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Teoria Eclectica

yarelagregorio7 de Mayo de 2015

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Las teorías de la instrucción, instruccionales o de la enseñanza, constituyen el complemento de las necesidades de explicación o fundamentación científica del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Ya en las secciones anteriores abordé el contexto general de las principales teorías que dan fundamento a una de las partes del binomio aludido. Es decir, he expuesto un panorama general de teorías que explican el aprendizaje.

En seguida presentaré inicialmente, a grandes rasgos también, las características de cuatro de las más conocidas teorías de la enseñanza, también llamadas de la instrucción.

- Teoría del aprendizaje por descubrimiento

- Teoría instruccional ecléctica

- Teoría instruccional sistémica

- Teoría del aprendizaje significativo

Obsérvese el cuadro siguiente.

MOMENTO DEL PROCESO

T E O R I A S

REPRESENTANTES

APRENDIZAJE

CONEXIONISMO

Edward L. Thorndike

CONDUCTISMO

John B. Watson

NEOCONDUCTISMO Y CONDICIONAMIENTO OPERANTE

Burrhus F. Skinner

PROCESAMIENTO HUMANO DE LA INFORMACIÓN

Atkinson y R. Shiffrin

GESTALT

K. Koffka y W. Köhler

PSICOGENÉTICA

Jean Piaget

PSICOLOGÍA DIALÉCTICA

Lev S. Vygotski

PSICOLOGÍA GENÉTICO-DIALÉCTICA

Henri Wallon

ENSEÑANZA

APRENDIZAJE POR DESCUBRIMIENTO

Jerome S. Bruner

INSTRUCCIONAL ECLÉCTICA

Albert Bandura

INSTRUCCIONAL SISTÉMICA

Robert Gagné

APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO

David P. Ausubel

El norteamericano Jerome Seymour Bruner (1915 - ), actualmente profesor de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, afirma que las teorías de la enseñanza, de la instrucción o instruccionales, deben ocuparse de la organización y sistematización del proceso didáctico, a partir del establecimiento de dos componentes: uno de carácter normativo y otro de carácter prescriptivo.

El componente normativo estaría constituido por los criterios y el establecimiento de las condiciones necesarias para la práctica de la enseñanza; mientras que el componente prescriptivo lo integrarían las reglas para obtener, de una manera eficaz, los conocimientos y las destrezas.

Para conferirle un carácter científico a una teoría de la enseñanza debe ésta observar validez en lo empírico y consistencia en la lógica de su estructura interna.

En este sentido una teoría, instruccional debe ser integradora de la teoría y la práctica de la enseñanza, pues una de las características básicas de una teoría de la instrucción es la de su capacidad para vincular los factores y elementos constitutivos de un proceso didáctico, tales como los objetivos, los contenidos, las actividades programadas, los recursos empleados, la evaluación, las relaciones sociales existentes en el aula y en la escuela, etc.

La verdadera y trascendental importancia de las teorías de la instrucción es la de constituir una alternativa, y al mismo tiempo un modelo, de la posibilidad del mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje, y la de eliminar el estigma de que éste es casi absolutamente práctico, asistemático y hasta incoherente. Con la aplicación de las teorías de la instrucción, el proceso de enseñanza-aprendizaje se perfilaría como una verdadera actividad con carácter científico, pues resultaría posible la predicción efectiva y la innovación reflexiva y fundamentada.

Teoría del aprendizaje por descubrimiento

Esta teoría fue concebida por el ya citado Jerome S. Bruner, y el espíritu de ella es la de propiciar la participación activa del alumno durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, a partir de la consideración de que un aprendizaje efectivo depende, básicamente, de que un problema real se presente como un reto para la inteligencia del alumno, motivándolo a enfrentar su solución, y aún a ir más allá, hasta el fin primordial del aprendizaje que consiste en su transferencia.

Resulta importante destacar el hecho de que en la mayoría de los aspectos a tratar, Bruner coincida con las ideas expuestas por Jean Piaget y su colaboradora Barbel Inhelder.

Para Bruner, el desarrollo intelectual del alumno depende directamente de que éste domine ciertas técnicas. En este dominio deben considerarse como determinantes dos factores: la maduración y la integración.

La maduración le permite al alumno representarse al mundo de estímulos desde tres dimensiones, que se van perfeccionando de manera progresiva:

- La acción.

- La imagen.

- El lenguaje simbólico.

La integración consiste en el empleo de grandes unidades de información para la resolución de problemas.

