Las ideas adventicias (vienen de los sentidos) son dudosas aunque parece que no es posible en los juicios sobre los objetos matemáticos. Sin embargo podría haber un “genio maligno” que también estuviera engañándome en eso también. Entonces hay que dudar de todo.

Pero para dudar debo pensar y para pensar es preciso ser, algo que Descartes llamo “cogito ergo sum”. Naturalmente esa certeza de mi propia existencia se da solamente cuando pienso y si dejo de hacerlo no podría afirmar que existo. La `primera verdad que aparece entonces es que soy una cosa pensante “Ego sum res cogitans”

¿Y qué es pensar? Es aquello de lo que somos conscientes como operante entre nosotros y eso es el entender, querer imaginar y sentir. El “pienso luego existo” es la primera verdad que descubre Descartes.

Dios y el Mundo

Dios es una sustancia infinita, eterna, inmutable, omnisciente y omnipotente por la que yo y todas las demás cosas que existen fueron creadas y producidas

¿Cómo se prueba que existe Dios? Las ideas facticias son ideas inventadas por nosotros y las innatas parecen nacidas con nosotros pero no vienen de los sentidos y no parecen inventadas.

Las ideas innatas van a permitirnos probar que Dios existe. En mi mente tengo la idea clara y distinta de lo perfecto, lo infinito y lo omnipotente. Según Descartes son ideas innatas y ellas le darán pie para probar la existencia de Dios.

Descartes da tres pruebas de la existencia de dios, dos por el principio de causalidad y otra por el análisis de la idea de perfección.

Primera prueba: Tengo la idea de un ser perfecto por el hecho de darnos cuenta de que es imperfecto dudar. ¿De dónde proviene esa idea? Es la que el Ser Perfecto ha puesto en mí.

Segunda prueba: Soy imperfecto porque dudo pero tengo la idea de perfección y dependo por tanto de una causa que posee toda la perfección: Dios.

Tercera prueba: Su punto de partida es la idea de un ser perfecto. La perfección implica la existencia puesto que si Dios es perfecto tiene que existir, si no es perfecto.

La única idea clara que tengo del mundo exterior es la extensión. Sé entonces que las cosas son extensas. ¿Cómo prueba Descartes su existencia? Hay una inclinación natural a creer que los diversos cuerpos existentes son determinaciones de la extensión. Dios es la sustancia que asegura la comunicación entre el “Yo” y el “Mundo”.

Consecuencias del cartesianismo. La crítica del empirismo

Falta……….

Emmanuel Kant

El problema de la Crítica

La tarea de la Crítica es buscar cómo las ciencias son posibles y si es posible la Metafísica. Tenemos así formuladas dos cuestiones diferentes y a la resolución de este problema central dedicará Kant la primera Crítica. Dos parecen ser las condiciones del conocimiento científico

Proposiciones que tengan un valor universal y necesario.

Que el contenido de la proposición venga de la intuición científica.

La experiencia no se extiende a todos los casos posibles. La universalidad y la necesariedad de los juicios científicos son a priori.

Las clases de Juicios

Analíticos: Cuando el sujeto está contenido en el predicado. Son universales pero no apmlían nuestro conocimiento y son a priori porque no necesitan comprobación empírica para verificar su verdad. Se funda en el principio de no contradicción.

Sintéticos: Son extensivos porque añade al sujeto un predicado que no había sido pensado en él y que no podría ser obtenido por ninguna desmembración del mismo. Pueden se a priori o posteriori (fundado en la experiencia). Los más misteriosos son los juicios sintéticos a priori porque no están fundados sobre el principio de la contradicción ni sobre la experiencia pero son importnates por ser la base de la ciencia al ampliar nuestro conocimiento.

Las funciones del conocimiento

Hay tres funciones del conocimiento: la sensibilidad (Estética Trascendental), el entendimiento (Analítica Trascendental) y la razón (Dialéctica Trascendental)

La sensibilidad es la capacidad de recibir impresiones respondiendo al modo como nos afectan los objetos. La intuición sensible es el modo de conocimiento por el cual un objeto nos es dado.

El entendimiento es la forma por la cual los objetos son pensados.

La sensibilidad

La sensibilidad es la capacidad de recibir impresiones respondiendo al modo como nos afectan los objetos. La intuición sensible es el modo de conocimiento por el cual un objeto nos es dado.

Aquí Kant distingue la sensibilidad (Sinnlichkeit) del intelecto (Verstand) y dice que los objetos nos son dados por los sentidos y pensados por el enendimiento. Sensibilidad y entendimiento cooperan para constituir la experiencia y para determinar los objetos en cuanto objetos, aún cuando sus aportes son diferentes.

Para Kant no hay más experiencia que la sensible, la cual se divide en dos especies, la externa que se hace en el espacio y la interna en el tiempo. El espacio y el tiempo son leyes del sujeto.

El espacio y el tiempo

El espacio y el tiempo son leyes del sujeto. No son conceptos porque no hay sino un solo espacio y un solo tiempo y es concreto y además una condición de la experiencia.

El entendimiento y las categorías

El entendimiento humano nace de dos fuentes principales presentes en el ánimo. La primera es la facultd de recibir impresiones. Por ella nos son dados los objetos. La intuición sensible nos suministra datos y no podemos obtener por ninguna otra vía los objetos en cuanto datos. La segunda fuente es la facultad de pensar los datos por medio de conceptos.

La facultad del entendimiento es la del pensamiento y se expresa por medio de los juicios. Juzgar y pensar es lo mismo. En el juicio se unen representaciones, se sintetizan las representaciones por medio de conceptos. El entendimiento posee una estructura categorial a priori. Sintetiza las representaciones según categorías básicas.

Esta es la tabla kantiana de los tipos de juicios o funciones lógicas del juicio y la tabla de categorías

Juicios Categorías

Cantidad

Universal

Particular

Singular Cantidad

Unidad

Pluralidad

Totalidad

Cualidad

Afirmativo

Negativo

Indeterminado Cualidad

Realidad

Negación

Limitación

Relación

Categórico

Hipotético

Disyuntivo Relación

Inherencia y subsistencia

Causalidad y dependencia

Agente y paciente (comunidad)

Modalidad

Problemático

Asertórico

Apodíctico Modalidad

Posibilidad – Imposibilidad

Existencia – Inexistencia

Necesidad – Contingencia

Las ideas de la Razón

La razón tiene como función dar a los conocimientos que provienen del entendimiento con la mayor unidad posible y lo hace mediante dos principios. La razón vincula los juicios entre sí según una relación de principio a consecuencia. La razón se refiere a los juicios puestos ya por el entendimiento. A estos principios supremos, Kant los llama Ideas de la Razón.

Debido a que hay 3 tipos de razonamiento (categórico, hipótetico y disyuntivo), hay 3 ideas de la razón: la unidad absoluta del sujeto pensante (alma), la unidad absoluta de los fenómenos (mundo) y la unidad absoluta de todos los objetos (Dios).

Pero éstos están construidos por el espíritu para su satisfacción, pero no le es posible demostrar ni conocer su existencia puesto que no se pueden dar en la experiencia posible y no conocemos nada que no esté en la experiencia. De alli que la Metafísica no es posible como ciencia.

