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“Los nuevos autoritarismos de América Latina”


Enviado por   •  30 de Mayo de 2016  •  Síntesis  •  1.808 Palabras (8 Páginas)  •  330 Visitas

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Los nuevos autoritarismos de América Latina

        Hay dos grandes procesos que marcan esta época: La Guerra Fría (1947) y la Revolución Cubana (1959).

        Se llama Guerra Fría a la etapa política que va desde 1945 a 1990. Su característica principal es la rivalidad entre las dos superpotencias que vencieron en la Segunda Guerra Mundial. Por un lado, Estados Unidos (EE. UU) dirigiendo el bloque capitalista, por otro lado, la Unión Soviética (URSS) dirigiendo el bloque comunista.

        Con la Revolución Cubana, Estados Unidos comienza a darse cuenta que el comunismo puede llegar a ingresar en los demás países latinoamericanos. Para evitar esto implementa una nueva estrategia fundamentada en dos pilares:

  • Doctrina de seguridad nacional: ideología de los militares. Expresaba ideas y valores anticomunistas y les otorgaba a las fuerzas armadas la custodia de la identidad y la unidad nacional. Esta le permitía a EEUU intervenir en los demás países si era necesario para mantener la seguridad interna.
  • Alianza para el progreso: consistía en un conjunto de ayudas e inversiones económicas a realizarse a lo largo de una década. esta fue lanzada por el presidente Kennedy en 1961. Consistía en un conjunto de ayudas e inversiones económicas a realizarse a lo largo de una década. Se destacaban la reforma agraria y fiscal, créditos para la industria, inversiones públicas en lo sanitario y educativo, con el objetivo de mejorar los indicadores sociales.

A partir de la Revolución Cubana, el comunismo pasa a ser una amenaza interna a la seguridad de los demás países de la región.

En América Latina la oleada de revolución fue sofocada por una violenta contrarrevolución, que condujo a al nacimiento de numerosos regímenes militares. Para combatir con estas revoluciones, los militares también se llamaron a sí mismos como “revoluciones”. El primer y más largo de esto regímenes fue el que se instauró en Brasil en 1964 y duró hasta 1985. En Argentina, su primer régimen instalado en 1966 bajo la guía de Onganía, el cual no llegó a consolidarse; en marzo de 1976 el poder volvió a estar en manos de las fuerzas armadas, con Videla como presidente. En 1973, se produjo el golpe al gobierno socialista de Salvador Allende, poniendo como presidente a Pinochet.

La mayoría de los regímenes apuntaron a desmantelar la política económica de los populismos y las bases sociales que los habían nutrido, y a la inversa, a imponer un gobierno destinado a desarrollar la economía, es decir, más eficiente y competitivo, orientado a favorecer la acumulación de capital interno y la atracción de capitales extranjeros necesarios para el despegue económico. Los regímenes desarrollistas y autoritarios confiaron, por un lado, en la eliminación de la política, y por otro, en los tecnócratas, a quienes les dieron el manejo de la economía.

        Para profundizar el grado de industrialización y favoreces la transferencia tecnológica de los países más avanzados, confiaron en el capital privado nacional, pero sobre todo en el externo, que se esforzaron por atraer en gran cantidad e inducir inversiones productivas.

En los países que se establecieron estos regímenes fueron aquellos en los que más fuertes y profundas habían sido las raíces del populismo, como Argentina y Brasil, o donde por primera vez parecía posible lanzar el socialismo, como en Chile.

El Chile de Salvador Allende

        En septiembre de 1970, el socialista Salvador Allende fue electo como presidente al frente de una coalición llamada Unión Popular, compuesta de partidos en su mayoría marxistas. Tres años después fue destituido por un violento golpe de estado conducido por Augusto Pinochet, quien instauró una larga dictadura.

        En cuanto al gobierno de Allende, sus medidas fueron las típicas de los gobiernos socialistas. Además de nacionalizar el cobre, llevó a cabo una reforma agraria, tomó el control de numerosas industrias y nacionalizó el sistema financiero, hubo un impulso a la economía mediante el crédito y el gasto público, y sostuvo las reivindicaciones salariales de los trabajadores del cobre.

        Estados Unidos hizo todo lo posible para impedirle a Allende asumir la presidencia en 1970, tanto por la vía constitucional como a través de un camino violento y secreto. El gobierno de Washington adoptó una política de boicot al gobierno de Allende y de sostén financiero a sus opositores, con efectos importantes, pero no decisivos.  

        La política económica de Allende estimuló en el primer año un enorme crecimiento, aunque pronto se volvió insostenible. La inflación se elevó y el gobierno se vio en necesidad de importar cada vez más bienes para satisfacer la creciente demanda. En poco tiempo, la balanza comercial y la solvencia financiera de Chile colapsaron y la economía se precipitó en el caos: comenzaron a faltar bienes de primera necesidad y se propagó el mercado negro.

        El gobierno de Allende se mostró dividido entre quienes presionaban por acelerar la transición al socialismo forzando el orden constitucional y los que, por el contrario, consideraban prudente proceder por la vía legal para no exponerse a una reacción violenta.

        La derecha conservadora y el centro democristiano, unieron sus votos en el Parlamento con la creencia de que el gobierno estaba violando la Constitución y llevando a Chile hacia el comunismo, hasta dejarlo en minoría denunciando la inconstitucionalidad, lo cual allanó el camino para lo que los militares se habían negado a hacer tres años antes, pero que ahora contaba con un amplio apoyo: el violento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.

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