GUERRA BIOLOGICA
PASHASHI19 de Noviembre de 2013
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La guerra biológica o bacteriológica es una forma singular de combate, en la cual se emplean armas de diferentes tipos que contienen virus o bacterias capaces de infligir daño masivo sobre fuerzas militares y/o civiles.
El uso de armas biológicas está terminantemente prohibido por las Naciones Unidas, sin embargo muchos países (potencias militares) cuentan con este tipo de arsenal en forma no sólo de bombas sino de otro tipo de agentes de esparcimiento menos convencionales.
Índice [ocultar]
1 Historia
2 El mundo antiguo
3 Guerra biológica medieval
4 Tiempos modernos
4.1 El Siglo XVIII
4.2 El Siglo XIX
4.3 El Siglo XX
4.4 1937-1945
4.5 1946-1972
4.6 La Convención de Armas Biológicas
5 Véase también
6 Enlaces externos
Historia[editar · editar código]
El uso de armas biológicas ha sido practicado a través de la historia. Antes del Siglo XX, el uso de agentes biológicos tomó tres formas principales:
Envenenamiento deliberado de comida y agua con material infeccioso
Uso de microorganismos, toxinas o animales, vivos o muertos, en sistemas de armas
Uso de productos inoculados biológicamente
Las armas biológicas son tan letales que un gramo de toxina botulínica pura puede matar a 10 millones de personas. Está claro que es 3 millones de veces más letal que el sarín.[cita requerida]
El mundo antiguo[editar · editar código]
El incidente más antiguo documentado de la intención de usar armas biológicas está registrado en textos hititas del 1500-1200 a.C., en el que víctimas de peste fueron conducidas hacia tierras enemigas. Aunque los asirios sabían del cornezuelo, un hongo parásito del centeno que produce ergotismo cuando se ingiere, no hay evidencia de que envenenaran a fuentes enemigas con este hongo, como se ha afirmado.
De acuerdo a los poemas épicos de Homero sobre la legendaria Guerra de Troya, la Iliada y la Odisea, lanzas y flechas eran untadas con veneno. Durante la Primera Guerra Sagrada en Grecia, cerca al 590 a.C., Atenas y la Liga Anfictiónica envenenaron el suministro de agua del asediado pueblo de Crisa (cerca de Delfos) con la planta tóxica eléboro. El comandante romano Manio Aquilio envenenó los pozos de asediadas ciudades enemigas cerca al 130 a.C.
Durante el Siglo IV a.C. los arqueros escitas untaban las puntas de sus flechas con veneno de serpiente, sangre humana, y heces de animales para causar heridas que se infectaban. Hay otros varios ejemplos del uso de toxinas de plantas, venenos, y otras sustancias tóxicas para crear armas biológicas en la antigüedad.
En el 184 a.C., Aníbal de Cartago tenía recipientes de arcilla con serpientes venenosas e instruía a sus soldados para lanzar los recipientes en las cubiertas de barcos pergaminos. Aproximadamente en el 198 d.C., la ciudad de Hatra (cerca de Mosul, Irak) alejó al ejército romano liderado por Septimio Severo lanzándoles jarrones de arcilla con escorpiones vivos dentro.
Guerra biológica medieval[editar · editar código]
Cuando el Imperio Mongol estableció conexiones comerciales y políticas entre las áreas Orientales y Occidentales del mundo, su ejército y caravanas mercantes mongoles probablemente inadvertidamente trajeron la peste bubónica desde Asia central al Medio Oriente y Europa. La Peste Negra arrasó a través de Eurasia, matando aproximadamente un tercio a la mitad de la población y cambiando el curso de la historia de Asia y Europa.
Durante la Edad Media, víctimas de la peste bubónica fueron usadas para ataques biológicos, a menudo arrojando cadáveres y excremento sobre las paredes de los castillos usando catapultas. En 1346, los cadáveres de guerreros mongoles de la Horda Dorada que murieron de peste fueron lanzados sobre las paredes de la ciudad de Kaffa (hoy Teodosia). Se ha especulado que esta operación puede haber sido responsable de la llegada de la Peste Negra en Europa.
En el asalto de Thun l’Evêque en 1340, durante la Guerra de los Cien Años, los atacantes catapultaban animales en descomposición en el área asaltada
En 1422, durante el asalto del Castillo de Karlstein en Bohemia, atacantes husitas usaron catapultas para arrojar cadáveres (pero no infectados con peste) y 2000 cargas de estiércol sobre las paredes. El último incidente de usar cadáveres con peste como armas biológicas ocurrió en 1710, cuando fuerzas rusas atacaron a los suecos arrojando cadáveres infectados con peste sobre las paredes de la ciudad de Reval (Tallin). Sin embargo, durante el asalto de 1785 de La Calle, fuerzas tunecinas lanzaron ropa contagiada en la ciudad.