Crítica de la Razón Práctica: la Conciencia Moral y los imperativos

La moral es independiente de lo que sucede en el mundo y no podrá ser nunca una ciencia empírica. Trata de averiguar cuál es el carácter de nuestros conceptos morales partiendo de la existencia de juicios morales. En diferentes sociedades quizás hayan existido diferentes esquemas morales.

“yo debo obrar de tal modo que la máxima de mi voluntad pueda transformarse en ley universal”. Máxima es un principio subjetivo que mueve la acción. Debo ser capaz de querer que el precepto en cuestión sea reconocido universal

Postulados de la Razón Práctica

Falta…………..

Unidad 6

La idea de Homo Faber

Las teorías que adhieren a la idea del Homo Faber niegan una diferencia específica entre el hombre y el animal. Entre ambos no hay una diferencia de esencia sino de grado.

El hombre es un ser de estructura cerebral más compleja. Lo que se llama “alma”, “espíritu” no es más que la expresión de la producción de su cerebro unificada en un nombre.

El hombre no es en primer lugar un ser racional sino un ser instintivo, un ser viviente que ha desarrollado una facultad psíquica, su inteligencia técnica, para construir instrumentos que le permiten imponerse sobre la naturaleza y los demás seres vivos. El hombre es:

Animal de señales (por el lenguaje)

Animal de instrumentos (Homo Faber)

Un ser cerebral

Sus instintos básicos no se diferencian de los de los animales lo que Scheler reduce a 3:

Instinto de conservación, crecimiento y poderío (Hobbes y Adler)

Instinto de nutrición (Marx)

Instinto sexual (Freud)

La Antropología de Carlos Marx

El hombre y el trabajo

El objeto del trabajo es la materia a la cual se aplica. La energía humana empleada en esta transformación se llama “fuerza de trabajo”. Los “medios de trabajo” son aquellos elementos que el hombre necesita para fabricar los bienes materiales. Los objetos y los medios de trabajo constituyen los “medios de producción”.

Los hombres productores de los bienes materiales y los medios de producción son las “fuerzas productivas”. El producto final del trabajo es o un bien de uso o una mercancía.

Con respecto a las “relaciones de producción” éstas están determinadas por quienes intervienen en la producción y los medios de la misma. Hay dos tipos, técnicas y sociales. Las últimas se fundan en los vínculos establecidos entre los individuos participantes en el proceso de producción. Según Marx han revestido dos formas históricas: la relación de “explotador – explotado” que se produce cuando los propietarios de los medios de producción viven del trabajo de los no propietarios y la de “colaboración recíproca” que existe cuando no hay propiedad privada sino colectiva.

Los modos de producción

Las fuerzas productivas y las relaciones de producción se organizan en una unidad que se llama “modo de producción”. Del modo de producción depende de la estructura básica de la sociedad. Esto nos permite entender que las relaciones de producción en su totalidad constituyen la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se levantan las superestructuras jurídicas y políticas a las que corresponden determinadas formas sociales de conciencia.

El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida social, política y espiritual.

Para Marx la historia muestra cinco tipos de modos de producción:

El de las comunidades primitivas en donde no hay jerarquías

Esclavista

Feudal

Capitalista, basado en la propiedad privada

Socialista

El Derecho y el Estado

Marx explica el Derecho desde un punto de vista sociológico y económico. El Derecho no puede entenderse por sí mismo ni por los procedimientos puramente normativos de los juristas dogmáticos positivistas ni por una idea a priori sino que se fundamenta y explica en las condiciones materiales de existencia. Es una superestructura que se eleva sobre una base real constituida por los modos de producción de la vida material.

Ubicado en un nivel superestructural, el Derecho evoluciona y se determina por los modos de producción.

Los tipos de organización política y jurídica están configurados por las relaciones económicas de base. En tanto superestructuras, carecen de sustantividad propia, de historia y de leyes de desarrollo exclusivas, sujetos como están a la evolución infraestructural.

De esto se sigue que todas las formas jurídicas no se explican por si mismas sino que resultan de las condiciones materiales de existencia. Han evolucionado en consecuencia de acuerdo a su ritmo, experimentando los mismos cambios que la infraestructura. El Derecho en tanto sistema normativo constituye una realidad dependiente y correlativa. Las normas jurídicas fueron cambiando porque las formas de producción material también lo hicieron.

El Derecho para Marx simplemente tiene como objetivo estar al servicio de las clases dominantes y adquiere forma política a través del Estado. El Estado para Marx es la forma bajo la que los individuos de una clase dominante hacen valer sus intereses comunes. La fuente material del Derecho es la infraestructura económica y la formal es la voluntad de la clase socialmente dominante, expresada en las leyes del Estado.

Las normas jurídicas constituyen el medio por el cual la clase dominante se asegura el rol histórico que le cabe cumplir. Éstas además no son sino expresión de la voluntad de quienes tienen el poder social en sus manos. Siempre ha acontecido así y nada autoriza a pensar que esta idea no se aplicará también al proletariado si llegare a ser clase dominante.

El Estado es la forma a través de la cual el Derecho adquiere forma política, se convierte en ley o “validifica” (torna eficaz) al Derecho. El fundamento último del Estado son las relaciones de producción, no es creado por ninguna voluntad, ni tiene voluntad propia. Es simplemente un poder organizado por una clase para oprimir a las otras. En el Estado Moderno el poder político es “un comité de administración de los asuntos comunes de la burguesía”

Las ideologías

Para Marx detrás de cada opinión sobre el Derecho está presente la realidad económica. Las opiniones doctrinales son ideologías condicionadas por la infraestructura. La ciencia del derecho no es más que una ideología carente de verdadera autonomía.

La palabra “autonomía” indica que es una ciencia que versa sobre las ideas y creencias que entran en la superestructura social y que no hay nada peyorativo en el término.

Si lo real engendra la idea, no hay posibilidad para el pensamiento especulativo jurídico, para la Filosofía del Derecho. Hablar de un Derecho Natural válido para todos los tiempos es una “ilusión ideológica” para Marx.

La antropología naturalista de Sigmund Freud

El hombre es un ser natural e impulsivo: No es diferente del animal.

El hombre es un ser sexual

Todo espíritu, toda cultura procede de la esfera impulsiva y tiene lugar gracias a la sublimación de la libido: Reprime conductas negativas para poder integrarse al grupo aunque estas conductas persisten y pueden generar trastornos mentales.

Se denomina represión al proceso por el cual se rechaza de la conciencia o se mantiene en el inconsciente a las experiencias que representan potenciales peligros para la adaptación del sujeto al grupo social. Pero siguen estando en el inconsciente y tratan de salir de alguna manera y es a través de la sublimación que se canalizan en forma positiva.

El Ello

Representa al inconsciente reprimido. Es la naturaleza instintiva y está gobernado por el “principio del placer”. Sus principales características son la irracionalidad, el egoísmo y la tendencia al placer.

El Yo

Es el que destituye al principio de placer, por el principio de realidad que asegura más éxito en la vida social. Las funciones del yo son:

Sintetizar y ordenar los contenidos que se reciben del medio

Establecer un sistema encargado de retener las experiencias de la actividad perceptiva (memoria)

Intervenir en la génesis de las funciones intelectuales (juzgar y pensar)

El Súper-Yo

Como el Yo es débil para controlar al Ello es que aparece el Súper – Yo para controlarlo. Éste indica lo que debe ser, el ideal al que el Yo debe tender, colaborando con el en la represión de los impulsos del Ello (es el inconsciente represor).

