Reseña de Historia: Louisa May Alcott y Sarah Morgan.

Laura Y. Díaz Rodríguez                                                         22 de enero de 2014

Prof. O. Rodríguez                                                                               Sec. 137

Reseña de Historia: Louisa May Alcott y Sarah Morgan

        “Cada arma que se fabrica, cada buque de guerra lanzado, cada cohete disparado, significa, en el sentido final, un robo a aquellos que tienen hambre y no son alimentados, a aquellos que tienen frío y no son abrigados.” –Dwight D. Esenhower

        Cuando a alguien le hablan de guerra lo primero que les viene a la mente es violencia, hambruna, muerte, sufrimiento, entre otras ideas. Esas palabras sí están directamente relacionadas al tema de la guerra y el dolor. Es lo que Sarah Morgan, adolescente que vivió en el Sur durante la Guerra Civil en Estados Unidos, sintió acerca la pérdida de sus hermanos. Sus vidas dieron rumbo al limbo eterno que se conoce como la muerte. No solo eso, la sangre de los hermanos de Sarah estuvo en manos del corsario alcohólico y poco responsable de sus compatriotas. Hay que imaginar cuantas otras personas y familias se quedaron esperando por los soldados que nunca volverían. Aunque Sarah mencionó que ella trató de no mantener sus esperanzas en alto, la pérdida de un ser querido sigue siendo insoportable, pero peor hubiese sido ser la persona responsable de fallecimientos. Sin embargo, las guerras son contadas por aquellos quienes las sobreviven. Puede que salgan guerreros heridos en alma y cuerpo, pero gracias a personas como Louisa May Alcott, mujer que vivió en el Norte durante la Guerra Civil en Estados Unidos, muchos soldados mantuvieron su humanidad.

        Louisa era una mujer que al igual que sentía miedo, la esperanza le surgía como simples respiros. Buscaba una vida más allá de la cual tenía. Tenía ansias de la aventura que le podía esperar. Por esta razón decidió ser enfermera para los soldados de la Guerra Civil en Estados Unidos. Aunque no tenía mucha experiencia con el trabajo, entendía que obtendría resultados más que satisfactorios. Su actitud positiva y humanismo fue lo que le dio fe a los guerreros cuando venían a ser curados.

        Es curioso como la mujer que tenía más fe era la del Norte y la mujer rota era la del Sur. Es como si estás historias expresaban la situación en la guerra. Siempre llega un ponte en donde los victoriosos se percatan de su vencimiento y como los derrotados caen mientras el gran premio se les va deslizando fuera de alcance. Tenían oportunidades equitativas. Ambos bandos sufrieron y celebraron. Lamentablemente, desde siempre se supo que solo uno podría bañarse en la gloria.

...