TEORÍA CRÍTICA Y TEORÍA DE LOS IDEALES EN EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO

República Bolivariana de Venezuela[pic 1]

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.

Universidad de Ciencias para la Salud

Núcleo: Ciudadela de Catia

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Prof:                                                                                                     Alumno:                                                                                                                         

Lizmar Molina                                                                                  Xavier Santiago

                                                                                                            C.I:18912242

                                                                                                          2er Año de MIC

TEORÍA CRÍTICA Y TEORÍA DE LOS IDEALES EN EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO

1. Introducción a la Teoría Crítica y Teoría de los Ideales en el Pensamiento Latinoamericano.

Pensar críticamente es razonar desde el cuestionamiento o la valoración. El origen de la palabra crítica, procede del vocablo griego κρίσις (kri), que implica establecer un juicio o tomar una decisión. Así que pensamiento crítico, en términos generales, es el ejercicio de cuestionamiento y de valoración que permite emitir un juicio o tomar una posición ante un hecho, un fenómeno o una idea.

El término “crítica”, en el campo intelectual, se ha destacado en varias disciplinas, pero son la Filosofía y las Ciencias Sociales los dos espacios donde el pensamiento crítico ha prosperado, ya que han sido fructíferos los debates y cuestionamientos acerca de su función.

Sabemos que la filosofía busca comprender de qué se trata el conocimiento humano, cuáles son sus procedimientos y qué instrumentos son los más aptos. Un intento por establecer la naturaleza y la mejor manera de producir el conocimiento humano.

En el campo filosófico moderno, la noción de crítica se le atribuye a Immanuel Kant (1724-1804), considerado el fundador del pensamiento crítico en el razonamiento filosófico con tres de sus más importantes obras: Crítica de la razón pura (2002), Crítica de la razón práctica (2001) y Crítica del juicio (2000).

La importancia del sistema y del aporte filosófico de Kant radican en el ámbito de la epistemología, del griego ἐπιστήμη ─epistḗmē (conocimiento)─ y λόγος ─lógos (estudio)─, como la rama de la filosofía que estudia el conocimiento científico, su naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos.

También debemos destacar que, dentro de los trabajos posteriores al aporte de Kant, una de las obras más destacadas del pensamiento crítico es la de Karl Marx (1818–1883). El trabajo de Marx coincide, con una época en la que las Ciencias Sociales se distancian, aunque no en su totalidad, de la Filosofía y de la Filosofía Social, en busca del reconocimiento como ciencias en el ambiente académico e intelectual del siglo XIX. Así que la obra de Marx puede considerarse de transición, porque posee elementos de la Filosofía y aspiraciones científicas, y también en el campo de la Economía, el Derecho y la Sociología.

El marxismo es un esfuerzo intelectual por explicar la sociedad y su devenir, comenzando por el materialismo y los distintos modos de producción y, además, el antagonismo de clase. Este esfuerzo intelectual se centra en la idea de transformar el orden social: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo” (Marx, 1995).

El pensamiento de Marx es pensamiento crítico por dos razones: primero, porque es una forma de cuestionar las maneras de proceder de la ciencia económica de su época, de la economía política clásica desarrollada por autores británicos como David Ricardo (1772-1823) y Adam Smith (1723–1790). En las principales obras de Marx, tales como Contribución a la crítica de la economía política (1989), El Capital (1971), Manuscritos económico-filosóficos (1975), Sociología y filosofía social (1978), Manifiesto del Partido Comunista (1972), - escrito por Marx y Friedrich Engels-, encontramos esa crítica a la razón económica y política burguesa, dominante en los tiempos de Marx.

El segundo argumento por el que se considera el marxismo como pensamiento crítico, es porque evalúa las condiciones de validez de la razón económica de su época, y se convierte en crítica social, ya que denuncia y cuestiona realidades como la desigualdad social, la explotación de una clase sobre otra, la enajenación y alienación, así como el dominio ideológico, que es otra manifestación de la dominación de clase.

