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Dentro de la cultura Olmeca, a Quetzalcóatl


Enviado por   •  31 de Mayo de 2018  •  Ensayos  •  1.566 Palabras (7 Páginas)  •  730 Visitas

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La palabra mito es un relato tradicional que narra acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos. “El mito ha sido visto también como el medio especifico de captar, sentir y expresar un tipo de realidad” (López Austin, 2006, pág. 45)  La cosmovisión prehispánica esta llena de estos seres extraordinarios, que fueron modificando el pensamiento humano a través de los siglos, tal es el caso de Quetzalcóatl; a esta deidad se le atribuyen actos sobrenaturales, que realizo para la humanidad. La difusión de este emblema se regó por todo Mesoamérica dejando ver el gran culto que se le tenía a esta deidad, claro ejemplo de esto tenemos las imágenes, los ritos, las ceremonias, la iconografía y los complejos arquitectónicos que fueron edificados en su honor.

Antes de que se integraran las complejas religiones agrarias de las altas culturas mexicanas, que surgieran las verdaderas imágenes de los dioses para el culto y que los sacerdotes gobernaran a la sociedad, las comunidades aldeanas agrícolas vivían en un mundo sobrenatural y mágico, en el que los fenómenos naturales eran gobernados por espíritus, ya que las fuerzas externas que actuaban sobre la vida del hombre eran desconocidas y no podían ser explicadas en otra forma” (Piña Chan, 1977, pág. 11)

Dentro de la cultura Olmeca, a Quetzalcóatl, se le vinculaba directamente con el dios del Maíz; este grupo fue el primero en imaginar un organización del cosmos, partiendo del origen del universo, el papel que desempeña la humanidad dentro de este cosmos y la relación de interacción con la naturaleza; el jaguar  fue de suma importancia para ellos ya que en los complejos cerámicos que se han analizado, en la decoración se pueden apreciar rasgos característicos de este animal, como las manchas de su pelaje, sus garras, las fauces, etc. Con el paso del tiempo estos patrones cerámicos Olmecas se fueron extendiendo por distintas regiones, así hasta llegar a la cultura Tlatilca en el Estado de México, en la decoración de estas vasijas por ejemplo encontramos una combinación de serpientes acuáticas con elementos olmecas, los cuales dan nacimiento a otro tipo de seres.

Dentro del mundo mágico en que vivían concibieron al jaguar como sinónimo de la tierra y a la serpiente como símbolo del agua; de la fusión de ambos nació un dragón ofidiano-jaguar o monstruo sobrenatural en forma de serpiente-jaguar; y  éste se volvió expresión del agua fertilizante que fecundaba la tierra, de la cual nacía la vegetación y el alimento del hombre, es decir, la propia vida […]. Por todo ello decíamos que durante el apogeo de los olmecas se elaboran nuevas ideas y conceptos religiosos, entre ellos: la existencia de un dios jaguar relacionado con la Tierra y la fertilidad; serpiente de cascabel y serpientes-pájaros que simbolizan la lluvia, ubicada en el cielo; sacerdotes dedicados a los cultos del jaguar y la serpiente […]; o sea que el totemismo y la magia se ha pasado a la religión, la cual es fundamentalmente agrícola o agraria […] (Piña Chan, 1977, págs. 14-20)

La relación del dios del maíz con Quetzalcóatl es solo el comienzo de una iconografía que perduró por siglos; otro de los autores que de igual manera escribió de este tema fue Enrique Florescano, el nos dice que:

En la práctica agrícola se sustentaba la vida de los pueblos mesoamericanos, cada año la semilla de maíz se introducía en la tierra […]. Al cabo de ocho días de permanencia en el inframundo su fruto resurgía de esas profundidades […] la entrada de la semilla en el seno de la tierra y su renacimiento prodigioso en forma de planta productora de vida era un ciclo que implicaba el sacrificio. […] el dragón olmeca, una de las primeras expresiones de la Serpiente Emplumada, se representa mediante el dibujo de las plumas del ave y los rasgos de la serpiente, formando así un ser fantástico que contiene los poderes de dos ámbitos diferentes del mundo natural, las fuerzas germinales de la tierra y los poderes fecundadores de la lluvia, el relámpago y los vientos que residen en el cielo. (Florescano, 2012, págs. 26-27)

Como podemos observar la relación entre estos dos seres fue innegable desde el principio, haciendo ver a Quetzalcóatl como el dios dador de vida.

Unas líneas atrás hice mención que los olmecas fueron los primeros en organizar el cosmos, en los mitos de la creación esta organización parte de los distintos niveles en los que se distribuyen las distintas regiones dentro de los cuatro rumbos del espaciales, ubicando en el medio de estos cuatro rumbos El Árbol cósmico que se encuentra postrado en una montaña primigenia, el árbol es un puente que une el inframundo con la tierra esta misma creencia también la vemos plasmada dentro de la Zona Maya en Palenque en el centro del tablero del Templo de la Cruz Foliada. El dios del maíz para los mayas en verdad era el creador del cosmos ellos creían que el había bajado al inframundo, en el cual se enfrento a los seres que moraban ahí, murió y resucito en  una semilla de maíz que germino en el Xibalba y así ascendió a la tierra, para  darles el alimento a las personas de la Tierra; sin embargo, los Teotihuacanos tenían otra ideología, para ellos el origen del universo comenzó con el nacimiento del Quinto Sol, junto con esta creencia se instauro el origen del estado, el nacimiento de las autoridades políticas y los emblemas de poder, este mito nos relata que cuando no había nada natural en el universo , los dioses se reunieron en el Tollan- Teotihuacan y acordaron crear el cosmos, mediante el sacrificio de dos dioses, Tecuciztécatl y Nanahuatzin, se creo el Sol y la Luna, para “Los Mexicas que poblaron Tenochtitlán en los siglos XIV y XV interpretaron las 2 grandes pirámides de Teotihuacán como monumentos dedicados al Sol y la Luna.

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