ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

ESPLICA LAS CAUSAS DE LA CAIDA Y EL DERROCAMIENTO POR LA DENOMINADA REVOLUCION LIBERTADORA.


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  11.690 Palabras (47 Páginas)  •  741 Visitas

Página 1 de 47

1.- ¿EXPLICA LAS CAUSAS DE LA CAIDA Y EL DERROCAMIENTO POR LA DENOMINADA REVOLUCION LIBERTADORA?.

El 16 de septiembre de 1955 un nuevo golpe militar derrocó a un gobierno elegido por el pueblo. La segunda presidencia de Juan Domingo Perón, iniciada en 1952, llegó así a su fin. El general golpista Eduardo Lonardi dirigía las operaciones desde Córdoba, mientras el puerto de Mar del Plata era sometido a un intenso bombardeo naval. Si Perón no dimitía, sería el puerto de Buenos Aires el nuevo blanco de los sediciosos. Finalmente, el dia 23, el presidente se refugió en la embajada de Paraguay y desde allí abandonó el país a bordo de una cañonera de esa bandera. Lonardi fue designado entonces presidente provisional.

La mayoría de las Fuerzas Armadas apoyaron el movimiento golpista, al igual que miembros de la burguesía agraria e industrial, gran parte de los sectores medios, los partidos políticos opositores y la Iglesia Católica. Todos coincidían en calificar a la gestión peronista como una “dictadura totalitaria”, motivo por el cual supieron identificarse bajo el nombre de “revolución libertadora”. Paradójicamente, quienes quebraban y violaban el sistema democrático, se presentaron ante la sociedad como los verdaderos representantes y defensores de la democracia y la libertad. Para ellos, las causas de la crisis económica del país eran los profundos desequilibrios que había provocado la intervención del peronismo en los procesos de acumulación y distribución de la riqueza. ¿Cómo fue su gobierno?

EL OBJETIVO: La “desperonización” de la sociedad

Claramente, el frente golpista coincidía en, al menos, dos objetivos: la necesidad de desperonizar a la sociedad argentina y la de reorganizarla políticamente bajo la tutela de las Fuerzas Armadas. Pronto la aparente unidad comenzó a resquebrajarse.

El general Lonardi se manifestaba dispuesto a establecer acuerdos con sectores del gobierno recientemente depuesto. El general, que había afirmado que en la Argentina posperonista “no hay vencedores ni vencidos”, creía que la desperonización debía consistir en un proceso de reeducación de las masas peronistas. Dicho razonamiento anclaba en la idea que los sectores más humildes y menos instruidos habían sido “engañados” por la demagogia de Perón. Con el líder exiliado y proscripto y sin la posibilidad que el Estado los siguiera favoreciendo, irían dejando atrás su identidad peronista. Pero sus intenciones contrastaban con aquellos sectores sociales más poderosos que había apoyado el golpe y no contaban con el acuerdo de los otros jefes militares.

El designado vicepresidente, almirante Isaac Rojas, encabezaba el más nutrido grupo golpista y no estaba dispuesto a aceptar ningún tipo de acercamiento ni acuerdo con los sectores peronistas. Esta facción prefería una solución más drástica, que eliminara al peronismo de la vida política argentina.

Almirante Rojas y General Aramburu

El enfrentamiento entre ambos sectores fue inevitable, culminando el 13 de noviembre de 1955, cuando el general Lonardi, carente de apoyo, fue obligado a renunciar, siendo reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu, nuevo presidente de la república. Se inició entonces una etapa en la que se acentuó el autoritarismo del gobierno, que apeló a la represión y a las prohibiciones para erradicar al peronismo de todos los planos de la vida social.

LA HERENCIA PERONISTA

El episodio puso de manifiesto la complejidad de la herencia del peronismo. Las características de su movimiento, las fuerzas sociales que lo apoyaban, dificultaron el encauzamiento hacia un nuevo rumbo cuando hacia 1952 los indicadores económicos señalaban una situación de crisis. Tras la caída de Perón, esas mismas fuerzas se constituyeron en un obstáculo insalvable para los intentos de los sucesores que se proponían reordenar sustancialmente la sociedad y la economía.

Políticamente, las consignas de la “Revolución Libertadora” coincidían con las tendencias políticas de Occidente, donde en el marco de la Guerra Fría, la democracia liberal dividía claramente las aguas con el Este comunista.

Económicamente, en el mundo iban desapareciendo las áreas cerradas, al tiempo que los capitales empezaban a fluir libremente por el mundo, instalándose en mercados antes vedados. Argentina, que durante la etapa peronista había apostado al mercado interno en el contexto de la posguerra, al asociarse ahora al FMI, aceptaba la aplicación de políticas económicas ortodoxas. ¿En qué consistían esas políticas? En el abandono de la emisión fiscal y de las subvenciones a sectores “artificiales”, abriendo los mercados y reactivando las actividades de exportación tradicional (agroexportadora).

¿Podría esta “modernización” aplicarse sin problemas en la Argentina posperonista? Los empresarios coincidían en que cualquier modernización debía modificar el estatus logrado por los trabajadores durante el peronismo. ¿Cómo? Disminuyendo su participación en el ingreso nacional, elevando la productividad, racionalizando las tareas, reduciendo la mano de obra, restringiendo el poder sindical y el de los trabajadores. En síntesis, el obrero debía ganar menos, trabajar más y protestar lo menos posible. Claramente la tan mentada desperonización no iba a resultar nada sencilla de aplicar.

PRESIDENCIA DE ARAMBURU

PRESIDENCIA DE ARAMBURU

Ahora, el sector más marcadamente “antiperonista” estaba en el poder, y sus medidas de gobierno así lo manifestaron.

1.- El nuevo gobierno disolvió al Partido Peronista.

2.- intervención de la CGT. Las sedes gremiales fueron controladas por fuerzas de seguridad.

3.- Se suspendieron las convenciones colectivas de trabajo, lo que privó a los trabajadores de negociar mejoras salariales en un período en el que –por el desborde inflacionario- el poder adquisitivo había bajado considerablemente.

4.- Fue decretada la inhabilitación de todos los dirigentes políticos y gremiales que habían participado de la gestión de Perón. Dirigentes, delegados y militantes fueron encarcelados.

5.- La administración pública y las universidades fueron depuradas de peronistas, controlándose férreamente los medios de comunicación, que en su mayoría estaban en manos del Estado.

6.- Un Decreto del Poder ejecutivo prohibió cualquier propaganda favorable al peronismo, así como la

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (74.9 Kb)  
Leer 46 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com