Teniendo un poco más claro este contexto, también resulta interesante el hecho de estudiar y analizar el impacto y la influencia del pensamiento crítico en la Educación. Influencia desarrollada de múltiples maneras, entre las más comunes e importantes: la teoría crítica de la educación y la pedagogía crítica.

Si queremos comprender sobre Teoría Crítica, es necesario saber que surge como una corriente de pensamiento que se oponía a la Teoría Tradicional, sustentada en los postulados de las ciencias naturales y el positivismo (la reducción del conocimiento a una reproducción conceptual de los datos que la realidad aportaba).

Como bien sabemos el adjetivo de “crítica” indica una posición “cuestionadora” de los saberes que la preceden. La Teoría Crítica propone que “el conocimiento está mediado por la experiencia del sujeto, por su contexto histórico, político, económico y social, y sostiene que tanto los intereses teóricos como los no teóricos influyen en la forma en que se organiza, forma y constituye el conocimiento.”

Es decir, para la Teoría Crítica no existe una teoría pura, separada del individuo, su experiencia y su contexto histórico ya que el conocimiento solo es posible si se lo considera en su relación con la vida social, pues todos los aspectos de la realidad tienen un valor teórico que determinan -en cierta medida- la forma en que se produce el conocimiento científico.

En cuanto a la Teoría de los Ideales en el Pensamiento Latinoamericano, autores como Leopoldo Zea, por citar la bibliografía recomendada, nos indica que el pensamiento latinoamericano se nutre de un conjunto de ideas en las que los individuos crean una identidad sobre la base de su propia historia, ya que “si algo define al hombre, se ha dicho, es la historia. La historia que da sentido a lo hecho, a lo que se hace y a lo que se puede seguir haciendo.” (Zea, 1965:12).

La importancia del pensamiento latinoamericano radica en el discurso que se genera desde las propias voces de los integrantes de este continente, para crear una identidad latinoamericana o una serie de identidades. Sin embargo, para entender el pensamiento latinoamericano contemporáneo, debemos tomar en cuenta y analizar una serie de acontecimientos históricos, sociales, políticos y culturales que ha afectado la manera en que se compone este pensamiento. Como menciona Leopoldo Zea (1965):

El hombre, ya lo anticipamos, siente la historia, la concibe, en diversas formas. En la historia, en la forma como organiza su triple dimensión —la de pasado-presente-futuro—, se hace patente la relación de sus deseos y anhelos (futuro) con los medios con los cuales cuenta para realizarlos (pasado) en un presente en que van realizándose. Se puede decir que se hace patente la concordia entre su realidad y sus deseos. (p. 14)

Tomaremos como principal referencia el estudio realizado por Leopoldo Zea en su libro El pensamiento latinoamericano (1965), con el objetivo de determinar cuáles son las bases que fomentaron las estructuras de este pensamiento, los procesos sociales y políticos que alteraron su composición y las alternativas actuales desde las que se genera dicho pensamiento.

1. Identidad latinoamericana: Mestizaje, diversidad e integración.

El pensamiento latinoamericano tiene en sus orígenes la herencia de la conquista y colonización española. Estos acontecimientos, desde un nivel discursivo, impusieron la idea de que Latinoamérica era un territorio de salvajes y bárbaros, que debían ser sometidos. He aquí el aval de la conquista, la colonización y la tutela.

Por eso, América sufrió un quebrantamiento en el pensamiento autóctono, se procuró acabar con la cosmovisión de los indígenas nativos y se instauró la razón occidental de los españoles, junto con la doctrina de la religión católica. La conquista “no solo significó el fin de los Incas, sino la dislocación de los equilibrios, pactos y dominaciones que constituyeron y consolidaron con su imperio” (Marchena, 2006:19). Esto generó un caos dentro de las relaciones establecidas entre los indígenas de diferentes etnias, reunidos en “comunidades de indios”. La conquista y la colonización se sustentó en ese discurso de supremacía racial justificando dos categorías: civilización y barbarie. Estas fueron formas discursivas que permitieron la manipulación del pensamiento porque “imponían formas del deber ser social y se justificaban las relaciones humanas concretas” (Roig, 1993:30).

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