¿Somos realmente libres?

¿Somos realmente libres?

La libertad es constitutiva de la naturaleza humana como seres humanos tenemos la posibilidad de decidir en hacer lo que queramos, sin importar los obstáculos que se nos enfrenten. Por ejemplo, yo puedo soñar con ser la mejor abogada de Colombia, tengo toda la libertad de imaginar este escenario. Sin embargo, decidir y hacer son dos aspectos contradictorios en la vida del ser humano, ya que por mucho que sueñe en ser la mejor abogada, siempre cabe la posibilidad que alguien sea mejor que yo, sea por facultades o fortalezas. Incluso en los momentos más difíciles de la vida seguimos preguntándonos si somos verdaderamente libres.

El filósofo francés Jean Paul Sartre nos describe muy bien esta situación: “Nunca fuimos libres como en la ocupación alemana. Cada palabra de ánimo era un acto de libertad.  Si algún día Dios me dijera que me regala un día sin emociones lo negaría, dado a que las emociones son las que hacen los días más felices o significativos. Se dice que cuando nos equivocamos podemos mejorar como personas. No obstante, preguntémonos por qué mejoramos a causa de una falla? Este fenómeno se debe a que las fallas nos inducen miedo y tristeza, sentimientos negativos que nadie desea sentir; por esta razón, es que mejoramos. Sin emociones no seríamos capaces de evolucionar, de hacer las cosas mejor.

Finalmente, San Agustín en el siglo V d.C también trabajó el problema de la libertad humana. Él realiza una comparación entre libertad y libre albedrío. Libre albedrío es la capacidad que tiene todo ser humano para decidir. En mi opinión, yo tengo libre albedrío cuando tengo dos opciones y escojo la realidad que quiero vivir, puedo decidir entre usar o no el celular cuando no es debido. Tengo libre albedrío cuando me porto bien sabiendo que mis amigos se portan mal, cuando como en clase aun sabiendo que no se puede, cuando hago las tareas que se me asignan, y cuando voy al gimnasio pudiendo dormir toda la tarde. Sin embargo,  la verdadera libertad consiste únicamente  en elegir la voluntad de Dios, es decir, el bien. El problema radica en que el hombre, siempre va a tender a elegir el mal, entonces en el libre albedrío radica su perdición. En cambio el hombre que elige el bien se hace  realmente libre y camina hacia  la verdadera felicidad humana. Dios su señor y creador. Por lo tanto, yo soy realmente libre cuando decido lo que quiero hacer, pensar y decir sin miedo a ninguna consecuencia o repercusión exterior, soy verdaderamente libre cuando existo porque quiero, no porque alguien más me lo permite. Evidentemente aquí surge el problema de la libertad como condena pues queda la pregunta: ¿por qué Dios no hizo al ser humano sin la capacidad de elegir el mal? Yo argumento  a este interrogante es que Dios nos dio la posibilidad de escoger entre el Bien y el Mal para así ser libres, si no pudiéramos escoger el Mal no seríamos verdaderamente libres. Entonces podemos argumentar que la libertad se convirtió en el gran problema humano porque es una gran contradicción y controversia de la filosofía. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos decir que la gran sin salida humana es la libertad porque nadie en el mundo podrá dar una respuesta definitiva para este interrogante.

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