Utilitarismo

EL UTILITARISMO

En los siglos XVIII y XIX en Inglaterra, se originó una corriente ética, establecida por Jeremy Bentham, la cual fue considerada como una filosofía consecuensialista ya que conceptúa la corrección de las acciones según su resultado en términos de cantidad de placer o felicidad obtenido. Es la afirmación de que la única norma de la moral está determinada por su utilidad. Es considerado un método teológico, debido a que este es un sistema de estudio y se funda en el resultado final. El utilitarismo basado en lo establecido por Bentham lo resume como "el máximo bienestar para el máximo número". De este modo el utilitarismo recomienda actuar de modos que produzcan la mayor suma de felicidad posible en conjunto en el mundo.

Dicho utilitarismo se puede definir como una doctrina filosófica que ubica a la utilidad como principio elemental que surge de la moral. Es un sistema ético teleológico el cual determina una concepción moral en base una deducción final. Sobre el utilitarismo se concibe una idea de la moral, según la cual lo bueno no es, sino lo útil. En efecto, el principio de utilidad es fundamental, sobre el cual se juzga la moralidad de nuestros actos. La utilidad, es todo lo que favorece a la felicidad de cualquier ser racional. El criterio del bien y del dolor se encuentra en un equilibrio entre la felicidad del individuo y el de la comunidad.

Características generales

La identificación de la utilidad con el sumo bien:

Mantiene que el máximo bien humano es la utilidad, entendiéndola en general como un placer sensible y material. En efecto, todo lo que permita saciar una necesidad, lo que sea útil, tendría razón de bondad, ya que gracias a ello se puede eliminar un dolor y alcanzar un placer. Fácilmente se ve la íntima conexión que, en un principio, guarda el utilitarismo con el hedonismo. Bentham, ha insistido en que la utilidad debe entenderse en un sentido similar a la presencia del placer y ausencia del dolor.

La gradación de lo útil:

Útil es todo aquello que satisface una necesidad y produce placer. Dentro de los placeres hay unos más intensos que otros; dichos placeres puede extenderse a diversos individuos de la sociedad. En este punto radica la diferencia entre el hedonismo y el utilitarismo. Éste tiene una intensa preocupación social, frente al carácter más individualista y egoísta del primero. En la escala en lo útil, habrá de tenerse en cuenta este doble criterio: la intensidad del placer producido y la extensión a un mayor o menor número de individuos.

La matematización de lo útil.

Con relación al doble criterio indicado, el objetivo fundamental del utilitarismo es establecer una escala matemática dentro de la utilidad, como norma segura para regular la actividad moral del hombre. La Ética, señalan, debe convertirse en una ciencia “positiva”, y, como todas ellas, sujetarse al método matemático. Bentham llegará a la afirmación de que la Ética debe ser tan exacta y precisa como las matemáticas (Introduction to the Principles of Morals and Legislation, en Works, 11 vol., Edimburgo 1838-43, I,5).

La maximización de lo útil.

De acuerdo con lo antes dicho, la norma que debe regir la conducta humana no será utile est faciendum, sino maxime utile est faciendum. Por lo tanto acto no será bueno cuando sea útil, sino cuando origine la máxima utilidad posible para el máximo número posible de miembros de la comunidad. Sería la norma suprema de moralidad según el utilitarismo. Dos problemas importantes surgen en este momento al utilitarismo. El precisar criterios para la maximización de lo útil y el armonizarla respecto del individuo y la comunidad.

Bentham desea transbordar la matematización de la utilidad a sus más crudas consecuencias, se debe seguir una norma cuantitativa; los placeres se reducirán a datos quasinuméricos y se determinará lo máximo y lo mínimo. Para Stuart Mill tal postura es inadmisible; el placer no puede reducirse a lo cuantitativo; hay que tener en cuenta la cualidad del placer, Mill crea dificultades y lo reduce a una posible gradación de los placeres, básica, para una organización del utilitarismo. El justificar la armonía entre la utilidad individual y la social; trata de Utilitarismo.

JEREMY BENTHAM

Nace el 15 de febrero de 1748 en Houndsditch, muere en Londres el 6 de junio de 1832. Fue un pensador inglés, padre del utilitarismo. Fue conocido por su padre como niño prodigio al encontrarlo leyendo varios volúmenes de historia de Inglaterra. Empezó a ejercer la abogacía a los 19 años. Se dedicó a tareas intelectuales al largo de su vida, dotado de una fuerte personalidad, en 1814 convirtió su casa en centro de intercambio intelectual y foco de un activo movimiento utilitarista. Filósofo practico que intento unir lo político y lo sociológico, se esforzó por encontrar una solución científica a los problemas humanos.

DOCTRINA ULTRAISTA DE JEREMY BENTHAM

Sus trabajos más destacados arremetían contra el sistema legal y judicial inglés le llevaron a la formulación de la doctrina utilitarista, plasmada en su obra principal: Introducción a los principios de moral y legislación (1789). En ella exaltaba que todo acto humano, norma o institución, deben ser juzgados según la utilidad que tienen, esto es, según el placer o el sufrimiento que producen en las personas. A partir de esa simplificación de un criterio tan antiguo como el mundo, proponía formalizar el análisis de las cuestiones políticas, sociales y económicas, sobre la base de medir la utilidad de cada acción o decisión.

Establece un cálculo felicítico, intenta dar un criterio para ayudar a los demás en la búsqueda de lo útil, y hace una clasificación de placeres y dolores. Los placeres son medibles, aunque hay que considerar siete criterios: Intensidad, duración, certeza, proximidad, fecundidad (situación agradable que genere más placer), Pureza (ausencia de dolor), y extensión, esta busca concluir que hay motivos que inducen a considerar intereses ajenos porque eso puede caer en propio beneficio (que te llamen simpático, benevolente, generoso). Cuando se trata de extensión del Estado, sí se habla de lo útil para la sociedad.

El legislador debe preocuparse de que sus leyes den “la mayor felicidad al mayor número de ciudadanos”. Debe buscar intereses generales. El utilitarismo ejerció

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