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Disparos De Jazz


Enviado por   •  21 de Octubre de 2012  •  3.343 Palabras (14 Páginas)  •  440 Visitas

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Citan capacidad jazz para demostrar los ideales democráticos estadounidenses como individualidad, el diálogo y la libertad. En esta línea de pensamiento, la improvisación es igual a la libertad personal, cuatro patas de comercio es como el debate público, notas azules representan la disidencia, Jazz

salvo contadas excepciones –como Nina Simone– el bajo nivel de apoyo personal, financiero y artístico al movimiento pro derechos civiles por parte de la comunidad del Rhythm and Blues durante el decenio posterior a los sucesos de Montgomery supuso un fuerte contraste con la contribución de muchos artistas negros, y algunos blancos, de la música y otras ramas del mundo del espectáculo. Paradójicamente, mientras que la reputación de los cantantes de Soul como activistas del movimiento generalmente se ha exagerado a lo largo de las décadas siguientes, el importante papel desempeñado por muchos miembros del mundo del Jazz, el Folk y el cine se ha negado o infravalorado sistemáticamente. Aunque para muchos suene a herejía, es un hecho que, en ciertos aspectos, Joan Baez fue más importante y se comprometió de forma más notoria con el movimiento que James Brown. Por su parte, en la práctica, Harry Belafonte contribuyó más a la lucha por la libertad de los negros que todas las figuras del Soul de los sesenta juntas.

En el verano de 1965, Betty Garman –coordinadora entre la oficina central de la SNCC [Student Non-violent Coordinating Committee, Comisión Coordinadora Estudiantil No-Violenta] en Atlanta y los grupos de apoyo de todo el país– escribió a Dick Perez, de los Amigos de la SNCC en Cleveland, planteando la posibilidad de que éste organizase una serie de conciertos benéficos en la ciudad. En su carta, Garman admite que “por desgracia, no disponemos de una vía rápida y eficaz de incluir artistas famosos en los conciertos, ni en ningún otro evento, en realidad”, aunque añade que “hay unos pocos artistas concretos que hacen cosas para nosotros regularmente, con los que tenemos algún tipo de acuerdo con respecto al tiempo que nos dedican... La gente con la que contamos [son] [Pete] Seeger, [Theo] Bikel, Belafonte, Sammy Davis Jr, Peter Paul and Mary, o Baez y Dylan”. (1)

Lo cierto es que ésta no es una lista exhaustiva de los artistas que participaron en conciertos benéficos para la SNCC o que contribuyeron de algún otro modo al movimiento a principios de los 60. No obstante, aunque se podría defender la inclusión de algunos artistas negros, el énfasis de Garman en cantantes blancos de Folk y actores negros de Hollywood y Broadway refleja fielmente las áreas del mundo del espectáculo en las que el movimiento podía esperar el respaldo más visible, valioso y elocuente.

La asistencia de personajes famosos a la Marcha sobre Washington en agosto de 1963 representó una muestra similar de personalidades, blancas y negras, del mundo del espectáculo. La lista de nombres presentes en la manifestación de apoyo al movimiento más importante de la época incluyó a Sammy Davis Jr, Harry Belafonte, Ossie Davis, Ruby Dee, Sidney Poitier, Diahann Carroll, James Garner, Pearl Bailey, Burt Lancaster, Marlon Brando, Paul Newman, Joanne Woodward, Kirk Douglas, Dick Gregory, Eartha Kitt, James Baldwin, Lorraine Hansberry, Bobby Darin y Lena Horne. El programa oficial de la Marcha incluyó a la soprano negra Marian Anderson, la estrella del Gospel Mahalia Jackson, el cantante negro de Folk-Blues Josh White y los cantantes blancos de Folk Joan Baez, Peter Paul and Mary y Bob Dylan. (2)

Muchos de estos artistas también firmaron una proclama a efectos de que “toda forma de segregación racial es injuriosa para las artes de la nación”. Ningún músico de Rhythm and Blues firmó esta proclama y, aunque Roy Hamilton y Little Willie John asistieron a título personal, al parecer no se invitó –ni se solicitó, en todo caso– a ninguno a unirse al contingente cultural oficial que participó en la Marcha y cuya presencia se anunció al público. Parece que hubo una buena correspondencia entre la indiferencia por parte del movimiento hacia los hombres y mujeres del Soul y la reticencia de éstos a ver sus nombres asociados públicamente con la protesta pro derechos civiles. (3)

De la lista oficial de personalidades culturales o del mundo del espectáculo, el Rhythm and Blues no fue la única rama de la música negra ausente de la Marcha. Como indicó de forma airada el incansable saxofonista de jazz John Handy, “del amplio número de artistas y músicos negros y blancos de la crème de la crème, no había ni un solo músico de Jazz”, lo que Handy consideraba increíble, “ya que el Jazz, junto con los Espirituales, ha desempeñado un papel fundamental en la lucha de los negros por su libertad. Al fin y al cabo, el Jazz ha sido el medio de expresión artística de los negros y ha abierto muchas mentes y corazones a la realidad de los negros”. De hecho, aunque Handy no lo supiera, sí se había hecho un intento informal de incluir al Jazz en la programación planteándole el asunto a Duke Ellington. Aunque Ellington había participado en conciertos benéficos para la NAACP desde hacía años, por lo general trataba de evitar la participación pública en las actividades del movimiento, así como las declaraciones sobre la situación racial. A pesar de los esfuerzos de Dick Gregory y Robert Kennedy, no se consiguió tentarle para que se uniera a la Marcha; Ellington lamentó de forma poco convincente que “me encantaría asistir, pero me duelen los pies. No puedo caminar tanto”. (4)

La reacción de Handy ante la ausencia de Jazz en la Marcha es reveladora. Handy, miembro de la delegación del CORE [Congress for Racial Equality, Congreso para la igualdad racial] de San Francisco que ya había sido encarcelado por sus actividades pro derechos civiles, tardó poco en formar la multirracial Freedom Band y salir de gira. Según el propio Handy, la Freedom Band actuaría como “apagafuegos” del movimiento pro derechos civiles, con el que se identificaría, “no sólo mediante la música, sino con su vestimenta, que es prácticamente la misma que usan los colaboradores del SNCC en el Sur: camisas de trabajo, pantalones oscuros, cazadoras vaqueras, etc.”. El CORE en concreto respaldó la iniciativa de la Freedom Band, que incluyó un concierto benéfico en su nombre con la participación de Dizzy Gillespie y Bill Cosby en el Masonic Auditorium de San Francisco en septiembre de 1964. No hubo pruebas de una respuesta similar por parte de los artistas de Rhythm and Blues, quienes a su vez también habían sido ignorados por los organizadores de la Marcha sobre Washington. (5)

Desde un punto de vista más general, la participación de músicos de Jazz como Handy en actividades relacionadas con el movimiento

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