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DE BANDIDOS Y MONTONERS EN PIURA- 1800 A 1950

carlosdalmiro5 de Noviembre de 2014

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DE BANDIDOS,

MONTONERAS

Y

OTRAS HIERBAS SILVESTRES

PIURA ENTRE 1800 Y 1950

INDICE

PRIMERA PARTE

I. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES

1. El bandolerismo: un producto social de carácter universal

2. Necesidad de precisar la naturaleza del problema

3. Los iniciadores del estudio sobre el bandolerismo peruano

4. Otras teorías sobre el bandolerismo.

II. BANDOLEROS Y MONTONERAS EN PIURA

1. Según el cristal con que se miren: delincuentes natos o producto social.

2. El bandolerismo como parte del proceso económico-social peruano y piurano.

3. Los tres períodos de crisis en que hizo eclosión el bandolerismo

3.1. Fin del período colonial, inicio y crisis de la república postiza y auge del bandolerismo peruano 1810-1850.

• El bandolerismo colonial y poscolonial en Piura

• Frustración republicana, restablecimiento del poder aristocrático de base colonial, respuesta campesina y del bandolerismo en Piura.

3.2- Cambio del ciclo internacional, nacional y regional; inicio de la modernización en la producción, lucha por el relevo de la hegemonía en las élites piuranas y rebrote de bandoleros y montoneras.

• De Rudecindo Vásquez a «Sambambé»

• «Sambambé» de bandido a montonero

• La agudización de la crisis por el relevo de poder en Piura y las montoneras de Chalaco, Santo Domingo y Frías.

• Montoneras y bandidos en la guerra con Chile.

• Desmovilización y Restauración del orden terrateniente 1885-1894.

• Se enciende la pradera

• Bandidos y montoneras en la Guerra Civil de 1894-1895

3.3.- Nuevo ciclo: predominio económico norteamericano, la nueva modernización y la muerte del bandido social.

• De Isidro Villar a Froilán Alama

• Inicio, vida, pasión y muerte de estos bandidos, héroes populares, que adormecieron el dolor y el sufrimiento del pueblo, ante la incapacidad de mostrarles un camino cierto.

• La década prodigiosa del Bandolerismo Piurano 1920-1930.

• El último de los bandidos «nobles»

• El bandolerismo entre la población de la sierra

• El fallecimiento tardío del bandido social piurano

I. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES.

1.- EL BANDOLERISMO: UN PRODUCTO SOCIAL DE CARÁCTER UNIVERSAL.

EL bandido, delincuente, ladrón, forajido, proscrito, criminal, huido, fugado, hombre armado dedicado al pillaje, al robo, a la extorsión, al contrabando, al asalto, al rapto, al secuestro, que vive al margen de la ley y de la sociedad en la que se desenvuelve, individualmente es como la Golondrina que sola «no hace verano» y que para que se exprese como un problema social de carácter endémico o permanente, así como virulento o epidémico, hasta extremadamente violento como generalizado o pandémico, requiere determinadas condiciones económicas, sociales, políticas, climatológicas, sanitarias y de orden militar; no obedeciendo por tanto su presencia a razones de degradación racial o de depravación personal del individuo.

En ese sentido resulta pues siendo un hecho social, histórico y universal, consustancial al ordenamiento social de desigualdad e injusticia; en tanto y en cuanto se ha expresado de manera muy similar en una parte de la historia de las diversas sociedades.

Así se expresaron en las grandes culturas antiguas de China, Persia, India, Grecia y en las sociedades agraristas o de pastores como fueron los Normandos, Germanos, los Anglos, sajones, Bretones, Celtas, Ibéricos etc.

Tenemos conocimiento de la existencia de los bandidos: Caco, Epidauro y otros gracias a la mitología Griega o de Skiron y Procusto por los escritos posteriores. El período de crisis de las sociedades esclavistas multiplicó la presencia de bandas de esclavos fugitivos y alzados que crearon zozobra y profundizaron el caos; la gesta del bandido y esclavo Espartaco da cuenta de ello.

Sabemos sobre los famosos bandidos Dimas y Gestas y sus iguales, como del terrible castigo de la crucifixión al que eran sometidos, por los escritos del libro bíblico hebreo.

Y sobre la terrible plaga de bandidos en la Hispánica Sierra Morena, como en la Bética, gracias a los historiadores romanos Cicerón y Tito Livio. Como a Dión Casio Coseyano (también conocido como Dio Cassius) sobre los salteadores de los caminos romanos.

