Religión ¿Abolición o ratificación de los DDHH?

Religión ¿Abolición o ratificación de los DDHH?

Desde incluso antes de nacer, sin siquiera pensarlo tenemos la primera etapa de vida totalmente planificada. Al llegar al mundo se nos inculca un nombre, una línea política que influenciara fuertemente las decisiones sociales e intereses personales y de manera “definitiva” se inculcará una religión. La vida social y cultural son suficientes para darnos cuenta que en el ámbito de los derechos humanos pueden existir puntos de coincidencia  con  la religión,  pero así también es posible encontrar grandes puntos de conflicto.

Sólo analizando ¿a cuántos bautizos has asistido?, ¿Cuántos de estos han sido de bebes?, ¿Cuántas veces pensaste en dejar tu religión? O simplemente ¿Por qué perteneces a una? Son más que cuestionamientos simples, ya que cumplen un rol fundamental en el desemblante de una persona al momento de interactuar en la sociedad.

Teniendo en cuenta que la religión católica predomina en el país, siendo un 70% de la población perteneciente a esta^[1], cumpliendo un rol primordial  en la educación durante la dictadura militar, hasta la actualidad. Tanto en  establecimientos como en organizaciones de ayuda social (Hogar de Cristo, María Ayuda, entre otras). Pero ¿es realmente la religión un buen método para preservar los derechos humanos y la humanidad?

Los principios del  creador y la biblia señalan que Misericordia, justicia y amor  son el lenguaje de la vida, sin mencionar en ningún momento “derechos” para los humanos. La doctrina de los DH se ha instituido gradualmente  en la mayoría de los países del mundo pero al aplicar los principios bíblicos gran parte de “derechos” resultan contradictorios  o simplemente  se apartan del rol de vida cristiano y de los principios establecido por la biblia y  por Dios. 

Una de las principales problemáticas es la igualdad de género ya que frente a Dios, mujer y hombre son iguales; pero a nivel de familia se estableció un orden  donde la cabeza del hogar y la autoridad le es otorgada al marido.  Sin embargo esto es inadmisible para los derechos humanos, ya que durante años se han  construido elementos jurídicos internacionales que en gran parte protege a las mujeres y no determina  que esta se enfoque en el cuidado de la familia, sino más bien en la defensa de los derechos de ella, capacitándola, otorgándole beneficios y derechos, y por sobre todo protegiéndola.

 Otro de los puntos sumamente importante es la sexualidad y la libre elección de esta; la Biblia tiene una percepción clara en cuanto a la existencia del hombre y la mujer, representativos de los sexos masculino y femenino como la creación de la muy conocida historia de Adán y Eva. Sin embargo, los Derechos Humanos hacen referencia junto con otras teorías también humanistas, que tienen puntos de vista más “abiertos” y opuestos al tratar el tema de la sexualidad, argumentando que ésta es una construcción dentro de la sociedad, es decir que el individuo tiene la libertad de elegir la sexualidad que desee; como en el caso de países del primer mundo que  reconocen hasta cuatro o más opciones sexuales^[2]. Sin embargo para Dios, fuera del hombre y la mujer, todo lo demás es una “aberración” o simplemente un “pecado”, lo que difiere totalmente con algunas corrientes humanistas y principales derechos humanos.

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