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Una Visión De René Girard


Enviado por   •  11 de Junio de 2015  •  2.348 Palabras (10 Páginas)  •  236 Visitas

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Una visión de René Girard

El Cristianismo y la violencia

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03/12/2012

I. Introducción

René Girard, antropólogo, filósofo, historiador francés ha realizado una obra cuyas ideas principales podemos resumir en tres aportes principales: 1) La teoría Mimética: la base del deseo humano no es autónomo, sino que deseamos imitando a los demás, y esto genera violencia. 2) Esta violencia se remedia mediante un mecanismo de Chivo Expiatorio, es decir la sociedad en violencia escoge a alguien para culpabilizarlo y sacrificarlo, retornando, de este modo la paz. Este sacrificio y violencia ejercida al chivo expiatorio se hace inconsciente y desde la perspectiva de los victimarios. 3) El Cristianismo es la única religión que rompe con esta dinámica cultural del Chivo Expiatorio al poner de relieve la inocencia de la víctima y relatar desde la perspectiva de la víctima.

La base del ciclo de la violencia expuesto por Girard se basa en la mímesis que hacemos los seres humanos por “ser” otro y desear sus símbolos u objetos. De este modo se desata la violencia, no solo es un problema de escasez de bienes, es un problema ontológico, dos rivales quieren lo mismo, quieren ser lo mismo, así se desata el conflicto.

La pregunta que nos hacemos es que si la mímesis con Dios no es un generador de violencia igual que las demás imitaciones? La religión o el cristianismo, en particular, genera códigos de conducta que hacen que todos deseemos lo mismo, los valores cristianos, esto no genera violencia?. Pareciese que Girard observa a muchas religiones generadoras de violencia (más énfasis en las arcaicas, politeístas) pero salva y distingue al cristianismo y a la Biblia en particular. Es válida esta posición? Por qué? Estas son las preguntas que intentaremos responder en este trabajo. Asimismo procuraremos criticar el trabajo de Girard, desde una perspectiva más moderna visto cómo los humanos hemos tratado de resolver el tema de la violencia.

Para desarrollar este tema ampliaremos los conceptos e ideas de la obra de Girard para luego precisar y discutir mejor el problema sobre la mimesis de Dios y llegar a las conclusiones del tema.

II. La teoría mimética

Esta teoría supone que el deseo humano no es espontáneo ni autónomo, sino que proviene del exterior y es de característica triangular.

“El hombre es una criatura que ha perdido parte de su instinto animal a cambio de obtener eso que se llama deseo. Saciadas sus necesidades naturales, los hombres desean intensamente, pero sin saber con certeza qué, pues carecen de un instinto que los guíe. No tienen deseo propio. Lo propio del deseo es que no sea propio. Para desear verdaderamente, tenemos que recurrir a los hombres que nos rodean, tenemos que recibir prestados sus deseos.”

Por lo tanto hay una relación triangular, en donde el deseo no opera binariamente hombre-objeto, sino que existe un tercer vértice o modelo, otra persona que se identifica con los objetos que el primero desea. El hombre desea los objetos de otro hombre (mediador) porque quiere el “ser” de ese otro, desea completar su ser con el ser del otro. De aquí parten dos categorías, la mediación externa, en donde hay una distancia (espacio tiempo), rango social o prestigio entre el hombre que desea y el mediador, de modo que es imposible que suceda una situación de rivalidad (ej. Un hombre actual que desee ser Sócrates) o la mediación interna en donde si puede existir la rivalidad o el conflicto al coincidir (en espacio tiempo) el hombre deseante y el mediador.

“Creemos que el deseo es objetivo o subjetivo, pero, en realidad, depende de otro que da valor a los objetos: el tercero más próximo, el prójimo. De modo que, para mantener la paz entre los hombres, hay que definir lo prohibido en función de este temible hecho probado: el prójimo es el modelo de nuestros deseos. Eso es lo que llamo deseo mimético”.

El conflicto no solo es un problema material de que los objetos deseados son escasos y surge una disputa por esta limitación, ya que no sólo se desean objetos, se desea ser como el otro, es un problema ontológico, se desea el prestigio del otro, la valentía u otro bien o valor. Esto produce frustración ante el deseo no satisfecho, tensión entre hombres cada vez más semejantes. Conflicto entre dobles miméticos.

Es importante esta posición de Girard ya que el deseo mimético envuelve a la cultura y por esto surge la violencia en nuestras sociedades.

III. El Chivo expiatorio

La segunda idea importante del repertorio de René Girad es la del Chivo Expiatorio, y se relaciona directamente con el deseo mimético.

Las sociedades al constituirse según el deseo mimético, se van anarquizando, desordenando, llegándose a un estado de conflicto generalizado. Para salir de este estado, contraproducente para todos (recordemos el Leviatán de Hobbes), se busca un culpable. Alguien que por sus rasgos diferentes y por su relación con el conflicto es candidato ideal para sacrificar y devolver la paz a la sociedad. Este es el chivo expiatorio.

“Los escándalos entre individuos son como pequeños riachuelos que desembocan en los grandes ríos de la violencia colectiva. Cabe entonces hablar de un apasionamiento mimético que agrupa en un único haz, contra la misma víctima, todos los escándalos antes independientes entre sí. Como un enjambre de abejas alrededor de su reina, los escándalos confluyen contra la víctima única y la acorralan.”

“Los perseguidores siempre acaban por convencerse de que un pequeño número de individuos, o incluso uno solo, puede llegar, pese a su debilidad relativa, a ser extremadamente nocivo para el conjunto de la sociedad. La acusación estereotipada permite y facilita esta creencia y desempeña un papel mediador. Sirve de puente entre la pequeñez del individuo y la enormidad del cuerpo social.”

Para saber si tenemos un caso de Chivo Expiatorio, Girard identifica cuatro situaciones tipos que nos indican su presencia, no se deben dar todas en cada caso, basta con dos o tres de ellas para darnos cuenta. Estas son:

a) La descripción de una crisis social y cultural. b) Crímenes indiferenciadores (el primero y segundo estereotipo hacen referencia a crisis sociales determinadas por una pérdida de jerarquías o clases, las crisis tienden a indiferenciar a las personas de una sociedad confundiendo sus roles y desordenándolas, apareciendo multitudes espontáneas que tratan de sustituir las debilitadas instituciones.

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