El declive de las sociedades esclavistas, el advenimiento del feudalismo y las invasiones de los pueblos llamados «Barbaros» Mongoles o Vikingos a occidente crearon también condiciones para el desarrollo del bandidaje. Más tarde, como producto de las guerras imperiales en el mundo occidental este se convirtió en endémico y hacía explosiones violentas, de carácter epidémico, en momentos en que convergían grandes males como las guerras, pestes, enfermedades, períodos de catástrofes naturales o climáticas y cuando el poder no tenía los medios necesarios para reprimirlos en razón de su progresivo debilitamiento.

El problema llegó a tener tal magnitud que se tuvieron que desarrollar guerras con el exclusivo propósito de erradicarlas en Francia y en España, sumidas en crisis por sus prolongadas contiendas de conquista, situación parecida lo tuvieron Inglaterra, Alemania e Italia.

Las organizaciones de delincuentes llamados Bagaudas (Francia); los rombritters (Alemania); las hermandades de los ladrones diferenciados por especialidades (España) y dentro de ella las organizaciones de criminales constituidas por las minorías Gitanas, de Judíos o Moriscos. Así como los llamados highwaymen Ingleses o de los Outlaw –forajidos fuera de control- en Francia, dan cuenta de lo extendido que estuvo en Europa; sin ser por ello un fenómeno social privativo de las sociedades occidentales, tal como lo demuestran muchas de las cuadrillas de bandidos y Samurái orientales que ofrecían sus servicios a señores feudales y de la guerra o que degeneraban en bandas armadas de forajidos.

Las organizaciones de bandidos por castas en la India o la de sus equivalentes en los pueblos árabes y de religión musulmana dan cuenta del carácter universal de este aspecto social. También tenían presencia en los pueblos persas, más allá de la historia de Ali Babá y sus cuarenta ladrones, estaban las bandas de famosos bandidos como: Ibn Hamdum, Alí al Tanuji o Imran b. Sahin, entre muchos otros, tal como lo registra el portal de Wiki pedía.

Las características, formas de organización y modalidades de actuación son muy diversos en cada uno de dichos países, pero están emparentados por ser resultado de un ordenamiento económico, social y político similar que los crea y retroalimenta y que en las sociedades europeas se desarrolló, con carácter endémico, entre los siglos XV y XVIII, mientras que en los demás países, como en los de América Latina se expresaron entre los siglos XIX Y XX con igual grado de intensidad.

Otro rasgo común y universal del bandolerismo es que dentro de él conviven una diversidad de bandidos y que de manera general podríamos diferenciarlos en dos tipos: los que adoptan y practican el delito común, sin ningún otro interés o motivación que el del lucro o beneficio inmediato, personal o grupal, de lo obtenido en el latrocinio y sin ninguna condescendencia o consideración hacia uno u otro sector social en el que desenvuelven sus fechorías ; y otros, los menos, que se diferencian no solo por el uso de la violencia frente a los grandes propietarios, al poder o a los demás miembros de las instituciones vinculadas con este sector, sino que procuran establecer niveles de relación positiva con los sectores sociales del pueblo, del que provienen, y en razón de ello son admirados, reciben, de alguna manera, protección o ayuda en sus actos, mientras que son criminalizados y perseguidos por las esferas del poder. A este sector de bandidos se les conoce como «buenos, nobles o sociales» teniendo al interior de ellos algunos rasgos de diferenciación.

Desde el inicio del presente trabajo quisiéramos precisar que no compartimos el criterio de quienes le asignan un carácter transformador o revolucionario, de por sí, a este sector del bandolerismo. Y la diferenciación que hacemos entre bandidos criminales y sociales obedece al carácter objetivo del mismo y sobre todo a que la aparición del segundo grupo, de un modo epidémico, nos ayuda a comprender el carácter del momento en que atraviesa la sociedad y de la importancia que esos períodos tienen dentro del proceso económico-social y político de los pueblos que luchan por alcanzar mejores condiciones de vida y trabajo.

Con el objeto de ilustrar el carácter universal del bandido social, así como el que estos comparten factores comunes (procedencia, edad temprana en la que se inician y terminan, o la forma y motivos por el que son capturados o muertos), mostramos en el cuadro Nº 1 una relación de ellos, sin pretender que estén allí todos los que son.

2.- NECESIDAD DE PRECISAR LA NATURALEZA DEL PROBLEMA

Para las clases propietarias en el poder de todas las sociedades los bandidos siempre fueron simples criminales, seres perturbados, malévolos, terribles, sobre los que se debía tener el cuidado de demonizarlos y perseguirlos,

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