El Súper – Yo a su vez esta formado de dos subsistemas: el ideal del Yo y la conciencia moral que son dos caras de una misma realidad. El ideal del yo expresa el conjunto de los valores moralmente buenos, la conciencia moral tiende a reprimir toda conducta moralmente reprobable.

El carácter hipermoral del Súper – Yo lo convierte en una instancia muy restrictiva y cruelmente prohibitiva que tiende a reprimir todo impulso que pueda desestabilizar el orden ético social.

Para poder constituirse como mediador entre el mundo exterior y el Ello y unir en un todo armónico los diferentes factores del aparato psíquico, el yo es una organización basada en el libre intercambio de todos los componentes entre sí que posee mecanismos de defensa para posibles conflictos que le generan angustias. Algunos de estos mecanismos son:

Represión: Es la expulsión de las imágenes dolorosas.

Proyección: Cuando el sujeto le atribuye a otros las motivaciones y representaciones que rechaza.

Racionalización: Justificación lógica de las pulsiones y motivaciones irracionales.

Sublimación: Canalizar la fuerza de la pulsión sexual hacia fines tolerados por la sociedad.

La principal crítica de la teoría freudiana es que es una tesis que establece un naturalismo denso considerando al ser humano como simple producto de represiones impulsivas. En segundo lugar esta tesis incurre en una flagrante contradicción. Por una parte niega el espíritu, por otra habla de represión de los impulsos.

El evolucionismo. Tesis fundamentales

Teoría científica

La síntesis moderna, al igual que sus antecedentes el darwinismo y la genética mendeliana, es una teoría científica. La evolución biológica es un fenómeno natural real, observable y comprobable empíricamente. Son las explicaciones o modelación conceptuales de los mecanismos y procesos que intervienen, los que conforman la teoría evolutiva moderna, llamada síntesis moderna de la evolución. Como cualquier teoría científica, el componente especulativo esta sujeto a la verificación y falseo de hipótesis; pero en las ciencias biológicas actuales, la síntesis moderna es la teoría más robusta para explicar fenómenos evolutivos como la variación y la especiación. La síntesis moderna de la evolución se basa en tres aspectos fundamentales:

La ascendencia común de todos los organismos de un único ancestro.

El origen de nuevos caracteres en un linaje evolutivo.

Los mecanismos por los que algunos caracteres persisten mientras que otros desaparecen.

Sobrevivencia diferenciada de características

Al mismo tiempo que la mutación puede crear nuevos alelos, otros factores influencian la frecuencia de los alelos existentes. Estos factores hacen que algunas características se hagan frecuentes mientras que otras disminuyen o se pierden completamente. Existen tres procesos conocidos que influyen en la persistencia de una característica, o más precisamente, en la frecuencia de un alelo:

Deriva genética

Flujo genético

Selección natural

Selección natural

La selección natural se basa en la sobrevivencia diferenciada y tasas de reproducción como resultado del ambiente. La mortalidad diferenciada es la tasa de sobrevivencia de individuos hasta la edad de reproducción. Cuando sobreviven, todavía son seleccionados por la fertilidad diferenciada — es decir, su contribución genética total a la nueva generación.

La selección natural puede dividirse en dos categorías:

La selección ecológica ocurre cuando los organismos que sobreviven y se reproducen aumentan la frecuencia de sus genes en el patrimonio genético común sobre aquellos que no sobreviven.

La selección sexual ocurre cuando los organismos más atractivos para el sexo opuesto debido a sus características se reproducen con más y aumentan la frecuencia de estas características en el patrimonio genético común.

La selección natural trabaja con mutaciones en diferentes formas:

La selección purificadora o de fondo elimina las mutaciones perniciosas de una población.

La selección positiva aumenta la frecuencia de mutaciones benéficas.

La selección de balanceo mantiene las variaciones dentro de una población a través de mecanismos tales como:

La sobredominancia o ventaja heterocigoto, donde el heterocigoto está mejor adaptado que cualquiera de las formas homocigotos (cuyo ejemplo más famoso es la drepanocitosis o anemia de células falciformes que en los humanos confiere resistencia a la malaria)

La selección dependiente de la frecuencia, donde las variantes raras tienen mayor tasa de adaptación.

El papel central de la selección natural en la teoría de la evolución ha dado origen a una fuerte conexión entre ese campo y el estudio de la ecología.

Las mutaciones que no se ven afectadas por la selección natural son llamadas mutaciones neutrales. Su frecuencia en la población está dictada completamente por la deriva genética y el flujo genético. Se entiende que la secuencia de ADN de un organismo, en ausencia de selección, sufre una acumulación estable de mutaciones neutrales. El efecto probable de mutación es la propuesta de que un gen que no está bajo selección será destruido por las mutaciones acumuladas. Este es un aspecto de la llamada degradación genómica.

La selección de organismos por sus características deseables, cuando es provocada por el hombre, por ejemplo para la agricultura es llamada selección artificial.

La evolución Baldwiniana se refiere a la forma en que los seres humanos, capaces de aprender, pueden cambiar su ambiente o el ambiente de otras especies produciendo como resultado nuevas fuerzas de selección.

Impacto de la teoría de la evolución

A medida que se ha ido desarrollando la comprensión de los fenómenos evolutivos, posturas y creencias bien arraigadas se han visto revisadas, vulneradas o por lo menos cuestionadas. La aparición de la teoría evolutiva marca un hito, no solo en su campo de pertinencia al explicar los procesos que originan la diversidad del mundo vivo; sino también más allá del ámbito de las ciencias biológicas. Naturalmente, este concepto biológico choca con las explicaciones tradicionalmente creacionistas y fijistas de algunas posturas religiosas y místicas; y bien que aspectos como el de la descendencia de un ancestro común, aún suscita reacciones en algunas personas; el impacto más importante de la teoría evolucionista se da a nivel de la historia del pensamiento moderno y la relación de este con la sociedad. Este profundo impacto es en definitiva debido a la naturaleza no teleológica de los mecanismos evolutivos: es decir que la evolución no sigue un fin u objetivo. Las estructuras y especies no "aparecen" por necesidad (ni por designio divino) sino que a partir de la variedad de formas existentes solo las mejor adaptadas son conservadas en el tiempo. Este mecanismo "ciego", independiente de un plan, de una voluntad divina o de una fuerza sobrenatural ha sido explorado en consecuencia en otras áreas del saber. La adopción de la perspectiva evolutiva para abordar problemas en otros campos se ha mostrado enriquecedora y muy vigente; sin embargo en el proceso también se han dado abusos (por Ej. el atribuir un valor biológico a diferencias culturales y cognitivas) o deformaciones de la misma (como justificativo de posturas eugenéticas).

Evolución y sistemas éticos

La teoría de la evolución por acción de la selección natural también ha sido adoptada como fundamento para varios sistemas éticos y sociales, como el Darwinismo social, el cual mantiene que la supervivencia del más apto explica y justifica las diferencias de bienestar y éxito entre las sociedades, las personas y la eugenesia, que claman que la civilización humana estaba revirtiendo la selección natural permitiendo que los menos aptos sobrevivieran y se procrearan en exceso con respecto a los más aptos. Después de que las atrocidades del Holocausto fueran vinculadas con la eugenesia, dejó de ser vista de manera favorable por la opinión pública y científica (a pesar de que tampoco había sido aceptada universalmente en el pasado).

