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Huejotzigo, Puebla

lucy231 de Agosto de 2013

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Índice

Huejotzigo, Puebla.

1. Orden fundadora del ex convento de San Miguel Arcángel____________2

2. Provincia Evangelizadora en la Nueva España______________________5

3. Fundadores________________________________________________10

4. Disposición espacial_________________________________________11

4.1 Claustro_____________________________________________11

4.2 Atrio y cruz atrial_____________________________________12

4.3 Capillas pozas________________________________________13

4.4 Fachada____________________________________________15

5 Características Estilísticas____________________________________17

6 Conclusión________________________________________________17

Huejotzingo, Puebla

1. Orden fundadora del ex convento de San Miguel Arcángel.

En la actualidad la componen los siguientes institutos religiosos:

Primera orden: Es masculina. Su funcionamiento fue aprobado en 1209 por el papa Inocencio III. Cuenta con tres ramas:

a) Franciscanos conventuales, Ordo fratum minorum conventualli (OFMConv). Alcanzan los 5.000 frailes, se caracterizan por una visión más pragmática de la regla.

b) Franciscanos observantes, Ordo Fratrum Minorum (O.F.M.), que rondan los 17.000 miembros.

c) Capuchinos, Ordo Fratum Minorum Cappuccinorum (OFMCap). Son cerca de 12.000 miembros.

Estas ramas aparecieron debido a divisiones internas en la orden, por los diversos modos de interpretar, vivir y observar la Regla de San Francisco, especialmente en cuanto ve a la vida evangélica profesada y a la rigidez u holgura en la observancia de la pobreza. El año 1517 el Papa León X dividió la Orden entre dos ramas: Conventuales y Observantes, dando a éstos la autoridad y los sellos de la Orden, así como el oficio de Ministro General de toda la Orden de los Frailes Menores. El año de 1535, en el seno de la Observancia se inició el movimiento de la Reforma Capuchina. Actualmente, cada una de estas tres ramas, observando la única Regla de San Francisco, cuenta con su propia autonomía y su propio Ministro General. Desde el mismo siglo XIII, existen los franciscanos de la Tercera Orden Regular, quienes también tienen su autonomía y su propio Ministro General. La Orden de Frailes Menores, llamados simplemente franciscanos, tiene el sello del Ministro General toda la Orden desde 1517: "Minister Generalis Totius Ordinis Minorum"; custodia el carisma original de San Francisco como lo han reconocido siempre el Papa y la Santa Sede.

Segunda orden: La segunda orden comprende las ramas femeninas:

a) Hermanas Clarisas Pobres, Ordo Sanctae Clarae (O.S.C.). Fundada por Santa Clara de Asís y San Francisco.

b) Hermanas Clarisas Capuchinas, Ordo Santae Clarae Capuccinarum (O.S.C.Cap), reforma de María Lorenza Longo.

Tercera orden: La tercera orden es, en la familia franciscana, la Orden Franciscana Seglar, Ordo Franciscanus Saecularis (OFS).

Símbolos franciscanos

Símbolos típicamente franciscanos son reconocidos la Tau franciscana, el cordón franciscano con tres nudos, el hábito franciscano, el Cristo de San Damián y el escapulario. La orden religiosa de los franciscanos llegó al Perú poco después de la muerte de Atahualpa, aunque fue en Quito (1533) donde se construyó el primer convento. El primer franciscano que pisó tierras peruanas fue fray Marcos de Niza, y poco después llegaron los padres Jodocko Ricke (nombrado Custodio para el Perú), Pedro Gosseal y Pedro Rodeñas. Estos frailes dedicaron grandes esfuerzos en la evangelización de los indígenas de estas tierras. Ricke, además de enseñar la doctrina cristiana, enseñó a los indios técnicas de agricultura (arar con bueyes, hacer yugos, arados y carretas), la manera de contar con cifras, la gramática española, a leer y escribir, el arte de tocar instrumentos musicales de viento y cuerda, y otros oficios.

En Lima se construyó el segundo convento de la orden. Poco antes, hacia 1548, los franciscanos también se habían implantado en Trujillo y Cuzco. En 1542 llegó al Perú una expedición de franciscanos, conformada por doce frailes, lo cual dio origen al nombre de la provincia peruana: de los Doce Apóstoles. Los miembros de la orden franciscana se dedicaron más que nada a las misiones populares, conviviendo prácticamente con los indios y buscando transmitirles con su ejemplo la enseñanza cristiana. Esto originó también una serie de iniciativas orientadas a inculcar la fe cristiana entre los pueblos aborígenes. Entre estos intentos cabe destacar la obra de fray Luis Jerónimo de Oré, autor del Símbolo católico indiano (1588), que incluye además una gramática en quechua y aymara, una descripción geográfica del Perú e informaciones sobre las antiguas costumbres prehispánicas. Oré es también autor de un ritual de oraciones en lenguas nativas.

