Museo Anahuacalli

El museo Anahuacalli, ubicado en la calle museo y división del norte, fue construido en la época del presidente Ávila Camacho, cuando todavía se podía ser un coleccionista de piezas arqueológicas. Diego Rivera murió antes de que el museo fuera acabado, sin embargo, éste se finalizó aproximadamente 20 años después, en 1964, gracias al apoyo de sus amigos, el arquitecto Juan O’ Gorman y el poeta Carlos Pellicer.

Diego tenía una gran pasión hacia la cultura prehispánica, había coleccionado aproximadamente 50000 piezas que estaban alojadas en las casas de sus amigos, así que Frida Kahlo, lo alentó para que las reuniera todas en un espacio que al principio iba a ser una escuela de arte.

El museo remite totalmente a la época prehispánica, está hecho de piedra volcánica del Xitle y se ubica en la cima de un monte debido a que Diego quería que sobresaliera de las casas de alrededor y que fuera comparado con la Ciudad Universitaria. Éste se divide en tres niveles: el Mictlán, mundo de los muertos; el mundo terrenal; y el mundo de los Dioses y muestra aproximadamente 2000 piezas.

La división en estos tres mundos se nota debido a que la entrada de luz de los distintos pisos se encuentra bloqueada en diferente medida: en el primer piso, una piedra amarillenta recubre las ventanas y hace que la sala se vea oscura; en el segundo piso, las ventanas son pequeñas pero sin el recubrimiento de piedra amarilla; y en el tercer nivel, hay ventanales completos que permiten plenamente la entrada de luz.

En los techos del museo, hay diferentes figuras de Dioses como Tláloc o Quetzalcóatl, animales tales como serpientes y ciervos y en el último piso hay sapos en homenaje al fallecido Diego Rivera. Estas figuras están hechas de piedras de distintos colores que forman mosaicos.

Además, el primer nivel del museo se encuentra dividido por los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y agua. Si nos enfocamos en la sala del agua, es una de las más bonitas del museo, hay esculturas de ranas, peces y tortugas, además, en el techo hay dos serpientes que se unen y forman a Tláloc. Para entrar a esta sala, hay que bajar unas escaleras que permiten situarse frente a una escultura de Tláloc.

Las piezas del museo no se encuentran distribuidas por periodo ni cultura, Diego trató de recrear escenas cotidianas de las familias, aunque esto no se logró por la prematura muerte del pintor y fue Carlos Pellicer quien acomodó las piezas a su parecer.

El último nivel del museo también sirvió como estudio de Diego, se encuentran varios bocetos y trabajos del pintor, algunos de los que no quedan más vestigios que esos bocetos.

El museo es 100% recomendable para los amantes de la cultura prehispánica, de la historia o simplemente de México. Es impresionante el amor y el empeño que puso Diego Rivera en este museo, los detalles y la entrada de luz, hacen que el Anahuacalli sea

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