Rebeldes Sin Causas

Estados Unidos, mediados de los 50, un país se recupera después de la Segunda Guerra Mundial surgiendo como la potencia hegemónica. Estalla la Guerra Fría en contra de los Soviéticos. Éstas son las pautas sociales de referencia para la adolescencia, no sólo en Estados Unidos, del mundo occidental en los años 50’s. El “american way of life” es vendido a lo largo del mundo occidental como el sueño de la vida moderna, sin embargo, ¿Cómo vive el adolescente dentro de ésta nueva sociedad?

El “american way of life” de la familia: la ideal educación “machista”, no como el maltrato y menosprecio de la mujer, sino como el rasgo cultural que determina los roles de ambos géneros. El hombre fuerte y valiente, la mujer como sinónimo de debilidad física y emocional y siempre dependiente del hombre. Éste contexto es el punto de partida en la vida de tres jóvenes: Jim, Judy y Platón.

La adolescencia, ciertamente, no es un proceso fácil en el desarrollo del ser humano. A lo largo de ésta, se busca la aceptación y la afirmación de una identidad, además de la contraposición entre la vida de niño y la de adulto. Durante ésta etapa, el contexto familiar es un factor importante. Para el adolescente, es necesario el sentimiento de pertenencia, aceptación y el amor de quienes lo rodean, sobre todo, su familia.

La falta de respuestas, y la búsqueda de las mismas, llevan a rebeldías intencionadas para encontrar el cariño, salir del sentimiento de soledad y encontrarle sentido a la vida, además de ser la forma de conseguir un poco de atención. La búsqueda de la madurez, dentro de una sociedad impulsada por una revolución cultural y dentro de un determinado contexto familiar, puede llevar a actos de rebeldía. Los caminos de un adolescente que lucha porque su padre decida por sí mismo, una muchacha que se ve obligada a crecer por su padre y un joven frustrado por sus padres, abandonado y solitario, se unen terminando siendo victimas de lo que les ha tocado vivir.

Los años 50’s, el desencanto de una generación de adolescentes que buscan el amor de unos padres que no los comprenden, que, en algunos casos, ni siquiera están atentos a sus problemas y preocupaciones. Una generación que, bien o mal, buscan el amor y su propia identidad.

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