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La Industria Textil

ponchonegro20 de Marzo de 2013

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La Industria Textil en Argentina.

Su evolución y sus condiciones de trabajo.

Isidro Adúriz

Sociólogo UBA. Investigador y Colaborador de FOCO

Buenos Aires

Argentina

MAYO 2009

INPADE

Instituto para la Participación y el Desarrollo

1) EVOLUCION DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN ARGENTINA1

I. La industria hasta la crisis mundial de 1929

Existe consenso respecto al retraso argentino en desarrollar su industria

textil hasta la década del 30. Todavía en 1923, una encuesta oficial

determinó que el consumo de textiles era abastecido en un 73% por las

importaciones. Los textiles, junto con los productos de acero, constituían

entre la mitad y un tercio del total de las importaciones.

El atraso de la industria textil estaba relacionado con las características

que había asumido su desarrollo a partir de 1870. El crecimiento del

sector había comenzado tempranamente gracias a la alta protección

acordada a la confección y a las tejedurías de punto. Entre 1870 y 1890,

se produjo una fuerte sustitución de importaciones que fue alentada por

el arribo de mano de obra calificada y acompañada de importantes

cambios en la organización de la producción e innovaciones técnicas

vinculadas con la introducción de la máquina de coser, sin embargo, su

desarrollo estaba limitado a la tejeduría de punto.

En contraste, el crecimiento de las hilanderías y tejedurías de algodón y

lana fue un proceso mucho más lento y limitado. Si bien la Argentina era

una gran exportadora mundial de lanas, la industrialización de la fibra

no logró cobrar importancia.

La incorporación de la Argentina al comercio internacional mediante la

especialización en la producción de granos y carnes, el incremento de la

población y la fuerte urbanización que se produjo a partir de 1870,

alentaron la demanda de textiles importados. La especialización del

Lancashire en productos ordinarios permitió a Gran Bretaña conquistar

rápidamente el nuevo mercado. El valor de las importaciones textiles

argentinas superó a las de Chile en 1877, las de Estados Unidos en 1891

1 Este apartado está extraído de:

Belini, Claudio: “Una época de cambios: la industria textil argentina entre dos crisis, 1914-1933”. Artículo

Proyecto PICT 13934. 2008.

Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar

Canteros, Horacio. “Industria manufacturera argentina hasta 1990”. www.canteros.blogspot.com

Fundación Pro-tejer. Boletines estadísticos. 2007, 2008 y 2009.

Irigoin, Alfredo. “La evolución industrial en Argentina, 1870-1940”. www.eseade.edu.ar

Kestelboim, Mariano: “Comportamiento de la agro industria textil y de indumentaria post devaluación”.

Disertación en el marco de la convención anual de Pro-textil 08.

Petrecolla, Alberto. “Prices, import substitution and investment in the Argentine textile

Industry”. Tesis de Doctorado, University of Columbia, 1968.

y las del Brasil en 1903. Para entonces la Argentina se convirtió en el

principal mercado americano.

La primera guerra mundial implicó un descenso de importaciones, sin

embargo, sólo la industria lanera se vio beneficiada por la nueva

coyuntura. El descenso de las importaciones y el aumento de la

demanda mundial de telas para los ejércitos permitieron a la industria

local vivir un momento de auge. Sin embargo, la expansión industrial se

vio limitada por la imposibilidad de importar maquinaria. Argentina, por

entonces, continuó siendo un gran importador de textiles. Hacia el año

1919, cuando todavía existían grandes dificultades para importar otros

productos, la participación de textiles en el volumen total de

importaciones alcanzaba el récord de 33%, situación que se mantuvo

estable hasta principios de la década del 30.

II. 1930 –1952. Etapa de industrialización sustitutiva de

importaciones

Los años treinta implicaron serias restricciones al comercio

internacional. La caída del valor y del monto de las exportaciones

impuso restricciones a la adquisición de productos en el exterior. La

caída de los precios internacionales de la lana y el algodón, y la

reducción de la competencia externa provocada por el incremento de los

aranceles, las restricciones cambiarias y la devaluación de la moneda en

1931, estimularon la sustitución de importaciones.