La noción de que los humanos comparten ancestros comunes con otros animales, también afectó la manera en la que algunas personas ven la relación entre los humanos y otras especies. Muchos de los defensores de los derechos humanos mantienen que si los animales y humanos son de la misma naturaleza, entonces los derechos no pueden ser distintos para los humanos. Esta teoría también ha sido incorporada en otros campos del conocimiento, creando híbridos tales como la psicología evolutiva y la sociobiología

Evolución y religión

Antes de que los estudios serios de la geología como ciencia comenzaran, a principios del siglo XIX, las religiones occidentales de manera casi unánime descontaban o condenaban cualquier propuesta que implicara que la vida es el resultado de un proceso evolutivo, así como casi cualquier otro científico. Sin embargo, a medida que la evidencia geológica se empezó a acumular alrededor del mundo, un grupo de científicos comenzaron a cuestionar si una interpretación literal de la creación relatada en la Biblia Judeo-Cristiana podía reconciliarse con sus descubrimientos (y sus implicaciones). Algunos geólogos religiosos, como Dean William Auckland en Inglaterra, Edward Hitchcock en Norteamérica y Hugo Millar en Escocia siguieron justificando la evidencia en términos de un Diluvio universal, pero luego que Charles Darwin publicara su Origen de las Especies en 1859, la opinión científica comenzó a alejarse rápidamente de la interpretación literal de la Biblia. Este debate temprano acerca de la validez literal de la Biblia no se llevó a cabo tras puertas cerradas, y desestabilizó la opinión educativa en ambos continentes. Eventualmente, instigó una contra-reforma que tomó la forma de un renacer religioso en ambos continentes entre 1857 y 1860.

Algunos grupos, principalmente en los Estados Unidos, interpretan en las Escrituras que un ser supremo creó directamente a los humanos y a otros animales como especies separadas. Este punto de vista es comúnmente llamado creacionismo, y sigue siendo defendido por algunos grupos religiosos, particularmente entre los protestantes norteamericanos. Esto ha llevado a un duro conflicto entre la creación y evolución en la educación pública, a pesar de que parece ser un fenómeno local (aunque cabe destacar que, por ejemplo, aún en el año 2005; en Italia hubo un intento de suspensión de la enseñanza de la teoría de la evolución).

En respuesta a la aceptación científica de la teoría de la evolución, muchos religiosos han unificado los puntos de vista científico y religioso, ya sea de manera formal o informal. Algunos religiosos han adoptado un enfoque desde la evolución teísta, en donde Dios provee una chispa divina que inicia el proceso de la evolución, y (o) donde Dios ha guiado el curso de la evolución.

Por ejemplo, la Iglesia Católica Romana, a partir de 1950 con la encíclica Humanis generis del Papa Pío XII, tomó una posición neutral con respecto a la evolución. "La Iglesia no prohíbe que… las discusiones e investigaciones, de parte de hombres de experiencia de ambos campos, tengan lugar con respecto a la doctrina de la evolución, siempre que busque el origen del cuerpo humano como viniendo de materia viva pre-existente" [2]. Dirigiéndose a la Academia Pontífice de Ciencia, el 22 de Octubre de 1996, el Papa Juan Pablo II actualizó la posición de la Iglesia, reconociendo que la Evolución es "algo más que una hipótesis".

En los países o regiones en los cuales de la mayoría de la población mantiene fuertes creencias religiosas, el creacionismo posee un atractivo mucho mayor que en los países donde la mayoría de la gente posee creencias seculares. Desde los años 1920 hasta el presente en los Estados Unidos, han ocurrido varios ataques religiosos a la enseñanza de la teoría evolutiva, particularmente por parte de los evangelistas. Algunos creacionistas, como el Dr. Kent Hovind, creen que la evolución es la base para el nazismo, el comunismo, el marxismo, la alabanza a la madre tierra y el racismo; y que “los dinosaurios estaban en el Jardín del Edén, siempre han convivido con el hombre, se encontraban en el Arca de Noé y que algunos pueden estar vivos hoy en día en algunas partes del mundo”.

Unidad 7

El hombre como decadencia

A la preguntas sobre qué es el hombre contesta esta antropología que “es un desertor de la vida que habiendo exaltado el sentimiento de su propio ser, se vale para existir de meros sucedáneos sustitutivos de la auténticas funciones y actividades vitales… es un viviente que ha desertado de la vida, de su leyes y del sentido cósmico”.

Quien tiene la culpa de esta decadencia es el espíritu destructor de lo que es la vida, potencia, naturaleza. La idea del hombre como decadencia parece más bien emocional que objetiva y filosófica, expresa por así decirlo una conciencia desdichada que cree poder superar su desazón por medio de la negación de lo que constituye básicamente al hombre: la cultura.

La “enfermedad” y la Vida

La indeterminación de sus posibilidades ilimitadas pone al hombre frente a un desorden amenazante y lo angustia. Por ello el hombre aparece como un ser desequilibrado, como un ser enfermo.

Pero dominado este desequilibrio y esta enfermedad constitutiva el hombre puede llegar a ser lo que es, puede llegar a ser lo venidero, puede cumplir con su destino.

Friedrich Nietzsche

Lo apolíneo y lo dionisiaco

Esto se da en la antigua Grecia cuando se crea la Montaña Mágica del Olimpo. Siempre se tuvo una concepción de la perfección que existía en Grecia. Sin embargo no todo era tan perfecto sino que también tuvo problemas existenciales inventando un mundo mágico impulsado por el incentivo apolíneo para hacernos olvidar la tragedia de la vida.

Los griegos captaron esta tensión y la simbolizaron en Dionisos el dios de lo caótico y en Apolo, sabiendo sin embargo que ambos son dos caras de una misma realidad. Apolo, el disco solar, ilumina y revela al hombre la diversidad de los entes pero también oculta la realidad ya que en su mortal resplandor enceguece, fascina y deslumbra. Dionisos en su ciclo incesante, en su perpetuo nacer y perecer, es el dios de la vida multiforme y escondida que se hace pedazos multiplicándose y siendo devorada por Cronos reencontrando su unidad en la danza báquica.

El Hombre y el Superhombre

En “Así hablaba Zaratustra” habla que tras la muerte de Dios el verdadero lenguaje del hombre ha de ser su diálogo con otro hombre para llevar el mensaje de la suprema posibilidad humana: el Superhombre. Si después de esto el hombre trivializa su existencia se convertirá en un ser pequeño, en el último hombre,

Sin embargo Zaratustra convoca a no perder las esperanzas, como lo hacen los hombres que aman la virtud y se elevan por sobre el rebaño humano, manteniendo firme el carácter heroico de la existencia. Los hombres superiores que han conservado el talante épico no son el Superhombre pero lo anuncian.

A pesar de la rudeza de estas expresiones Nietzsche no desprecia a los hombres sino que su interés está dirigido a mostrar que es inherente a la condición humana esa carencia. La superación de nuestra fragilidad es posible pero sin olvidar que el hombre es un camino, tránsito entre la bestia y el Superhombre.

