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La Invencion De America


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2013  •  3.028 Palabras (13 Páginas)  •  479 Visitas

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LA INVENCIÓN DE AMÉRICA: EDMUNDO O'GORMAN

El autor sostiene como una problemática la aparición de América en la historia de la Cultura Occidental. Ante la tradicional idea de que América se hizo a través de su descubrimiento, el historiador plantea la duda acerca de si el continente fue descubierto por Colón. Resulta evidente que hay diferencias entre el descubrimiento del “nuevo mundo”, en vez de la presunta isla de Cipango a la que creyó llegar; y por ende, sería necesario reconstruir no la idea del descubrimiento de América, sino de la idea de que América fue descubierta, que no es lo mismo.

Y para lo anterior, se anticipa lo siguiente:

“Pues bien, como la idea de que Colón descubrió a América cuando aportó a una isla que creyó cercana al Japón no describe el suceso histórico según aparece en los testimonios, es obvio que la exigencia que generó aquella interpretación no procede del fundamento empírico del hecho interpretado, es decir, es obvio que no se trata de una interpretación apoyada de los hechos (a posteriori), sino de una interpretación fundada en una idea previa acerca de los hechos (a priori)”. Pp. 17.

Ante el origen de la idea del descubrimiento, el autor realiza una evolución de este planteamiento que se inició con la “leyenda del piloto anónimo” que tuvo como pretexto del viaje de Colón como una revelación de tierras desconocidas, y que implicaría la “ocultación del objetivo asiático de la empresa”, tuvo poca viabilidad, a pesar de la rápida difusión después del primer viaje.

Dentro de los primeros registros en los que aparece Colón como descubridor de América es en el Sumario de la natural historia de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo, afirmando como “notorio” el descubrimiento de las Indias, siendo el primer hito de una interpretación inequívoca de la historia. Así, al proveer del carácter de descubrimiento del viaje de Colón, también dio por supuesto que dicho descubrimiento fue de las Indias.

Desde este punto, aparecen tres teorías sucesivas que interpretaron la idea del descubrimiento de América.

1) Consiste en afirmar que Colón mostró que las tierras que localizó en 1492 eran un continente desconocido, porque con ese motivo se realizó la travesía (Oviedo, Gómara, Fernando Colón). En ese caso se trata de una interpretación admisible, porque la intención que le concede al acto interpretado el sentido de ser una empresa descubridora se radica en una persona, o sea en un ente capaz de tenerla y de realizarla. Pero esta tesis tuvo que abandonarse, porque su fundamento empírico resultó documentalmente insostenible.

2) Se asienta en aseverar que Colón mostró que las tierras que halló en 1492 eran un continente desconocido, porque si es cierto que ésa no fue la intención con que realizó el viaje, ni tuvo idea de lo que había hecho, al ejecutar su acto cumplió la intención de la Historia de que el hombre conociera la existencia de dicho continente (Navarrete, Irving y Humboldt). La interpretación es admisible, porque la intención que le concede sentido al acto interpretado de ser una empresa descubridora se radica en el acto mismo, es decir, se concibe como inmanente a la Historia, entidad que puede concebirse como capaz de tener intenciones, aunque no de realizarlas por sí misma, de suerte que se vale de Colón como un instrumento para ese efecto. Pero esta tesis también tuvo que abandonarse, no ya por deficiencia de fundamento empírico, como en el caso anterior, sino porque su premisa teórica resultó insostenible.

3) Reside en demostrar que Colón mostró que las tierras que halló en 1492 eran un continente desconocido, puramente por casualidad, es decir sin que medie ninguna intención al respecto (Samuel E. Morison en El Almirante de la Mar Océano). En este caso es obvio que, desde el punto de vista de los requisitos de una interpretación, la tesis ofrece una seria dificultad, porque no obstante que se niega la intención, se le sigue concediendo al acto el mismo sentido de las tesis anteriores. Ahora bien, como esto es imposible, porque sin aquel requisito el acto no podría tener el sentido que se le concede, es forzoso suponer que la intención existe a pesar de que se niega, y el problema, entonces, presenta un doble aspecto: primero, como conciliar esa contradicción, y segundo, averiguar donde existe esa intención que ha sido necesario suponer para que el acto pueda tener el sentid que se le concede.

El absurdo de esta tesis se hace patente en el momento en que sacamos la necesaria consecuencia, porque ahora vemos que la idea del descubrimiento causal del continente americano, no solo cancela como inoperantes los propósitos y opiniones personales de Colón, sino que lo convierte en el dócil y ciego instrumento, ya no de unos supuestos designios del progreso histórico, sino de unas supuestas intenciones inmanentes a una cosa netamente física.

Ante estos modelos, resulta primario responder acerca del derrumbamiento de la noción tradicional de la historia del nuevo mundo, y el autor es sabio en sus consejos, puesto que no hay que considerar ideas “a priori” de lo que es América. Ahora quedará averiguar cómo Colón descubrió ese ser del ente, para permitir la aparición de este nuevo continente en la Cultura de Occidente.

Una vez definida la raíz del mal de la problemática del descubrimiento de América, el proceso de invención se creó bajo un horizonte cultural comprendido por el estadio alcanzado hacia el siglo XV, y que permitió entender el papel del hombre en el cosmos.

El universo: Creado por Dios, es finito y perfecto. Es de Dios y para Dios, haciendo que nada le pertenezca al hombre, ni siquiera donde habita, siendo un sacrilegio la vulneración del poder divino.

El globo terráqueo: La problemática central que atañe a este libro es la proporción en que estaba distribuida la superficie de la tierra y de los mares. Mientras existía el planteamiento de que más reducida era la Isla de la Tierra, mayores eran las probabilidades que existieran otras islas comparables; y sin embargo, este esquema dejó de ser usado. E incluso, para el Cristianismo sería inaceptable la presencia de nuevas tierras, ya que los “antípodas” no vendrían del tronco original ni tendrían el conocimiento del Evangelio, siendo San Agustín quien negara esa posibilidad. Este cambio se complementa con el Libro de Esdras, que amplifica el tamaño de la superficie (idea que se transmitió desde R. Bacon a P. D’Ailly a Colón), lo que facilitaría la navegación desde el occidente dada su menor dimensión a recorrer.

El

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