La zona donde Juan Santos empezó su levantamiento tiene una importancia particular. El Gran Pajonal, ubicado en Tarma, en la selva central, fue un centro de misioneros franciscanos dedicados a evangelizar a las etnias selváticas, así como también de algunos buscadores de oro. En esta región y durante esa época se descubrieron grandes depósitos de sal, que fueron rápidamente explotados por los españoles, utilizando la fuerza de trabajo de la zona, con los conocidos maltratos de la mita colonial. También hay referencias de maltratos por parte de los misioneros franciscanos y sus rígidas reglas, que además no hacían nada contra los abusos de los empresarios de la sal. Otro factor de descontento fueron las enfermedades que traían y que diezmaban a la población aborigen.

Hacia mediados del siglo XVIII los franciscanos habían logrado establecer unas 32 misiones de trescientos habitantes cada una: en total unas nueve mil personas. Otro dato importante es que la selva central fue una zona de constante intercambio de productos y de personas. Principalmente coca, frutas, madera, sal, algodón y otros productos valiosos. La movilización de personas de diferentes orígenes se intensificó, ya que los misioneros y terratenientes llevaban consigo sirvientes y trabajadores serranos, negros y mestizos. Además de estos grupos controlados, hubo otro contingente de disidentes, provenientes principalmente de la sierra, aunque no exclusivamente indios, que encontraron en la selva central una zona de refugio ideal para esconderse de las autoridades. Para mediados del siglo XVIII, estos grupos no controlados tenían una población que sumaba probablemente varios miles

2. Provincia Evangelizadora en la Nueva España

A raíz de la conquista militar, y con igual grado de intensidad, se da lo que Robert Ricard ha llamado la conquista espiritual de la Nueva España Su fin principal era la incorporación de los naturales al mundo cristiano de Occidente por medio de la religión católica.

En 1523 desembarcaron los primeros franciscanos: fray Juan de Tecto, fray Juan de Aora y fray Pedro de Gante, quienes comenzaron otro periodo en la historia del dominio de la Nueva España.

Se establecieron en Texcoco e iniciaron desde allí la evangelización de los naturales. Fray Pedro de Gante, junto a sus tareas misionales, estableció la primera escuela para niños indígenas donde se enseñaba música, artesanías, lectura, escritura y doctrina cristiana. La acción evangélica se enfocó hacia los menores por la mayor facilidad de acción entre ellos, ya que podían aprender con gran rapidez la lengua castellana y a su vez enseñar náhuatl a los misioneros. Aunque algunos adultos hablaron pronto el idioma de Castilla, su catequización se retrasó por su modo de vida basado en antiguas creencias.

Al año siguiente llegaron "los doce", bajo el mando de fray Martín de Valencia. Celebraron su primera misa en Texcoco, donde percibieron cómo la labor de fray Pedro de Gante empezaba a dar frutos. Los misioneros desempeñaron el papel de constructores del nuevo orden establecido. Quizá, sin quererlo, fueron el instrumento definitivo de la dominación, pues poco a poco, pero con gran eficacia, transformaron al indígena en súbdito español.

La gigantesca tarea de cristianización de los nativos del Nuevo Mundo consideró la satisfacción de las dos partes, el conquistador y el conquistado, a fin de que la obra no se perdiera ni quedara aislada. Hubo de enfrentar un mosaico de climas y lenguas autóctonas complejas: náhuatl, otomí, matlatzinca, mazahua, ocuilteca y, en las fronteras con Michoacán, tarasco. Se pusieron en práctica algunos vocabularios, gramáticas y métodos especiales para enseñar la doctrina. Se utilizaban indios instruidos en la doctrina cristiana, seguramente trilingües, que reunían cada domingo grupos de indígenas con la misma lengua. El catequista de cada grupo durante una hora enseñaba primeramente en latín y después en la lengua nativa. Había sesión de preguntas y respuestas. Al final, el cura oficiaba la santa misa y predicaba el sermón, de preferencia en náhuatl.

En 1525 tuvo lugar "la primera batalla al demonio"; los frailes ahuyentaron a todos los que estaban en los templos indígenas y persiguieron la idolatría que se ocultaba tras las imágenes católicas. Empezaron la evangelización sistemática administrando los sacramentos de la penitencia (confesión) y el matrimonio, instruyendo convenientemente a los nuevos feligreses. Se combatió la poligamia acostumbrada desde los tiempos prehispánicos. Los principales indígenas tuvieron que decidir cuál de sus numerosas mujeres sería la legítima. Para dar mayor importancia social al matrimonio, en Texcoco éste fue solemne y con grandes festejos.

Conforme aceptaban el cristianismo, los indios

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