La idea judeo – cristiana de Dios en Nietzsche permuta por la del Superhombre.

Consecuencias de la “muerte de Dios”

En la “Gaya Ciencia” (gayo quiere decir jovial) Nietzsche afirma la muerte de Dios, afirmación cuya importancia es decisiva pues la condición de su muerte es necesaria para el advenimiento de una ciencia humana superior.

La muerte de Dios es la condición de posibilidad de un nuevo infinito. Después de esa muerte se abren dos posibilidades: primero la trivialización de la existencia por haber perdido el rumbo, la otra es la posibilidad de convertirnos en Superhombres que es por lo que se inclina Nietzsche.

El hombre trascendió hasta ese momento hacia Dios. Al producirse su muerte, también morirá cualquier idealismo del más allá y se reinstala la existencia.

El conocimiento como “mentira del intelecto”

La crítica del conocimiento. Por lo que respecta a la explicación del conocimiento, la metafísica de tradición platónico-cristiana hace corresponder a una realidad inmutable un conocimiento y una verdad igualmente inmutables: el conocimiento conceptual. Pero el concepto, dice Nietzsche, no sirve para conocer la realidad tal y como es. El concepto tiene un valor representativo, pero siendo lo real un devenir, un cambio, no puede dejarse representar por algo como el concepto, cuya naturaleza consiste en representar la esencia, es decir, aquello que es inmutable, que no deviene, que no cambia, lo que permanece idéntico a sí mismo, ajeno al tiempo. El concepto no es más que un modo impropio de referirse a la realidad, un modo general y abstracto de captar la realidad y por ello, de alejarnos de lo singular y concreto, de alejarnos de la realidad. Lejos de ofrecernos el conocimiento de la realidad, el concepto nos la oculta.

El concepto no es más que una metáfora de la realidad, una representación general de una realidad que es individual. Prescinde, por tanto, de toda diferencia individual. Y la filosofía tradicional ha olvidado este carácter metafórico del concepto y ha pretendido encontrar en él no una simple generalización de las cosas, sino la "esencia", una supuesta realidad suprasensible de las cosas.

Nietzsche dirigirá también su atención al papel que ha jugado el lenguaje en la reflexión filosófica. Dada la íntima relación existente entre el pensamiento y el lenguaje que lo expresa, a medida que el valor de los conceptos es falsificado por la metafísica tradicional, queda también falsificado el valor de las palabras y el sentido en que se usan. De este modo el lenguaje contribuye decisiva y sutilmente a afianzar ese engaño metafísico acerca de la realidad. Recuperar el sentido de lo real exige, por lo tanto, recuperar simultáneamente el sentido, el valor de la palabra. De ahí el estilo aforístico de su obra.

La antropología de Max Scheler

Constituye la quinta idea y se desarrolla en el libro “El puesto del hombre en el cosmos” en el que pone dos conceptos de hombre.

Concepto científico natural: Son los caracteres morfológicos distintivos que posee el hombre como un subgrupo de los vertebrados y de los mamíferos.

Concepto filosófico o esencial: El hombre ocupa un puesto singular e incomparable respecto del que ocupan los demás seres vivos.

Hay tres supuestos en la concepción de Scheler

Lo anímico se identifica con lo vivo. Donde hay un ser viviente existe lo anímico.

Es constitutivo de lo viviente un ser – para – sí, un ser interior.

Hay una estructura estratificada de las funciones de la vida psíquica que corresponde a la articulación del mundo orgánico de manera que el hombre resume en sí todas las estructuras esenciales de la existencia y de la vida.

Los grados del ser psicofísico: impulso afectivo, instinto, memoria asociativa e inteligencia práctica

El estrato más bajo de lo psíquico está constituido por el impulso afectivo que es simplemente un tender hacia o desviarse de… Lo encontramos en los tropismos y atropismos de las plantas, pero atravesando toda la vida orgánica llega hasta el hombre, siendo el sujeto de la vivencia de resistencia gracias a la cual aprehendemos la realidad.

El segundo grado de lo psíquico (que se encuentra únicamente en los animales) es el instinto o “conducta” del ser vivo que:

Tiene sentido porque es adecuada al ser vivo.

Transcurre con cierto ritmo.

Está al servicio de la especie.

Es innato y hereditario.

En tercer lugar nos encontramos con la memoria asociativa o hábito. Debemos atribuirla a todo ser vivo cuya conducta se modifica lenta y continuamente de manera útil a la vida sobre la base de unas conductas anteriores de la misma índole coronadas por el éxito.

Y finalmente encontramos la inteligencia práctica de los animales superiores. Es “inteligente” porque resuelve situaciones nuevas y es “práctica” porque está dirigida a resolver situaciones muy concretas de la vida cotidiana y nuevas para el individuo.

Se diferencia de la memoria asociativa porque en ella tiene lugar una conducta con sentido frente a nuevas situaciones, conducta que ocurre además súbitamente y es temporalmente anterior a nuevos ensayos de prueba e independiente del número de ensayos previos.

El Espíritu, sus notas

Existe entre el ser humano y el animal una diferencia esencial y el principio que constituye la esencia del hombre es el espíritu.

El espíritu hace a un hombre lo que es, es abierto al mundo, es libertad y ante todo conciencia de sí y objetividad del mundo exterior y los propios estados psíquicos a la categoría de objetos.

El espíritu es superior a la vida en la medida en que puede decirle “no”. El hombre es el ser vivo que puede adoptar una conducta ascética frente a la vida, vida que le estremece con violencia. El hombre puede reprimir y someter los propios impulsos. El acto fundamental del espíritu es la ideación por la cual se abre al Absoluto.

La antropología de Scheler supera el dualismo alma – cuerpo y constituye uno de los mejores intentos de teoría antropológica formulada hasta el presente.

Unidad 8

La Metaética

La Metaética es la disciplina que estudia el significado de las palabras éticas, en otros términos es el estudio del lenguaje de la moral.

Objeto y teorías

La metaética no se ocupa por tanto de lo que la gente debe hacer sino de lo que hace cuando habla de lo que se debe hacer, para ello examina a la ética normativa con el fin de clarificar su terminología.

Naturalismo ético

Naturalista ético es quien define las palabras o términos morales apelando a propiedades naturales. Mill es considerado un naturalista ético porque

1) Daría por sentado que los juicios éticos son juicios genuinos, ssusceptibles de verificar su verdad o falsedad.

2) La verdad o falsedad se determinaría por medio de patrones empíricos.

3) Los términos éticos pueden ser trocados, cambiados, por propiedades de objetos o estados de cosas.

El naturalismo presupone que el lenguaje moral ejemplifica un uso descriptivo o informativo del lenguaje, porque es posible redefinir los términos éticos en términos que designan propiedades que pueden ser objeto de la experiencia.

Para el naturalista ético es posible construir, una ética normativa a posteriori de descubrir y probar empleando un método específico lo que es bueno como deseable.

Es común distinguir dentro del área de las teorías naturalistas entre las objetivistas y las subjetivistas. Las primeras apelan al supuesto juicio ético de un observador imparcial.

La principal crítica realizada al naturalismo proviene del no-naturalismo ético.

El no-naturalismo ético de Moore

El no naturalismo ético sostiene que es imposible reducir o traducir los términos éticos a términos que denoten propiedades naturales verificables empíricamente.

