Vera. Jean-Marie Mathias Philippe Auguste

VERA

Jean-Marie Mathias Philippe Auguste, conde de Villiers de l`Isle-Adam, más conocido como Auguste Villiers de L’Isle-Adam (7 de noviembre de 1838 - París, 18 de agosto de 1889), fue un escritor francés cuyas obras abarcan la poesía, el teatro y la narración y se orienta en gran parte hacia el movimiento simbolista. Sus cuentos son considerados como obras maestras del género, que presentan una novedosa síntesis de cuento filosófico, relato de terror, ciencia ficción y esoterismo. En 1866 colaboró en el Parnasse Contemporain. En 1867 fundó la Revue des Lettres et des Arts y escribió El Intersigno, su primer “cuento cruel”. En 1870 tomó partido por la comuna; en 1883, la publicación de sus Cuentos crueles le valió cierta notoriedad, pero sus condiciones de vida siguieron siendo precarias hasta su muerte.

En este cuento, Villiers de L’lsle Adam, expresa la fortaleza del amor aún después de la muerte, la lucha entre el amor y la vida, que son cosas que pueden llevar al ser humano a hacer cosas que son consideradas fuera de lo normal.

“Vera” trata sobre el amor que se tenían dos condes, ellos mismos se consideraban uno mismo, uno no podía vivir sin el otro, eran muy dependientes entre ellos. En el cuento se da a entender que entre ellos dos encontraban tranquilidad mutua, hubo química desde el primer instante; “las decepcionantes conversaciones, las sonrisas que observan, las insinuaciones, todas las dificultades que el mundo suscita para retrasar la inevitable felicidad de quienes se pertenecen, se habían desvanecido ante la tranquila certeza que tuvieron, al mismo tiempo, el uno del otro.”1 Después de un tiempo se casaron y se fueron a vivir a una mansión. Vivían su día a día muy enamorados cuando por alguna razón, un día Vera muere. Esto hizo que el conde d’Athol entrara en una verdadera crisis; él estaba muy acostumbrado a vivir con ella, no sabía que hacer con su vida si su amada ya no estaba presente. A partir de esto se desarrolla todo el cuento.

A lo largo del cuento se nos deja muy claro que su amor era muy simbólico; “diré que hay símbolo allí donde la expresión lingüística se presta por su doble sentido o sus sentidos múltiples a un trabajo de interpretación”2, se debe tomar en cuenta que hay que poder dialogar con el texto para poder hacer un análisis hermenéutico y así lograr interpretar esta historia de amor.

“Los textos escritos no quieren ser comprendidos como expresiones de la subjetividad de sus autores, sino por los mensajes de verdad que guardan. Lo que está fijado por escrito, se ha liberado de la contingencia de su autor.”3

Es muy notoria la tristeza del conde, el narrador menciona cómo el conde avienta las llaves del sepulcro hasta el fondo de la tumba. Esto de cierta forma simboliza como si ya no fuera a regresar nunca.

Después del velorio de Vera, el conde llega a su habitación que también solía ser de su amada y encuentra todo igual a como ella lo había dejado por la mañana. “¡Ella se había ido!... ¿A dónde?... ¿Vivir ahora?… ¿Para qué?... Era imposible, absurdo”4 Como ya se mencionó, él no sabe cómo vivir sin ella, se encuentra completamente cegado y piensa que ahora su vida ya no tiene sentido, se siente totalmente solo pues él vivía por y para su esposa únicamente.

Al momento de que ellos se casaron y se fueron a vivir a su mansión, se aislaron. “Allí, los dos amantes se sumergieron en ese océano de goces lánguidos y perversos, en los que el espíritu se mezcla con la carne misteriosa. Agotaron la violencia de los deseos, los estremecimientos y las arrebatadas ternuras. Se convirtieron en la palpitación uno del otro.”5 En esta parte se da a entender que de alguna manera se salieron del mundo y empezaron a volverse uno solo, ellos vivían en un mundo solo para ellos, que solo ellos entendían y así estaban bien, estaban acostumbrados a ese tipo de vida lleno de tranquilidad y completamente cegados por su amor, no necesitaban más.

Su unión se vuelve símbolo de ser uno solo en cuanto a su humanidad, “lo simbólico designa el común denominador de todas las maneras de objetivar, de dar sentido a la realidad.”6

Al momento en el que ellos se aislaron, en el que se refugiaron, más allá del amor que se tenían, se empezó a desarrollar la dependencia mutua, eran incapaces de ser independientes tanto corporalmente como existencialmente, pues sus emociones se apoderaban de ellos de una manera bastante fuerte. Entre ellos existía una inquietante intensidad que no podían controlar.

En el momento de la muerte de Vera, el conde sentía como que una parte de él se había perdido, él mismo se sentía incompleto, la necesitaba.

Él sentía que ahora era imposible seguir con su vida como normalmente, de alguna manera, a como diera lugar, tenía que empezar a vivir con la idea de que ella no estaba más para él, se había ido para siempre, sin embargo, no podía aceptarlo.

Tras su crisis de no saber qué hacer, empezó a darle vida a Vera a través de ciertas relaciones simbólicas. La noche empezó a parecerle personal y la unió con su amada esposa. “Hay símbolo cuando el lenguaje produce signos de grado compuesto donde el sentido, no conforme con designar una cosa, designa otro sentido que no podría alcanzarse sino en y a través de su enfoque o intención.”7

Cuando aparece el sirviente Raymond, el único que no habían corrido, estaba muy asustado y pensaba que tanto dolor le estaba alterando el espíritu, se notaba que él ya no estaba viviendo completamente en la realidad y más porque en algunos momentos hasta hablaba en plural: “esta noche estamos muertos de cansancio, la condesa y yo.”8

En este momento, para el conde todo era real, el no se daba cuenta, o mínimo no quería aceptar que su amada ya no estaba más. “Si la ficción es una herramienta tan poderosa para explorar la naturaleza –y en especial la naturaleza humana--, es porque la ficción también es la realidad.”9 Esta cita expresa el estado en el que se encontraba el conde, para él, su ficción no era nada más que la misma realidad, él se encontraba en su propia naturaleza con su esposa.

Esa noche, la

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