LOS INCAS

LOS INCAS

Los españoles llamaron inca al pueblo indígena suramericano que a su llegada al Perú, en 1531, dominaba un enorme imperio de casi dos millones de kilómetros cuadrados. El imperio abarca territorios de los actuales países de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina. Su antigua capital, Cusco, todavía conserva parte de las estructuras en piedra que distinguían la arquitectura urbana inca.

La situación geográfica del imperio era excelente por que comprendía distintas regiones naturales que les permitían a sus habitantes disfrutar de los alimentos del mar y la selva. En las montañas de los Andes se podían cultivar diversos productos, según el piso térmico, y en la parte más alta se criaban llamas y otros animales más pequeños de la misma especie cuyo pelo se usaba para hacer mantas y otros tejidos.

Por todas estas ventajas geográficas la gente se alimentaba muy bien y de forma variada por que los productos de una y otra región se intercambiaban con regularidad. Esta dieta incluía maíz, yuca, frijoles, quinua, calabazas y diversas frutas de selva, como plátanos, chirimoyas y piñas. De allí sacaban también algodón para tejer ropa.

Para evitar los desprendimientos de tierra y nivelar el terreno abrupto y escarpado de las montañas, los incas construyeron muros de contención y terrazas de cultivos. Y para regar los campos cercanos a la zona semidesértica de la costa pacífica hicieron canales que servían para aprovechar las aguas de los ríos y dirigirlas donde se requerían .La tierra de los cultivos se abonaba con excrementos de llamas y aves.

La mayoría de los habitantes del imperio se dedicaba a la agricultura. Muchos de estos campesinos eran hábiles artesanos que elaboraban vajillas, joyas y figuritas en oro y plata, también utensilios en cerámica que luego pintaban con colores. Había también mineros, constructores de edificaciones y pastores (encargados de criar llamas y alpacas).

Al contario de otros oficios, la elaboración de textiles era una labor obligatoria que se llevaba a cabo en todos los hogares. Cada comunidad debía entregar al gobierno una cuota fija en mantas y vestidos para uso de los ejércitos y de las poblaciones más pobres.

El pueblo estaba gobernado por el Inca, quien era adorado como hijo del dios Sol y amado como un padre. Este personaje se encargaba de hacer las leyes, organizar la administración del territorio y planificar la construcción de las obras. Las tierras de cultivo y las minas eran de su propiedad.

El imperio estaba conectado por una extensa red de caminos, muchos de los cuales existen todavía. Por esta ruta corrían los chasquis o mensajeros del Inca. Gracias a ellos y a los jefes locales, éste vivía enterado de cuanto sucedía en sus dominios.

Al igual que en las sociedades maya y azteca, la población se hallaba dividida en nobles, sacerdotes,

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