Una ley lógica férrea indica que de premisas del ser no se puede pasar a una conclusión del deber ser. Entre el ser y el deber ser hay un abismo lógico. Por ello los términos éticos pueden ser definidos sólo por medio de otros términos éticos.

En "Principia Ethica" Moore sostuvo las siguientes tesis:

a) Hay propiedades simples y propiedades compuestas. Estas últimas pueden ser analizadas en sus partes componentes y analizadas. Así sucede con la propiedad de la triangularidad de un objeto. Las propiedades simples en cambio son indefinibles.

b) Las propiedades simples pueden ser naturales o no-naturales. Propiedades no naturales son aquellas a las que se hace referencia por medio de términos éticos.

c) Las proposiciones referentes al deber no son directamente aprehensibles sino que están fundadas en circunstancias de hecho que suponen relaciones de tipo causal y en proposiciones referentes a la bondad de algo.

La propiedad denotada por el término "Bueno" es in totum diferente de la denotada por el término "amarillo". Por eso es imposible definir mezclando, por así decirlo, categorías ontológicas diferentes en la definición. Este "Postulado de distinción" establece la imposibilidad de definir los términos éticos por propiedades no éticas. La indefinibilidad de "Bueno" deviene además de su carácter de propiedad simple.

Para el no naturalismo los términos los términos éticos fundamentales son propiedades no sensorialmente discriminables, que califican en forma objetiva a las acciones.

Para el no-naturalismo los enunciados éticos son juicios cuya verdad o falsedad es conocida a priori en forma no inferencial, mediante una intuición racional directa.

El no-naturalismo ha sido objeto de numerosas críticas, una de ellas muy importante: No hay criterio que permitan distinguir las propiedades no naturales, y la intuición parece un método poco seguro para resolver controversias.

El no-cognitivismo de Ayer

El no-cognitivismo sostiene básicamente que:

a) los enunciados éticos no son enunciados descriptivos y que en consecuencia no son ni verdaderos ni falsos.

b) que los términos éticos "Bueno" "Malo" etc. no designan propiedades de los sujetos o eventos de los que se predican.

c) los juicios éticos tienen como función básica expresar la actitud personal del que los formula para provocar una reacción similar en quien lo escucha.

Dentro del no cognitivismo ético podemos situar a el gran filósofo Alfred Ayer, quien en su obra "Lenguaje, verdad y lógica" concuerda con Moore en que las definiciones de los términos éticos son defectuosas, pero porque esos términos son puramente emotivos.

Los sistemas éticos de los grandes filósofos contienen en general cuatro tipos principales de proposiciones:

1) Proposiciones que definen los términos éticos.

2) Proposiciones que describen la experiencia moral y sus causas.

3) Exhortaciones para adquirir virtudes morales.

4) Verdaderos juicios éticos.

Sólo de la primera de estas cuestiones debe ocuparse la Ética.

Los juicios éticos son simplemente expresiones de deseos de los sujetos.

Limitado de esa manera el campo de investigación, la primera cuestión es si los términos éticos son o no reducibles a términos no éticos.

Las expresiones significativas son básicamente de cuatro tipos de enunciados:

1) Los lógicamente verdaderos como "El triángulo tiene tres ángulos".

2) Los lógicamente falsos (negaciones de los anteriores) "El triángulo no tiene tres ángulos".

3) Los empíricamente verificables como verdaderos: "Stalin murió en Rusia".

4) Los empíricamente falsos "El tiburón es una clase de ave".

Los enunciados éticos no son reducibles a ninguno de los anteriores, no son certificables lógicamente ni verificables empíricamente porque sólo tienen un significado emotivo.

Las palabras éticas tienen una peculiar fuerza emotiva que lleva al hablante y al escucha a creer que se están describiendo realidades y expresa el agrado o desagrado interior sobre la acción, a la vez que incita al interlocutor a realizar (o no) la acción de que se trata.

Los términos éticos están calculados para provocar sentimientos y estimular la acción. Por ello las afirmaciones de valor son emotivas, ni verdaderas ni falsas.

Las disputas sobre temas éticos son inacabables porque cada una de las posiciones responde a diferentes sistemas de valores. A pesar de ello el razonamiento no es inútil en este caso, pues ayuda a lograr consensos y tolerancia, que es una virtud social importante.

Como bien señala Hospers, un no-cognitivista no necesita limitarse a la tesis de que las emisiones lingüísticas éticas sólo sirven para expresar sentimientos, porque ellas también cumplen otras funciones.

Asimismo es posible trazar una línea divisoria entre dos tipos de filósofos: por un lado los que creen en la posibilidad de probar los principios morales y por el otro lado los que son escépticos acerca de esa posibilidad.

Sean o no susceptibles de prueba los principios éticos, ellos cumplen una importante función de salvaguardia de las valoraciones positivas que la moralidad establecida expresa respecto de la benevolencia, la solidaridad y el respeto a la persona humana.

Posibilidad de una ética normativa

La ética normativa pretende prescribir cuáles son las conductas buenas, deseables o correctas moralmente. Quizás sea algo que no pueda tener una existencia real porque las conductas correctas están cargadas con una alta dosis de subjetividad por lo que es muy difícil separarlas de las conductas incorrectas.

Éticas normativas

El utilitarismo

Los pensadores utilitaristas proponen a la utilidad como supremo criterio moral. Lo bueno y lo útil son términos equivalentes. Una persona o grupo persiguen la utilidad cuando maximizan en cada decisión sus posibilidades de obtener su felicidad.

Pero esta definición queda a la vista la raíz hedonista, placentera del utilitarismo. Pero el epicureismo pensó en términos de la felicidad individual, mientras el utilitarismo extiende la idea del balance neto de placer al grupo social. De ahí la famosa frase con la que suele resumirse su pensamiento: “hay que buscar la felicidad del mayor número”.

Tres pensadores representan la corriente utilitarista: David Hume, Jeremías Bentham y John Stuart Mill y de ellos sólo Hume no era utilitarista en sentido estricto.

La crítica de Hume a la idea de sustancia y al principio de causalidad constituye su mayor aporte a la filosofía moderna. El relativismo axiológico de Hume se basa en un relativismo gnoseológico en el que hace un análisis de los juicios morales según un método de observación empírico.

Para él, así como de los hechos no pueden inferirse leyes generales de supuesta necesidad, de premisas del ser no pueden derivarse conclusiones del deber ser.

Vicios y virtudes definidos por su correspondencia con principios morales trascendentes sino que son el resultado de la opinión y de las convenciones necesarias para mantener la vida social. Los hombres se mueven siguiendo pasiones razonables que permiten calcular las consecuencias de nuestros actos, por ello es que somos responsables de los mismos.

Según Hume existen virtudes naturales que están básicamente vinculadas con la “simpatía”. La virtud se define como “toda acción o cualidad mental que le produce a un espectador un sentimiento agradable de aprobación”. La aprobación depende de la utilidad o del grado de agrabilidad de las cualidades, respecto de la persona misma que las posee o en relación con las demás que tienen interrelación con ella.

Para determinar si una conducta es digna de aprobación, Hume propone una pregunta decisiva: “¿Cómo sería el mundo si tal conducta prevaleciera?” Si la conducta produce la mayor felicidad para el mayor número de personas el mayor tiempo posible, entonces tal conducta es buena.

