Violencia
jessicarf5 de Octubre de 2014
705 Palabras (3 Páginas)206 Visitas
EL REFLEJO DE UN DESTINO SIN RETORNO
"La educación es la vacuna contra la violencia."
Edward James Olmos
Por: Laura Sarmiento
Del mismo modo en el que el cerebro codifica las palabras a pesar de estar escritas en símbolos, los hechos de violencia expresan el inconformismo de la sociedad ante diferentes situaciones. Alonso Salazar, político, periodista y escritor colombiano, relata en este corto texto llamado “Un círculo vicioso”, a través de la vida de Don Rafael, la constante preocupación que genera saber que muchos jóvenes se unen diariamente a bandas delincuenciales para satisfacer sus propias necesidades emocionales o para obtener lucro de sus fechorías.
A lo largo de la historia, el autor Alonso Salazar, no ha sido el único escritor colombiano que le ha dado prioridad a un tema tan relevante y preocupante como lo es la violencia, lo ha hecho Gabriel García Márquez tácitamente en “La mala hora”, Manuel Mejía Vallejo con “La muerte de Pedro Canales”, Gustavo Álvarez Gardeazábal con “Cóndores no entierran todos los días” y un sinfín de historias que irradian los fervores de indignación y repudio a los hechos que desgarran el rumbo de un país. El autor, Alonso Salazar Jaramillo, se graduó en periodismo en la Universidad de Antioquia en 1989. Entonces ya había caminado cada rincón de Medellín y se había encargado de escuchar a los que nadie quería escuchar: los jóvenes de las comunas.
Pero ¿Qué llevó a Salazar a escribir sobre violencia? Los rasgos de intolerancia iniciados en la década del ’90, cuando Medellín era copada por el narcotráfico, para ese entonces, Alonso Salazar publicó un texto clave para entender la violencia urbana: “No nacimos pa’ semilla”. Las historias de los jóvenes que trabajaban como soldados del crimen organizado se leyeron en las universidades, las oficinas y los hogares de la ciudad. Claramente éste hombre esconde tras sus relatos la preocupación por la violencia y su inquietud por tratar de erradicarla.
La finalidad del autor es llevar a las manos del lector un libro que le informe de cada una de las situaciones en las que viven las personas oprimidas por la violencia, historias reales que parecen recién salidas de una película de terror con contenido “no apto para todo público” . Ahora bien, la violencia que se ejerce en Colombia es principalmente una violencia sistemática y generalizada contra la población civil. Se mata individualmente o en masa a estudiantes, trabajadores, campesinos, colonos, indígenas, amas de casa, ancianos y niños. Es una violencia que se aplica con sadismo y con rituales de bestialidad horripilantes y no deja de hacerse constante escuchar por lo menos una vez por día, una noticia relacionada en la radio o en la televisión; poco a poco los niños de ésta generación crecen y empiezan a explorar el mundo, pero cada vez su entorno está más árido y difícil de transitar por lo que optan por seguir por el camino fácil y terminan convertidos en enemigos del bien.
Parece algo aterrador todos esos hechos de delincuencia que se viven todavía en las comunas de Medellín, en las que vivió donde tanto tiempo Alonso Salazar y donde se relató aquella historia de Don Rafael, ya que como dice el autor: las bandas delincuenciales no podrán ser controladas mientras ellas sean el medio de socialización y el modelo de identificación para las nuevas generaciones de las barriadas populares, ya que ahora los niños sólo piensan en violencia y todavía se vive el fenómeno sicariato, y el estado no ha hecho nada para enfrentarlo. Se debería realizar algo para que los niños nazcan en un ambiente de paz y la juventud en un futuro ya no tenga la actitud y pensamiento de un delincuente si no que sean personas útiles a la sociedad. Las bandas no podrán ser controladas mientras ellas sean el
...