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Incas


Enviado por   •  6 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  2.586 Palabras (11 Páginas)  •  262 Visitas

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Incas

Organización bélica

La organización bélica de los incas fue un factor clave en sus conquistas. Todos los hombres físicamente aptos entre 25 y 50 años de edad, debían prestar un servicio militar. La jefatura del ejército estaba a cargo de generales nobles que obedecían en última instancia al Sapa Inca. La disciplina militar era muy rígida, aunque una vez en combate las tropas se dispersaban en una lucha cuerpo a cuerpo. Asimismo, los incas implementaron variadas tácticas, como los movimientos envolventes o las falsas retiradas, que les permitieron derrotar a poderosos enemigos. Las principales armas eran la estólica o lanzadardos, los arcos y flechas, la macana y, especialmente, la honda.

Pucará Incaico

El enfrentamiento en el campo de batalla sólo era el último recurso empleado por los generales incas. Antes de llegarse a un desenlace armado, los incas montaban un aparato diplomático cuyo objeto era convencer a los jefes enemigos de su sumisión pacífica al imperio, a cambio de lo cual se les garantizaban sus privilegios. Los jefes militares incas entregaban regalos y hacían demostraciones de su poderío, ante lo cual muchos potenciales enemigos fueron convertidos en aliados.

Machu Picchu, Ciudad Incaica en el Valle Sagrado

Las fortalezas o pucarás fueron otro de los elementos característicos de la organización militar imperial. Estratégicamente ubicadas en las alturas cumplían el propósito de vigilar el entorno y defender las ciudades importantes, como el caso de Sacsahuamán a cargo de la protección del Cuzco. Los pucarás eran de piedra (granito), poseían varias dependencias para albergar a los soldados, comida y a un número de yanaconas que cumplían tareas de servicio.

El ejército inca

Los incas contaban con un gran ejército, de no haber sido así, no hubieran podido formar su gran imperio. Pero ellos no usaban armas sino como último recurso. Antes, establecían alianzas, recurrían al espionaje y al soborno. Si alguna de éstas técnicas fracasaba, ponían en marcha su fabuloso ejército, armado con lanzas, hachas y pectorales de cuero. El ejército inca no sólo incluía a los soldados, sino también a las mujeres y concubinas de los jefes, algunas de las cuales viajaban en hamacas. Podía estar presente el Inca o uno de sus generales: en cualquiera de los casos, la figura del comandante era visible sobre la gran hilera de la tropa, ya que era transportado en una litera. Las tropas se abastecían en los praderos y les estaba prohibido a los soldados, bajo las penas más severas, molestar a los habitantes apropiarse de las cosechas.

El comienzo de la lucha era precedido por una arenga del jefe destinada a exaltar el coraje, siempre acompañada de alaridos para sembrar el terror entre sus enemigos. Algunos guerreros se pintaban la cara de rojo o negro. Abrían el ataque los honderos, quienes eran capaces de acertar una piedra en la cabeza de su rival desde varios metros. Después, los arqueros disparaban sus flechas y se arrojaban aíllos, un arma muy similar a las boleadoras.

Mentalidades incas

Religión

El pueblo inca era profundamente religioso y su vida estaba condicionada por la presencia constante de fuerzas y seres sobrenaturales. Sus creencias eran distintas a las de la clase gobernante, la cual rendía culto a un Ser Supremo que adoptaba diferentes nombres y aparecía siempre en los grandes mitos que explicaban el origen del mundo. El culto al Sol y a Viracocha (La gran divinidad de Cuzco, aunque procedía de Titicaca) fue impuesto en forma oficial a toda la masa campesina.

El culto a las Huacas

Pese a cumplir la religión oficial, el pueblo inca seguía practicando viejos cultos heredados de antiguas tradiciones. Rendían homenaje a los Huacas, eran objetos o lugares sagrados que por sus aspectos podían encerrar algún significado. Podía ser una piedra, una planta o inclusive un ser vivo.

Momias Incas

Los incas, al igual que los egipcios, tenían por costumbre enterrar a sus muertos con sus pertenencias para que los acompañen en el más allá. En la costa, se introducía el cadáver en una urna; en la meseta se les cavaban tumbas en las rocas. Un grupo de momias halladas en el nevado Ampato en esta década, por su gran estado de conservación debido al frío, permitió conocer las causas de la muerte y hasta qué tipos de enfermedades que habían sufrido.

Alimentación

Los incas se alimentaban, principalmente, con papas y maíz, con los que las que hacían varias comidas distintas. En las punas (mesetas altas y frías) cultivaban papas, de las que se conocían 200 tipos, de diferentes colores y tamaños. Acostumbraban a secarlas, molerlas y hacer un polvo llamado "chuñu", que se podía conservar por largo tiempo; para comer, se los mezclaba con agua y se lo cocinaba rápidamente.

También conocían montones de variedades del maíz, al igual que las papas, de distintos colores y tamaños. Además cultivaban otras clases de tubérculos, como el ulluco y la oca, porotos, zapallos, calabazas o ancos, ajíes, quínoa, maníes y varios tipos de frutas. También cultivaban algodón, para fabricar prendas de vestir.

Líderes incas

Túpac Amaru o en lengua quechua Tupaq Amaru ha sido considerado por diversas fuentes el último gran líder indígena de la modernidad del imperio Inca en Perú. Nació en la capital del imperio, Cuzco.

Tras la muerte de su medio hermano, el Sapa Inca, Titu Cusi en el 1570 accedió al gobierno del imperio. Hay creencias desde los incas de que fue envenenado por los españoles y que lo habían obligado a admitir a los sacerdotes misioneros en Vilcabamba.

Último soberano inca (?, h. 1542 - Cuzco, 1572). Después de la conquista española del Perú, los incas se habían refugiado en el reducto de Vilcabamba. En 1558 el inca Sayri Túpac se sometió a los españoles y se trasladó a Lima; pero su hermano Titu Cusi Yupanqui se quedó en Vilcabamba, encabezando un grupo de indios resistentes.

Cuando murió en 1571 le sucedió su hermano Túpac Amaru. Pero, entretanto, había llegado al Perú un nuevo virrey, Francisco de Toledo, dispuesto a acabar con el foco rebelde de Vilcabamba, temeroso de que su actitud pudiera extenderse al resto de la población andina.

Un ejército español asaltó Vilcabamba en 1572.

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