Formas de utilitarismo

Hedonismo

El hedonismo es una teoría moral que constituye al placer (hedoné) en bien último o supremo fin de la vida humana. Un grupo de teorías morales, tanto en la Antigüedad como en la Edad Moderna, han supuesto que el fin último o bien supremo del hombre se identifica con el placer. Según estos estudios, cuanto el hombre hace o intenta, tiene siempre valor de medio para otra cosa: solo el placer es buscado por sí mismo, y a la obtención del placer se encaminan, en definitiva, todos los demás esfuerzos.

Bajo el término general de hedonismo se ha tendido a agrupar a diversos pensadores separados, en realidad, por notables diferencias. En sentido estricto se define como hedonismo toda doctrina que considera el placer (hedoné en griego) como fin supremo de la vida.

Sin embargo, la propia ambigüedad del concepto de placer hace que tal afirmación pueda realizarse desde muy distintas perspectivas. Se distinguen básicamente dos formas de hedonismo, el ético y el psicológico. Una acertada definición del primero la ofreció Richard B. Brandt, uno de los filósofos modernos que mayor atención dedicaron a este tema, quien afirmó que una cosa es intrínsecamente deseable (indeseable) si y sólo si es placentera (no placentera).

Por lo que se refiere al hedonismo psicológico, son varias las doctrinas existentes según la determinación temporal del placer. La teoría del placer de los fines o “hedonismo psicológico del futuro” sostiene que el placer personal es el único fin último de una persona.

El hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha afirmación ha sido admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del hedonismo, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien.

El término hedonismo puede tomarse en dos sentidos, lato y estricto. En el primero, hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra placer tendría un significado muy extenso, abarcando tanto el placer como la utilidad; en este sentido se encuadraría dentro del hedonismo el utilitarismo. En un sentido más restringido, el hedonismo se diferencia del utilitarismo, fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el placer individual, mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la utilidad sociales; el hedonismo tiene carácter individualista, el utilitarismo es de índole socialista (en el sentido etimológico de la palabra).

Dentro del hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos formas del mismo, de acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Éste designa, ya el placer sensible o inferior, ya el placer espiritual o superior. En consecuencia, habrá dos formas de hedonismo, llamadas hedonismo absoluto y hedonismo mitigado, o eudemonismo.

Epicureismo

Epicureismo Sistema filosófico enseñado por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a.C. y seguido después por otros filósofos, llamados epicúreos.

Epicuro proponía una vida de continuo placer como clave para la felicidad, ese era el objetivo de sus enseñanzas morales. Este placer no debía de limitarse sólo al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo. Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad, que ellos denominaban ataraxia.

La finalidad de la filosofía de Epicuro no era teórica, sino más bien práctica. Buscaba sobre todo a procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran definitivamente eliminados. Para ello se fundamentaba en una teoría del conocimiento empirista, en una física atomista inspirada en las doctrinas de Leucipo y Demócrito, y en una ética hedonista.

El hombre debía rechazar la enseñanza de miedos y supersticiones. No había motivo para temer a los dioses porque estos, si bien existen, no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee utilidad práctica. La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada, no puede ser algo para nosotros: mientras vivimos no está presente y cuando está presente nosotros no estamos ya. El dolor y el mal se evitan fácilmente porque ningún tormento dura demasiado y cuanto más intenso es menos dura.

El epicureismo es una doctrina de un paganismo típicamente laico y mediterráneo y en este ámbito ganó gran número de seguidores que la consideraron una doctrina verdadera que solucionaba todos los problemas. Su escuela de pensamiento perduró largamente aun siete siglos tras la muerte de Epicuro; pero después fue casi relegada al olvido al advenir la Edad Media, periodo en el que se perdió o fue destruida la mayoría de los escritos de este filósofo griego a causa del rechazo que por sus ideas experimentó el Cristianismo, quien ni siquiera intentó adaptarlas a su sistema de creencias como por otra parte si intentó con el platonismo y el aristotelismo.

Felicidad del mayor número y felicidad individual

Es la diferencia que hay entre el hedonismo y el epicureismo. Mientras en el primero contempla a la felicidad al grupo incluyéndose a si mismo, mientras que el epicureismo pensó en términos de la felicidad individual.

Unidad 9

La Ética kantiana

El puesto de la razón en la Ética

Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo de una buena voluntad Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant

La actitud de Kant frente a la problemática metafísica es por cierto, algo ambigua en tanto afirma por un lado que no conocemos ni podemos conocer el absoluto (puesto que el conocimiento humano se limita a la experiencia) pero, al mismo tiempo, considera al hombre un ente dotado de razón, facultad de lo incondicionado, de manera tal que la metafísica es considerada una necesidad natural en el hombre. El hombre no puede ser indiferente a la problemática metafísica, tal es la razón por la cual siempre tomamos alguna posición al respecto.

Kant busca resolver esta aparente contradicción, pero no en el plano gnoseológico sino en el moral, en el campo de la razón práctica (es decir, la razón en tanto determina la acción del hombre).

Si bien no podemos alcanzar el absoluto, sí tenemos cierto acceso a algo que se le acerca. Este contacto de aproximación se da en la conciencia moral, o la conciencia del bien y del mal, lo justo y lo injusto, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. La conciencia moral, es para Kant, la presencia de lo absoluto o al menos, parte del absoluto en el hombre.

La conciencia moral manda de modo absoluto, ordena de modo incondicionado, nos dice: "me conviene ser amable con él porque así evitaré problemas", este sería un criterio de conveniencia. La conciencia moral dirá: "debo ser amable con el porque es mi deber tratar bien a la gente" y no importa si ello me cuesta la vida, la fortuna, o lo que fuere, el mandato de la conciencia no está condicionado por las circunstancias. Puede suceder que uno no cumpla con su deber, pero eso no le quita autoridad al mandato absoluto. El deber no supone conveniencias, satisfacciones o estrategias, es un fin en sí mismo.

La conciencia moral es entonces la conciencia de una exigencia absoluta que no se explica y que no tienen sentido alguno desde el punto de vista de los fenómenos de la naturaleza. En la naturaleza no hay deber sino tan solo suceder, una piedra no "debe" caer, simplemente, "cae".

Función y desarrollo de la Ética

La ética de Kant está recogida en su Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), la Crítica de la razón práctica (1787), La metafísica de la moral (1797) (cuyas dos partes Los elementos metafísicos del derecho y La doctrina de la virtud a menudo se publican por separado) así como en su Religión dentro de los límites de la mera razón (1793) y un gran número de ensayos sobre temas políticos, históricos y religiosos. Sin embargo, las posiciones fundamentales que determinan la forma de esta obra se examinan a fondo en la obra maestra de Kant, La crítica de la razón pura (1781), y una exposición de su ética ha de situarse en el contexto más amplio de la «filosofía crítica» que allí desarrolla.

Esta filosofía es ante todo crítica en sentido negativo. Kant argumenta en contra de la mayoría de las tesis metafísicas de sus precursores racionalistas, y en particular contra sus supuestas pruebas de la existencia de Dios. De acuerdo con su concepción, nuestra reflexión ha de partir de una óptica humana, y no podemos pretender el conocimiento de ninguna realidad trascendente a la cual no tenemos acceso. Las pretensiones de conocimiento que podemos afirmar deben ser por lo tanto acerca de una realidad que satisfaga la condición de ser objeto de experiencia para nosotros. De aquí que la indagación de la estructura de nuestras capacidades cognitivas proporciona una guía a los aspectos de esa realidad empírica que podemos conocer sin referirnos a experiencias particulares. Kant argumenta que podemos conocer a priori que habitamos en un mundo natural de objetos situados en el espacio y el tiempo que están causalmente relacionados.