Entre 1931 y 1943 al menos siete grandes empresas textiles se

instalaron en el país. Al estímulo del control cambiario se sumó la

depreciación del tipo de cambio real durante la década de 1930 lo que

encareció las importaciones.

Como respuesta a estas condiciones, el número de hilanderías trepó de

cinco en 1930 a 18 dos años más tarde. Los husos instalados

ascendieron un 300% trepando desde 52.400 en 1930 hasta poco más

214.000 en 1935. En el mismo período, el número de telares creció un

23%, alcanzando a unos 2.462. En 1935, las importaciones de hilados

de lana sólo representaban un 9% del consumo total del país.

En conjunto, hacia 1935 el avance de la industria textil quedó reflejado

en el censo industrial de ese año. Entre 1914 y 1935, el personal

empleado se había elevado en un 67% en tanto que la potencia

instalada había crecido un 488%. Por entonces, la industria textil

lideraba el crecimiento industrial.

Una de las consecuencias más importantes de la Segunda Guerra fue la

expansión vertiginosa de las exportaciones industriales Argentinas. Las

ventas pasaron del 5% en 1940 al 19% al 1945. Se destacaron las

ramas textiles, químicas y alimenticias.

El Banco de Crédito Industrial Argentino creado en 1943 y la Secretaría

de Industria establecida al año siguiente, la reforma financiera del 46

que nacionaliza la banca y los depósitos, dan claras muestras del

propósito oficial de incentivar la industrialización, que venía alentándose

en el país desde los críticos años ´30 y que el gobierno surgido del

golpe militar del 4 de junio de 1943 apoyaría decididamente. Con el

peronismo en el poder -desde 1946- la apuesta en favor de la industria

se incrementa y va más allá del proceso de sustitución de

importaciones, hasta formar parte de uno de los objetivos centrales del

Primer Plan Quinquenal de 1947. El proyecto de desarrollo industrial

tiene financiamiento y protección estatal. Por entonces, el Estado

destaca la importancia de la industria textil nacional, que consume unas

82.000 toneladas de algodón y produce más de 70.000 toneladas de

hilados.

De 1946 a 1952, la industria textil tuvo un gran desarrollo por la política

industrial proteccionista, con subsidios y créditos, incorporando al fuerte

mercado consumidor a la ahora numerosa y mejor asalariada clase

obrera. Afianzada ya la industria textil en el contexto económico

argentino, pues ya no sustituye importaciones, las fluctuaciones que

sufren en sus volúmenes y valores de producción obedecen a las

variables que operan en el mercado interno (saturación, reducción del

poder adquisitivo, etc.), del cual satisfacen la demanda interna y a las

posibilidades de exportar productos con el consiguiente ingreso de

divisas tal como lo había logrado durante la segunda Guerra Mundial.

III. 1955 –1975. Crisis del modelo ISI

Entre fines de los 50 y mediados de los años 70 se produce una caída

sostenida en los niveles de producción, acompañada por una fuerte

disminución del volumen de ocupación en el sector textil indicadora de

un enérgico proceso de racionalización industrial forzado por el

fenómeno de la contracción de la demanda o favorecidos por las

ventajas crediticias e impositivas acordadas a la inversión privada. En

este período los grupos de empresas menores se vieron forzadas a

incrementar su productividad en mayor medida, hecho que generó la

liquidación de empresas ineficientes. La contracción de la demanda y el

aumento de la productividad afectaron en mucho mayor medida a las

empresas de menor tamaño. Se produce una paulatina desaparición de

empresas chicas concentrándose la producción en las grandes empresas

con posibilidad de adquirir tecnologías.

En términos generales, a través de los ciclos de auge y crisis del modelo

de industrialización sustitutiva de importaciones, el balance para la

industria textil fue recesivo. Se nota un descenso de un 15% entre

1965-1967, para recuperarse lentamente luego, alcanzando en 1970 en

un 95% del volumen de fines de los 50. En cuanto a la ocupación,

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