Tiempo. Disculpe, sólo tomará un momento
1019nosferatoEnsayo19 de Julio de 2015
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TIEMPO
Disculpe, sólo tomará un momento… No es intención mía arremeter en contra su vida, pero ya ve usted, después de tanto tiempo sigo siendo débil ante su presencia, la vida se encargó de juntar nuestras miradas aunque sea por poco tiempo, con la gran incertidumbre de saber si todavía nacía brillo en los ojos que estremecía el furor de nuestras almas. Tras cada bebida de café mi corazón recae en la grieta que usted dejó con tanta agonía. Sepa usted que quiero dejarle mis versos escritos en el viento fantasmal esperando a que usted los lea.
La más grande estrella que en alguna ocasión le llegué a obsequiar con tanto furor se encargará de susurrar mi nombre, perdón si me puse moralejo pero siempre esperé de usted el detalle más cautivante aunque fuera el más mínimo (…)
Teníamos que recordar que fuimos más que dos, juntando codo a codo la emoción del éxito. La estoy llamando en el más profundo grito de los silencios, tengo que ser consciente que debo partir, a pesar de que esté la eternidad para extrañarla y besar la sombra que usted dejó en aquel lugar donde siempre la esperé. Le confieso que a pesar de mi rigidez escribo estas palabras con infinita nostalgia, no quiero ser melancólico absoluto, pero sí llorar con sencillez al decir junto a mi alma y los pedazos de mi corazón: Mi voz se está apagando.
Querida mujer hay parámetros que usted no alcanzaría a comprender del amor encendido que siento aún por usted, pero a pesar de eso me decepciona saber los juegos que hace usted para ver si me ama y que me lastiman tan crudamente, quizá sus proyectos ya no van conmigo, sólo le pido que me de respiro, para detener ésta carrera insólitamente absurda, al encontrarme tan despiadadamente sólo, siento la brisa matutina como el más pobre y tenue de los ecos. Veo los girasoles que sembré una vez y su color pálido y mórbido me lleva darles una gota de agua de aquellos ojos que una vez la observó a usted con la ternura que ahora usted misma se encargó de apagar.
Mi lucha era revolucionaria, quizás no para el mundo, pero sí para usted que era mi mundo, puesto que quería demostrarle con las fuerzas más inquebrantables que albergaban mi ser que podían escribir la historia más poética en un mundo desigual y restringido. Comprenda que siento una recurrente tristeza, porque en un momento llegué a pensar que con su llegada todo lo malo conspiraría y los dados un giro mortal darían. Le quisiera preguntar a usted mujer - ¿Qué se le está pasando por la mente en éste momento?.. ¿Disfruta jugar con los sentimientos de éste hombre que siempre cae a sus pies? Yo siempre la valoro en toda la extensión de la palabra, y sus lisonjas siempre fueron muy bellas para mí, al escuchar esa única melodía de su dulce voz… Esa sinfonía que era la partitura más deslumbrante jamás escrita. En este momento tengo que reconocerle que estoy ebrio, pero no con las sustancias más comunes: vino, ron, whisky… Me encuentro ebrio de las ilusiones utópicas del ir y venir de su recurrente pensamiento en mi cabeza, de ese maldito insomnio del cual usted es dueña. Me mata de la forma más inimaginable el saber que a sus ojos les importa un carajo si me voy o aparezco, narciso aquel instinto que domina su existencia. Siempre quise que se juntaran nuestras voces para decir con gran ostentosidad - ¡Vencimos! – Es increíble como usted se llegó a clavar en mi tan inalcanzable, que ni la más placentera de las compañías, podrá sustituirla, pues se sentirá como la más vacía imaginación de un poeta muerto. Culmino éste escrito con el último sorbo de café y lágrima entrañable que siempre germina al escribirle a usted, al pregonarle que no quiero ser el hombre efímero en su vida, y a pesar de todo lo ocurrido con gran dolor sólo quiero que me recuerde como el hombre que siempre tendrá
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