En su proceso de desarrollo, el niño percibe al mundo en tres formas consecutivas, mismas que guardan una estrecha analogía con los estadios del desarrollo cognitivo propuestos por Piaget. Las formas que Bruner señala son:

- La forma enativa, que consiste en realizar la representación de sucesos pasados, por medio de la respuesta motriz.

- La forma icónica, que depende tanto de respuestas motrices, como del desarrollo de imágenes representativas y secuenciadas de una determinada habilidad.

- La forma simbólica, misma que tiene en el lenguaje, su expresión más objetiva, pues el lenguaje es un instrumento de cognición, a la vez que un medio para representar y transformar la experiencia del mundo. En esta forma de representación simbólica, los objetos no necesitan estar presentes en el campo perceptivo del niño, ni ofrecer un orden determinado.

Bruner considera, pues, al lenguaje como el instrumento para superar el concepto de hombre natural.

Este autor defiende la posibilidad de la enseñanza de cualquier cosa a un alumno, bajo la condición de que la enseñanza se realice en el lenguaje del propio alumno.

Los contenidos a enseñar deben ser percibidos por el alumno como un aprendizaje importante y significativo, en el que él tendrá una acción determinante.

Bruner expresa sintetizadamente su teoría afirmando que debe tenerse en cuenta que si la mayor aptitud del hombre es su superioridad intelectual, también debe tenerse presente el valor que, personalmente, le representa un hecho descubierto por él mismo.

Por ello Bruner afirma que el descubrimiento realizado por un niño es semejante (como proceso) al descubrimiento que, en su laboratorio, realiza un científico.

Bruner también menciona la existencia de cuatro grandes ventajas en la manera heurística e hipotética de presentar el material de enseñanza:

- La potencia intelectual. El descubrir y resolver problemas por parte del alumno, habilita su capacidad de construcción y organización racional de los elementos de un problema.

- Las motivaciones intrínseca y extrínseca. El alumno se recompensa con los efectos de sus propios descubrimientos.

- El aprendizaje y la heurística del descubrimiento. Sólo se aprende realmente a través de la solución de problemas y el interés-esfuerzo por descubrir.

- La memoria. El alumno retiene con mayor facilidad lo aprendido si él mismo organiza sus materiales y procesos respectivos.

Teoría instruccional ecléctica

Esta teoría es obra del psicólogo norteamericano Albert Bandura, nacido en 1925 y doctorado por la Universidad de Iowa.

Desde un principio, Bandura realizó trabajos que pretendían cambiar la orientación tradicional de las teorías del aprendizaje, trabajos que culminaron con la presentación de una alternativa estructurada: la teoría del aprendizaje observacional o modelado, misma que pondera el valor de los fenómenos sociales en el proceso del aprendizaje.

En síntesis, la teoría del aprendizaje observacional puede apreciarse en los puntos siguientes:

El alumno retiene en su memoria las imágenes y códigos verbales, producto de la transformación de la conducta del modelo observado, además de otros estímulos externos.

La conducta original se reproduce, guiada siempre por la combinación que se realiza entre las imágenes y los códigos retenidos en la memoria y algunos indicios ambientales.

Así, para una reproducción o imitación correcta se hace necesario que el alumno:

- considere la conducta del modelo,

- realice una codificación adecuada de las imágenes,

- las retenga en la memoria y

- sea poseedor de la capacidad motora indispensable para realizar las acciones, las que, además, requerirán de algún estímulo o refuerzo que afecte a la realización, pero no al aprendizaje en sí.

Lo anterior constituye la base de los últimos trabajos de Bandura, afinados en la denominada teoría ecléctica de la instrucción, hacia finales de la década de 1960, y que recibe este nombre por la razón de que el autor rescata varias ideas correspondientes al conductismo combinándolas con otras de corte cognitivista, enfatizando siempre el papel preponderante de la sustitución, el simbolismo y la autorregulación del funcionamiento fisiológico del alumno, ya que todos los fenómenos de aprendizaje experiencial son, potencialmente, susceptibles de sustitución o de imitación.

De tal manera que un alumno puede cambiar patrones de comportamiento a través de la simple observación, la cual es factible convertir, incluso, en un condicionador de las respuestas emocionales del educando, en virtud de las reacciones afectivas cuyas fuentes son los modelos productores de experiencias agradables o desagradables.

Un ejemplo que Bandura expone para demostrar lo anterior e la alusión al procedimiento que

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