Kant se caracteriza por su insistencia en que este orden causal y nuestras pretensiones de conocimiento se limitan al mundo natural, pero que no tenemos razón para pensar que el mundo natural cognoscible es todo cuanto existe. Por el contrario, tenemos y no podemos prescindir de una concepción de nosotros mismos como agentes y seres morales, lo cual sólo tiene sentido sobre la suposición de que tenemos una voluntad libre. Kant afirma que la libre voluntad y la causalidad natural son compatibles, siempre que no se considere la libertad humana -la capacidad de obrar de forma autónoma- como un aspecto del mundo natural. La causalidad y la libertad se dan en ámbitos independientes; el conocimiento se limita a la primera y la moralidad a la última. La solución de Kant del problema de la libertad y el determinismo es el rasgo más controvertido y fundamental de su filosofía moral, y el que supone la mayor diferencia entre su pensamiento y el de casi toda la literatura ética del siglo XX, incluida la mayor parte de la que se considera «ética kantiana».

La cuestión central en torno a la cual dispone Kant su doctrina ética es la de « ¿qué debo hacer?». Kant intenta identificar las máximas, o los principios fundamentales de acción, que debemos adoptar. Su respuesta se formula sin referencia alguna a una concepción supuestamente objetiva del bien para el hombre, como las propuestas por las concepciones perfeccionistas asociadas a Platón, Aristóteles y a gran parte de la ética cristiana. Tampoco basa su posición en pretensión alguna sobre una concepción subjetiva del bien, los deseos, las preferencias o las creencias morales comúnmente compartidas que podamos tener, tal y como hacen los utilitaristas y comunitaristas. Al igual que en su metafísica, en su ética no introduce pretensión alguna sobre una realidad moral que vaya más allá de la experiencia ni otorga un peso moral a las creencias reales. Rechaza tanto el marco realista como el teológico en que se habían formulado la teoría del derecho natural y la doctrina de la virtud, así como la apelación a un consenso contingente de sentimientos o creencias como el que defienden muchos pensadores del siglo XVIII (y también del XX).

La noción de “deber moral”

El deber refiere a que la 'buena voluntad', bajo ciertas limitaciones, no puede manifestarse por sí sola.

El hombre, no es un ente puramente racional, sino que también es sensible. Kant observará que las acciones del hombre en parte están determinadas por la razón pero existen también 'inclinaciones' como el amor, el odio, la simpatía, el orgullo, la avaricia, el placer... que también ejercen su influencia. El hombre reúne en su juego la racionalidad y las inclinaciones, la ley moral y la imperfección subjetiva de la voluntad humana. Entonces, la buena voluntad, se manifiesta en cierta tensión o lucha con estas inclinaciones, como una fuerza que parece oponerse. En la medida que el conflicto se hace presente, la buena voluntad se llama deber.

Si una voluntad puramente racional sin influencia alguna de las inclinaciones fuese posible, sería para Kant, una voluntad santa (perfectamente buena). De esta forma, realizaría la ley moral de modo espontáneo, esto es, sin que conforme una obligación. Para una voluntad santa, el 'deber', carecería entonces de sentido en tanto que el 'querer' coincide naturalmente con el 'deber'. Pero en el hombre, ley moral, suele estar en conflicto con sus deseos.

Se distinguen así tres tipos de actos:

a. Actos contrarios al deber: En el ejemplo de la persona que se está ahogando en el río. Supongamos que disponiendo de todos los medios necesarios para salvarlo, decido no hacerlo, porque le debo dinero a esa persona y su muerte me librará de la deuda. He obrado por inclinación, esto es, no siguiendo mi deber sino mi deseo de no saldar mi deuda y atesorar el dinero.

b. Actos de acuerdo al deber y por inclinación mediata: El que se ahora en el río es mi deudor, si muere, no podré recuperar el dinero prestado. Lo salvo. En este caso, el deber coincide con la inclinación. En este caso se trata de una inclinación mediata porque el hombre que salva es un medio a través del cual conseguiré un fin (recuperar el dinero prestado). Desde un punto de vista ético, es un acto neutro (ni bueno ni malo).

c. Actos de acuerdo al deber y por inclinación inmediata: Quien se está ahogando es alguien a quien amo y por lo tanto, trato de salvarlo. También el deber coincide con la inclinación. Pero en este caso, es una inclinación inmediata porque la persona salvada no es un medio sino un fin en sí misma (la amo). Pero para Kant, este es también un acto moralmente neutro.

d. Actos cumplidos por deber: El que ahora se ahoga es un ser que me es indiferente... no es deudor ni acreedor, no lo amo, simplemente, un desconocido. O pero aún, es un enemigo, alguien que aborrezco y mi inclinación es desear su muerte. Pero mi deber es salvarlo y lo hago, contrariando mi inclinación. Este es el único caso en que Kant considera que se trata de un acto moralmente bueno, actos en los que se procede conforme al deber y no se sigue inclinación alguna.

Conflictos de deberes

La exposición más detallada de Kant acerca del deber introduce (versiones de) determinadas distinciones tradicionales. Así, contrapone los deberes para con uno mismo y para con los demás y en cada uno de estos tipos distingue entre deberes perfectos e imperfectos. Los deberes perfectos son completos en el sentido de que valen para todos los agentes en todas sus acciones con otras personas. Además de abstenerse de prometer en falso, otros ejemplos de principios de deberes perfectos para con los demás son abstenerse de la coerción y la violencia; se trata de obligaciones que pueden satisfacerse respecto a todos los demás (a los cuales pueden corresponder derechos de libertad negativa). Kant deduce los principios de la obligación imperfecta introduciendo un supuesto adicional: supone que no sólo tenemos que tratar con una pluralidad de agentes racionales que comparten un mundo, sino que estos agentes no son autosuficientes, y por lo tanto son mutuamente vulnerables. Estos agentes -afirma- no podrían querer racionalmente que se adoptase de manera universal un principio de negarse a ayudar a los demás o de descuidar el desarrollo del propio potencial: como saben que no son autosuficientes, saben que querer un mundo así sería despojarse (irracionalmente) de medios indispensables al menos para algunos de sus propios fines. Sin embargo, los principios de no dejar de ayudar a los necesitados o de desarrollar el potencial propio son principios de obligación menos completos (y por lo tanto imperfectos). Pues no podemos ayudar a todos los demás de todas las maneras necesarias, ni podemos desplegar todos los talentos posibles en nosotros. Por ello estas obligaciones son no sólo necesariamente selectivas sino también indeterminadas. Carecen de derechos como contrapartida y son la base de deberes imperfectos. Las implicaciones de esta formulación de los deberes se desarrollan de forma detallada en La metafísica de las costumbres, cuya primera parte trata acerca de los principios de la justicia que son objeto de obligación perfecta y cuya segunda parte trata acerca de los principios de la virtud que son objeto de obligación imperfecta

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