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Tercera Y Sexta Meditación Metafísica


Enviado por   •  30 de Marzo de 2014  •  703 Palabras (3 Páginas)  •  427 Visitas

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Tercera meditación

En la tercera meditación, Descartes da argumentos para la demostración de la existencia de Dios. Primeramente lo hace desde un punto de vista epistemológico, pues se pregunta si es que todas sus ideas las ha creado él. Descartes menciona que las ideas necesitan una causa formal y una causa real que deben tener las características necesarias para producir un determinado efecto, en este caso la idea. Como aun no sabe si existen otras personas en el mundo, presupone que casi todas las ideas han sido creadas por el, pues él tiene noción del espacio, la longitud, la profundidad, etcétera. Sin embargo existe una idea que él tiene que es imposible atribuírsela a sí mismo, es la idea de la perfección. La idea de lo infinito no pudo haber sido creada por el porqué tendría que ser infinito él mismo (causa real), pero no puede ser infinito porque tendría que ser perfecto, y no es perfecto porque ha creído cosas como ciertas cuando no lo son. Entonces decide la idea del infinito no puede ser simplemente una negación de lo finito, pues es mucho más fácil pensar en algo infinito que en algo finito. Por lo tanto esta idea de lo infinito debe pertenecer a algo infinito, y lo único infinito que puede existir es Dios, que también es perfecto. Por lo tanto Dios es.

Sexta meditación

Descartes va a demostrar la existencia de las cosas materiales. De este modo no se prueba la existencia de una realidad externa al yo, como a menudo se dice, puesto que la existencia de Dios supuestamente se ha demostrado aún antes. Sin embargo, sí se establece ahora la posibilidad de las ciencias empíricas.

El sentir es la base para dar un tortuoso argumento cuya conclusión es que existen cosas corporales. La sensibilidad es una facultad pasiva, que necesita de otra activa que la ponga en marcha, la cual reside en cosas corporales existentes fuera de mi. Esto ocurre porque hay un Dios veraz, por lo que podemos confiar en ello. Las cosas corporales son la causa de las ideas de las cosas corporales, por lo tanto, existen. El argumento es tortuoso porque Descartes se detiene a explicar por qué, ocasionalmente, la interpretación más natural de los datos sensoriales resulta engañosa, sin que ello perjudique la veracidad divina.

Asimismo, en esta meditación rechaza la hipótesis del sueño, explicando la diferencia que hay entre la vigilia y el sueño. En este último hay representaciones aisladas y caóticas, que no se enlazan unas con otras, cosa que sí ocurre en la vigilia, pudiendo además pensar, recordar, etc. a través de la memoria.

La sexta meditación contiene también una influyente defensa

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