Aunque no usado para la guerra, en tiempos antiguos (cerca al 1 d.C.) una forma de ejecución o tortura era atando un cadáver a una persona viva. La persona que cargaba el cadáver se volvía un rechazo social y moría de enfermedades cerca de una semana.
Tiempos modernos[editar · editar código]
El Siglo XVIII[editar · editar código]
La población nativa americana era diezmada después del contacto con el Viejo Mundo debido a la introducción de muchas y diferentes enfermedades letales. Hay dos casos documentados de presuntas e intentadas guerras con gérmenes. El primero, durante un parlamento a Fort Pitt el 24 de Junio de 1763, Ecuyer dio al los representantes de los asediantes Delawares dos cobijas y un pañuelo que había sido expuesto a viruela, esperando que extendieran la enfermedad a los nativos en orden para terminar con el asalto. William Trent, el comandante de la milicia, dejó registros que claramente indicaba que la propuesta de darles las cobijas era “para Transmitir la Viruela a los Indios”.
El comandante Británico Lord Jeffrey Amherst y el oficial suizo-británico Coronel Henry Bouquet, cuya correspondencia refirió la idea de dar cobijas infectadas con viruela a los indios en el curso de la Rebelión de Pontiac. El historiador Francis Parkman verifica cuatro cartas del 29 de Junio, 13, 16 y 26 de Julio, todos de 1763. Ejemplo: El comandante Lord Jeffrey Amherst escribe el 16 de Julio de 1763, “P.D. Hará Bien intentar Inocular a los Indios por medio de Cobijas, así como intentar Cualquier otro método que pueda servir para Extirpas esa Execrable Raza. Debería yo estar muy orgulloso de que su Esquema para Cazarlos con Perros surtiera Efecto,…” El Coronel Henry Bouquet contesta el 26 de Julio de 1763, “Recibí ayer las cartas de su Excelencia del 16 de Julio con sus Inclusas. La señal para los Mensajeros Indios, y todas sus direcciones serán observadas.”
Mientras que el intento de una guerra biológica es claro, hay un debate entre los historiadores de si es que ello de hecho tomó lugar a pesar de que la afirmación de Bouquet respondía a Amherst y cada escrito recibido por el otro acerca de ello. La viruela transmitida a las tribus nativas americanas pudo haber ocurrido debido a la transferencia de la enfermedad a las cobijas durante el transporte. Los historiadores no fueron capaces de establecer si este plan fue efectuado o no, particularmente a la luz del hecho que la viruela ya estaba presente en la región, y que el conocimiento científico de la enfermedad en ese tiempo aún no había descubierto el virus o desarrollado un entendimiento de los vectores de la plaga.
Sin tener en cuenta si este plan fue llevado a cabo, el intercambio y el combate proveyeron una amplia oportunidad para la transmisión de la enfermedad.
Las raíces de las enfermedades que mataron a millones de indígenas en las Américas pueden ser encontradas en los Eurasiáticos viviendo por milenios muy cercanamente con animales domésticos. Sin un largo contacto con animales domésticos, los indígenas americanos no tenían resistencia a la peste, sarampión, tuberculosis, viruela o la mayoría de las cepas de la influenza.
El Siglo XIX[editar · editar código]
En 1834 el diarista de Cambridge Richard Henry Dana visitó San Francisco en un barco mercante. Su barco comerció muchos productos incluyendo mantas con mexicanos y rusos que han establecido puestos en el lado norte de la bahía de San Francisco.
Historias locales documentan que la epidemia de viruela de California empezó en el fuerte ruso justo después que se fueron. Las mantas fueron un objeto de propagación popular, y la fuente más barata fueron cobijas de segunda mano que fueron a menudo contaminadas.
Durante la Guerra de Secesión Estadounidense, el general Sherman reportó que las fuerzas Confederadas dispararon animales de granja en estanques que la Unión dependía para tomar agua. Esto habría hecho el agua imposible de tomar, aunque los verdaderos riesgos de salud provenientes de cadáveres humanos y de animales que no murieron de enfermedad son mínimos.
Jack London en su historia “Yah! Yah! Yah!” describe una expedición europea punitiva a una isla del Pacífico deliberadamente exponiendo a la población polinesia al sarampión, en el cual varios de ellos murieron. Mientras que mucho del material para London’s South Sea Tales deriva de su experiencia personal en la región, no está claro si este particular incidente es histórico.
El Siglo XX[editar · editar código]
Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania persiguió un ambicioso programa de guerra biológica. Usando bolsas y correos diplomáticos, el general alemán Staff suministró pequeños equipos de saboteadores en el ducado ruso de Finlandia, y en los entonces neutrales países de Rumania, los EE.UU. y Argentina.
En Finlandia, luchadores por la libertad escandinavos montados en renos pusieron ampollas de ántrax en establos de caballos rusos en
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